Una fundación de chivatos y trincones

Una fundación de chivatos y trincones
Pablo Iglesias junto a Xavier Domènech, Irene Montero, Victoria Rosell e Íñigo Errejón. (Foto: Efe)

Pablo Iglesias juega a político y a espía al mismo tiempo. Eso sí, siempre subvencionado. El gerifalte de la ‘nueva política’ —que se está demostrando más caduca que la de antes— vendió dosieres sobre dirigentes del Partido Popular a la dictadura bolivariana de Chávez, donde informaba del rechazo de los populares a los nexos de unión entre Venezuela y ETA. Una deslealtad más de este adicto a las subvenciones provenientes de territorios tan deslegitimados para la democracia como el propio país latinoamericano e Irán.

Un Pablo Iglesias que sigue empeñado en alcanzar como sea un pacto con Pedro Sánchez para convertirlo en su títere y fagocitar así el CNI y Radio Televisión Española. Dos de las piezas más codiciadas para cualquier político con tics autoritarios que se precie ya que lo hacen dueño de la Inteligencia y la Propaganda. ¿Se imaginan lo que podría ser de la sociedad española si estos órganos cayeran en manos de la pandilla podemita? El favor constante de Pablo Iglesias a los opresores venezolanos hace pensar en un futuro donde las libertades individuales, de pensamiento y opinión, estarían totalmente cercenadas en España.

Según la información que les sirve en exclusiva OKDIARIO, el Centro de Estudios Políticos y Sociales, perteneciente a la cúpula de Podemos, reveló detalles privados del expresidente Jose María Aznar y de Jorge Moragas, jefe de gabinete de Rajoy. A éste último lo espiaron por algo tan legítimo como criticar la connivencia del régimen chavista con ETA. Venezuela, un país donde todos los días muere gente a causa del hostigamiento y la inanición que provocan sus mandatarios. Así actuaba el secretario general de Podemos y su círculo íntimo de chivatos y trincones. Aferrados, y con la dignidad vendida, a un territorio que fue, antes de su autoexpolio, una de las principales potencias petroleras del mundo.

PabloLeaks, además, criticaba la unidad nacional por estar «construida a base de mitos y tradiciones». Algo que ha demostrado en sus constantes intentos de pactar tanto con Bildu como con los golpistas de Cataluña, además de con ese mero instrumento decorativo —pasarela hacia el poder— llamado Pedro Sánchez. Estos falsos Robin Hood de la política, empeñados en destrozar España, han aprovechado para hacer de la política una actividad que ni el más ávido coleccionista de billetes proveniente de la casta. Además de la financiación ilegal por parte de Irán, el comando podemita hizo caja con estos chivatazos que facturaron por 4,2 millones y que resumen su perversa catadura moral.

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