Al trilero Sánchez el tiro le salió por la culata

Al trilero Sánchez el tiro le salió por la culata

Es sencillo de explicar: el Gobierno socialcomunista se comprometió a abonar a las autonomías 16.000 millones de euros en concepto de ayudas por el Covid y Pablo Iglesias, por su parte, exigió a Pedro Sánchez que utilizara todo el margen de endeudamiento en ayudas sociales, renta mínima, becas, planes de vivienda social y subvenciones ideológicas. ¿De dónde saco los 16.000 millones?, se preguntó el presidente. Y encontró la solución: quito 14.000 millones a los ayuntamientos  y se los doy a las autonomías. Ese fue el plan diseñado por el Gobierno y que se tradujo en el decreto ley que pretendía confiscar a los consistorios los remanentes logrados a base de controlar el gasto. Ahora ese plan ha saltado por los aires, porque el Congreso ha tumbado la propuesta. Era tan chusca que izquierda y derecha sumaron sus votos para impedir que la trampa del trilero Sánchez saliera adelante.

Las autonomías han recibido ya parte de esos 16.000 millones del plan anticoronavirus, de los que cerca de 9.000 millones acabarán destinados a reforzar el sistema sanitario y a pagar la factura de todo el gasto médico generado en la lucha contra el coronavirus. Con caídas mensuales de recaudación de entre 5.000 millones y 3.000 millones como las que se están registrando desde el mes de abril en el conjunto de los grandes impuestos nacionales es complicado hacer frente a esos 16.000 millones sin descuadrar aún más el ya de por sí descuadrado Presupuesto.

Por eso, los 14.000 millones de los ayuntamientos se convirtieron en el objeto de deseo del Gobierno. Ahogado financieramente, los expertos monclovitas idearon el plan: con una mano le quitamos el dinero a los consistorios y con la otra se lo damos a las autonomías. A ver si cuela. Y, obviamente, no coló.  El Congreso de los Diputados rechazó este jueves el acuerdo sobre los remanentes de los consistorios que el Gobierno y los alcaldes socialistas de la Federación de Municipios y Provincias (Femp) pactaron a espaldas del resto de ayuntamientos hace unas semanas y que se pretendía aprobar por decreto.

Los socios de investidura de Pedro Sánchez daban la espalda por primera vez a la coalición PSOE-Podemos, en una votación que era clave de cara al desarrollo de los Presupuestos Generales del Estado. Derecha e izquierda, constitucionalistas e independentistas, le dijeron al Gobierno que no les tomara el pelo. Esta vez el trilero Sánchez no se salió con la suya.

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