¿Todo es bueno para la olla, señores del PP?
¿De verdad van a fichar a cualquiera que abandone Ciudadanos? ¿El criterio sólo es arrebatarle poder a Cs? ¿Han pensado en su país? Es desolador el trazo grueso de las maquinarias de los partidos. Y no hago distingos con ninguno de ellos. A cualquiera se le podría ocurrir que la calidad humana e intelectual de quienes ostentan los puestos de responsabilidad inevitablemente acaba conformando las decisiones y las políticas que afectan a la ciudadanía. Pero el PP se ha lanzado voraz a tragarse la red estructural de Ciudadanos y a deglutir sin discriminación todo lo que pillan. Teodoro García Egea, secretario general del PP, es la admiración de muchos al resolver favorablemente para su partido la crisis de la moción de censura en la Región de Murcia. Pero también es el gestor de esta campaña de absorción. Y ha dejado claro que la puerta de su partido está abierta para los dirigentes y militantes procedentes de Ciudadanos que quieran aterrizar en él.
Entre ellos, y con todos los honores, Fran Hervías, el “lobo”, que va a venderles la estructura interna de Ciudadanos, «las tripas». Ya lo tienen metido en Génova, en un despacho en la planta cuarta bajo las órdenes de Ana Beltrán. Como decimos en mi tierra “ja s´ho trobaran”, ya se lo encontrarán. Parece mentira que un “lobo” no reconozca a otro. O sí, y se han olfateado donde suelen y se han aprobado. Vete a saber. Porque Hervías es el caballero que, como relata tan agudamente Xavier Pericay en su ilustrador libro ¡Vamos? Una temporada en política, “se jactaba de no leer libros”. Experto en organizar partidos basándose en la construcción de lealtades inquebrantables por encima de la valía de las personas. Sobre todo, en eso. Un ejemplo: cuando la admiración por Cayetana Álvarez de Toledo creció en un afiliado que se preguntaba por qué no estaba con ellos respondió: “Porque podría convertirse en una amenaza para Albert”. Fíjense bien. Siempre con la vista puesta en el bien de la ciudadanía. Y, peor, de Cayetana además se sabía que leía, cosa que, según Xavier Pericay era algo “incompatible con la cultura de partido que él propugnaba. El pensamiento, a su juicio, constituía un peligro, en la medida en que era una bomba de relojería susceptible de estallar en cualquier momento y causar importantes estragos”. El “lobo” Hervías, como no, también fue capaz de crear su propia red de “hervívoros”, como se les llamó con humor. Cargos beneficiados que le echaban flores por donde pasaba enfatizando la magnitud sobrehumana de sus capacidades, verbigracia hacer infinitos kilómetros y cortar cabezas a discreción.
Igual es esta la vía para que Albert Rivera, el “lobo” Alfa por antonomasia, encabece por fin el centro-derecha de este país. Teodoro García Egea ha lanzado encendidos elogios al artífice de la destrucción de Ciudadanos. Igual hasta le fichan. La maniobra perfecta. En fin, que no vamos a saber a quién votar. Porque Inés Arrimadas se ha sacudido responsabilidades, endosando al anterior equipo de Rivera decisiones que ella también apoyó y ha dado las más patéticas razones a la fallida moción de censura que iba a otorgar más poder al gobierno de Sánchez. Este que formó con podemitas, golpistas y bilduetarras. ¿Qué Ciudadanos es este?
Que vayan con cuidado con lo que recogen de Ciudadanos. Como dice Xavier Pericay: “Cierto es que las entrañas de un partido están lejos de ser la plaza pública. Pero son su antesala”. Y el país ya no puede soportar más mediocridad y egoísmo.