Sánchez y el apocalipsis zombi

Pedro Sánchez

No sé si Pedro Sánchez es gafe o si atrae las desgracias, pero desde que es el presidente del Gobierno nuestro país no hace más que sufrir catástrofes. Luego se agravan por su mala gestión, pero el hecho es que vivimos una jornada histórica tras otra. La última ha sido provocada por el apagón generalizado que ha vuelto a demostrar que los socialistas no tienen ni idea de gestionar emergencias. Menos mal que el pueblo español es responsable y cívico porque si tuviéramos que depender del buen hacer de los ministros estaríamos ahora en plena fase de canibalismo. No hay mejor garantía para un apocalipsis zombi que el PSOE sanchista en el poder.

Nunca íbamos a padecer un apagón generalizado, nos decían, y ya lo tenemos aquí. Nos aseguraban que somos un país preparado para gestionar catástrofes y tras la Dana en Valencia se tardó días y días en desplegar como Dios manda al ejército y a las fuerzas de seguridad del Estado. Por supuesto, Sánchez no fue responsable del temporal, pero sí del “si quieren ayuda que me la pidan”. Tenemos un sistema sanitario público maravilloso que podía asumir cualquier emergencia pública, nos vendían. Llegó el covid y no teníamos ni mascarillas ni respiradores.

Teníamos unas infraestructuras impresionantes, repetían una y otra vez los propagandistas del sanchismo. Pero desde hace años tenemos el sistema ferroviario colapsado. Y no solo en Cataluña. Cualquier incidencia causa un caos, porque no hay planes de previsión dignos de tal nombre. Tenemos soldados y policías, valientes y eficaces, pero mal pagados. Pero lo que no tenemos es un Gobierno que sepa sacar partido de toda la experiencia y bravura de los servidores públicos. Al contrario, a menudo los escondemos para que los socios separatistas de Sánchez no se enfaden por tener en sus calles agentes de la Guardia Civil, de la Policía Nacional o soldados con la bandera de España en sus uniformes.

Entre el gafe que tiene Sánchez y que padecemos el resto de españoles, y su sectarismo, no hacemos más que vivir jornadas excepcionales que es otra manera de decir catástrofes absolutas. Ahora le ha tocado pagar el pato a Portugal, que no tuvo la suerte de Andorra o Gibraltar de poder tener una opción alternativa para garantizarse el suministro eléctrico. Escucharemos muchas teorías sobre ciberataques y otras causas para intentar que Sánchez escurra una vez más el bulto. Sea cual sea la razón real del apagón lo que sí está claro es que la política sectaria del gobierno en materia energética ha facilitado el desastre.

Y más desastres que vendrán porque tenemos a unos socialistas más interesados en construir una república confederal Ibérica que en gestionar bien los asuntos públicos para garantizar el bienestar de los españoles. En el PSOE están más pendientes de Puigdemont que de construir las infraestructuras necesarias para evitar nuevos problemas energéticos o naturales. Urge quitarse de encima lo antes posible a este Gobierno y los españoles nos tenemos que movilizar democráticamente para conseguirlo.

No compren la propaganda y los bulos que la poderosa maquinaria propagandística del sanchismo está vertiendo para intentar confundir a la población. A día de hoy no sabemos la causa real del apagón, pero muchos estamos convencidos de que este Gobierno miente. Porque nos ha mentido desde su primer día. Y lo hará mientras esté en el poder. Y lo seguirá haciendo cuando dejen de gobernar. Esto es el sanchismo, la utilización masiva de bulos y mentiras para retener la Moncloa –o volver a ella– al precio que sea.

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