Orriols y los perros de la extrema derecha

Cataluña, Silvia Orriols, Aliança Catalana
  • Teresa Giménez Barbat
  • Escritora y política. Miembro fundador de Ciutadans de Catalunya, asociación cívica que dio origen al partido político Ciudadanos. Ex eurodiputada por UPyD. Escribo sobre política nacional e internacional.

Silvia Orriols está en mis antípodas. Separatista y anti española acérrima, ¿quién da más? Pero cuando la ves en el Parlament de Catalunya con la bandera de Israel en la solapa hay que reconocerle el mérito. Cuando en Cataluña se refieren a una mujer con un això és una dona («eso es una mujer». Se lo decían a Marta Ferrusola) ya puedes echar a correr. Pero de una pieza, ambas, sí que son. Por eso Orriols se va a comer la tostada de todos los políticos de barriga agradecida.

El panorama político catalán en 2025 está marcado por una profunda indignación hacia la clase política, percibida como una élite que prioriza su propio poder, privilegios y puestos por encima de los intereses ciudadanos. Esta frustración, alimentada por escándalos de corrupción, despilfarro público y colapso de servicios esenciales, ha impulsado el avance de Aliança Catalana (AC), la formación de extrema derecha que lidera Sílvia Orriols, que ha pasado de 2 escaños en 2024 a proyecciones de 19-20 en encuestas recientes, empatando o superando a Junts en algunos sondeos.

Aunque Orriols es criticada por su discurso antiinmigración y antiespañol, también denuncia temas «incómodos» que resuenan en sectores desencantados: la partitocracia, la corrupción sistémica, los privilegios de los políticos y el malgasto en «chiringuitos» ideológicos. Orriols ha desarrollado su discurso más allá de la inmigración para impugnar el consenso político establecido, tocando fibras sensibles que partidos tradicionales evitan por temor a romper pactos. ¿Temas clave que la de AC ha sacado de debajo de la alfombra? Por ejemplo, el uso indebido de fondos públicos para los salarios y las dietas exorbitantes que perciben los políticos (el 65% del presupuesto del Parlament, que es de 43,5 millones, va a sueldos, o los 12 millones que los catalanes pagan a los partidos).

La Generalitat mantiene 207 entidades paralelas con un gasto de 4.819 millones anuales, cuyos directivos cobran hasta 151.000 euros (ej. Institut Català de Finances). El Govern de Illa destina 18,8 millones solo en sueldos de 200 altos cargos. ¿Es o no es esto una agencia de colocación partidista? Por no hablar de las subvenciones a medios afines. Recordemos el escándalo de la DGAIA (Dirección General de Atención a la Infancia), donde se detectaron fraudes en ayudas a ex tutelados mientras tantos jóvenes catalanes luchan por emanciparse. O como los 37,5 millones en cooperación internacional destinados a programas puramente ideológicos. Orriols lo califica de «fraude sistémico» y acusa a PSC, ERC, Junts, Comuns y CUP de complicidad.

También denomina sin empacho como «estafa piramidal» el sistema actual de la Seguridad Social, y propone un modelo mixto público-privado, abriendo un debate muy necesario que trascendería la autonomía. O su interés en denunciar el problema de la multirreincidencia en Cataluña. Estos puntos han generado impacto porque amplifican quejas ciudadanas ignoradas por el establishment, captando el voto de la clase media indignada.

Se advierte un «desencanto generalizado» post-crisis 2008 y procesista, donde los outsiders pueden captar un voto antisistema. Este malestar explica el auge de AC y Vox, partidos que juntos podrían sumar hasta el 24-30% de escaños según las encuestas del CEO. Aunque el discurso de Orriols incluye elementos ultranacionalistas rechazados por muchos (yo misma), su crítica al «pacto antifascista» que blinda privilegios y al continuismo de Illa resuena en quienes ven a los políticos como guardianes de su estatus. En un contexto de polarización, este fenómeno traerá una fragmentación mayor en el Parlament, complicando la gobernabilidad y forzando a los partidos tradicionales a abordar el malestar real de la ciudadanía. Se está poniendo interesante.

Lo último en Opinión

Últimas noticias