ELECCIONES CATALUÑA

Los pueblos catalanes donde Vox y Orriols son favoritos: «Los sin papeles no me echarán de mi barrio»

En Guissona la población inmigrante ya supera el 53% del total del censo municipal

Ver vídeo
Joan Guirado

Vox dio la sorpresa en las elecciones catalanas de hace tres años. Aliança Catalana, el partido de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, la dará con toda seguridad en los comicios de este domingo. El secreto del éxito de ambas formaciones políticas, una radicalmente constitucionalista y la otra radicalmente separatista, consiste en hablar de una de las principales preocupaciones de los catalanes: la inmigración.

OKDIARIO ha visitado esta campaña electoral cuatro de los municipios con mayor tasa de inmigrantes de Cataluña. Cuatro localidades en las que, según reconocen los vecinos y corroboran los datos policiales, en los últimos años no han dejado de crecer los delitos y las tensiones vecinales.

Aunque muchos quieran silenciar el tema, acusando de racistas o xenófobos a quienes denuncian la situación que viven muchos municipios de Cataluña, lo cierto es que el discurso de Ignacio Garriga y Sílvia Orriols gana cada vez más adeptos. Muchos de sus votantes forman parte, a cuatro días de las elecciones autonómicas, de la bolsa de 40% de supuestos indecisos que reflejaba el CIS en su último informe. Pero en el caso de estos votantes no es indecisión como tal.

Vox y Aliança Catalana tienen una parte de voto oculto importante por miedo a ser señalados por sus vecinos. Pues la izquierda, liderada por el PSC, ERC, los Comuns y la CUP, han iniciado una cacería contra estos partidos por poner en duda su discurso buenista.

Guissona

Con un 52,73% de población inmigrante, Guissona es la población catalana con una tasa de inmigración más alta. A menos de una hora de Lérida, en este municipio de 7.034 habitantes conviven un total de 49 nacionalidades. En un único mes, el pasado diciembre, «llegaron 68 senegaleses de golpe sin permiso de trabajo, que tuvieron que ser empadronados para poder acceder a los servicios públicos» relata una trabajadora del ayuntamiento a la salida del consistorio.

La mayoría de ellos, según esta misma fuente, «se han instalado en viviendas de los 517 compatriotas que ya viven aquí». En algunos de estos pisos «llegan a vivir ocho y diez personas» en un espacio de poco más de 60 metros cuadrados.

Roser, una vecina de toda la vida de Guissona, que ahora comparte edificio con ellos, nos cuenta que «no sé como pueden vivir todos hacinados, con lo pequeño que es». Sabe bien de lo que habla. Su piso es completamente idéntico. Tanto ella como su marido relatan «gritos y peleas constantes y a cualquier hora del día». La mayoría no tienen nada que hacer. Y es habitual verles deambular por el pueblo. Otros se dedican a la recogida de la fruta de forma ilegal.

Manresa

A unos cincuenta kilómetros, ya en la provincia de Barcelona, Manresa es una de las grandes capitales en las que han aflorado más problemas de inmigración en los últimos tiempos. En verano del año pasado, la localidad, gobernada por ERC y el PSC, batió un récord de población extranjera llegada a la ciudad con un 20,3% del censo de 78.985 vecinos. La mayoría se concentran en los mismos barrios, principalmente en Escodines y Sant Bertomeu.

En esta zona han comprado todos los locales que había disponibles, como una fábrica textil, y han okupado muchos edificios de vivienda. En la mezquita se reúnen prácticamente a diario. «Prácticamente, no hay autóctonos», relata Bernat, un vecino que denuncia que «no podía besarme con mi novio en el portal e incluso, a veces, no he podido llegar a casa por intervenciones policiales en busca de explosivos». En la zona hay miedo. Manuel, otro vecino, relata que «a mí no me echarán de mi barrio, les echaré fuera yo».

Roses

En Roses, uno de los municipios de la Costa Brava más cotizados en las últimas décadas por el turismo, el número de inmigrantes supera ya el 30%. Los problemas de seguridad y convivencia que han aumentado sin cesar en los últimos años, con la inacción del gobierno municipal del PSC, está provocando la devaluación del precio de las viviendas que muchas familias compraron como segunda residencia con un gran esfuerzo.

Mariana, una jienense que llegó con sus padres a Roses de pequeña, denuncia «la competencia desleal» que más de 200 senegaleses suponen para su negocio de souvenirs a primera línea de playa. Venden todo tipo de artículos ilegales que, según explica ella, «guardan incluso en el alcantarillado». «A nosotros, el ayuntamiento y el Estado nos crujen a impuestos y a ellos no se les multa y encima se les dan ayudas que pagamos nosotros», explica Mariana, que habla con más miedo desde que atacasen su negocio tras denunciar esta situación en la televisión local.

Salt

También en la provincia de Gerona, en un municipio colindante, Salt es, con el 37,77% de tasa de inmigración, una de las localidades con más problemas de convivencia. El 75% de los niños que nacen ya son de padres inmigrantes. Y eso, explica José, uno de los pocos vecinos de toda la vida que siguen viviendo en su piso de la Plaza Libertad, «marcará el futuro de Salt para siempre». Al intentar grabar unas imágenes en una calle en la que se agolpan más de dos decenas de inmigrantes gritando y bebiendo nos increpan y nos amenazan.

Vox, en las pasadas elecciones municipales, logró todo un hito, al sacar tres representantes en el consistorio. Uno de los mejores resultados a nivel local que logró el partido de Santiago Abascal en Cataluña. Yousef, nacido en Kuwait y propietario de un locutorio en la calle del President Francesc Macià, denuncia que «nos quieren echar de nuestras casas». Considera que «deberíamos organizarnos y lograr la alcaldía de Salt». Pone como ejemplo «lo que hemos conseguido con nuestro voto» en Bradford (Reino Unido). El voto de la inmigración facilitó al candidato musulmán, Rizwan Saleem, ganar la alcaldía.

Lo último en España

Últimas noticias