Monedero suena demasiado a calderilla

Monedero suena demasiado a calderilla

Este pseudo no sé qué tan barato coloca a la cabeza de su currículum la profesión de ¿escritor? ¡Venga ya, manguta, que la literatura es el arte de la expresión escrita y hablada y tú no manejas la una ni la otra! Para escribir hay que amar, conocer y respetar profundamente cada palabra, tener vocación y tras mucho oficio, depurar un estilo. Tú, como a quienes asesoras, estáis cortados por el mismo filo de la peligrosa ignorancia de esos pseudo-intelectuales con vacua cultura. De lo contrario, cómo podrías explicar esta repugnante frase salida de tu boca: “Eva Sannum fue una tapadera para ocultar que el rey Felipe VI es cuando menos bisexual”. Si supieras algo de gramática, cacho mendrugo, habrías dicho «cuanto menos». Eres un pedazo de analfabeto funcional que vas de escritor para escupir a la corona sin ton ni son.

De tus patrones del mal bolivarianos aprendiste a afligir y condenar a los homosexuales, como si ser gay fuera un delito. ¿Acaso se te conoce novia alguna, siete-machos? Porque presentarte en sociedad con una pobre rica haciéndole parecer la asistenta de tus derrames precoces tampoco borra un pasado de estéril Casanova. ¿De verdad crees que haber yacido con chicas deliciosas como Isabel Sartorius, Gigi Howard, Viviana Dellavedora, Alicia Kezjilova, la sensual Gwyneth Paltrow tras rodar ‘Shakespeare in love’ y la erótica Eva Sannum, es capricho de un bisexual «cuando menos», Monedero de calderilla? De serlo, muchos se alistarían al underwear connection de los gays. Y digo gays adrede, porque cuando pregunté a Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura, qué era para él un bisexual, me repuso: “¡Un maricón!” (Entrevista en Panorama). Y si Cela lo dijo, que de lenguaje sabía más que nadie, vienes de difamar al jefe del Estado, pues hay que ser un heterosexual sin fisuras, como lo es el rey, para seducir a tan portentoso grupo de señoras estupendas.

Intuyo que eres un blando de cadera que no se ha atrevido a salir del arcón, porque para eso hay que tener muchos huevos, los que tuvo Jorge Javier Vázquez, brillante escritor, expresando el tormento que requiere hacerlo en dos amargos relatos. Y como tú de huevos andas corto, te consuelas trasladando tus ofuscaciones a una regia figura. Antes de sermonearnos acerca del amor, el sexo y la belleza y demás maravillas que no te sugestionan ni conciernen, ¿te has mirado bien al espejo? ¿Bien a fondo? ¿Tú has visto lo jodidamente feo que eres por fuera, por dentro y en tu perfil de politógolo de feria? ¿Buscas vengar aquel fabuloso: “¡Por qué no te callas!”, que le soltó el Rey emérito a ese gorila de Chávez que abonaba tus turbias comisiones —desde entonces fuiste un perenne caradura fiscal— por animarle a reprimir “a sangre y fuego” las protestas callejeras contra su dictadura basada en el crimen impune?

¿Pretendes que el sucesor del simio colorado, Nicolás Maduro, te exonere de haberle colado esa estúpida idea de ZP sobre la economía sostenida – plagiada por ti con ese fervor de escritor de tres al cuarto- que ha arruinado a Venezuela? Calumniando al Rey, ¿crees que el segundo gorila soltará la mosca, la suma de dólares prometida que te ha retenido por inútil? En fin, mendaz Monedero de calderilla, tú, de ser algo, no eres más que un tremendo ………..  (que el lector rellene lo que estime propio, que la gallina ya va coja y con la cresta lacia).

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