Intolerancia frente a los intolerantes
En vísperas del clásico que disputan Barça y Real Madrid en el Camp Nou, aplazado por la actitud violenta de radicales independentistas tras la sentencia del juicio del procés, es obligado hacer un llamamiento a la moderación y la firmeza, que no son conceptos antitéticos. Después de la suspensión del Rayo Vallecano-Albacete tras los bochornosos incidentes protagonizados por grupos de ultraizquierda que insultaron gravemente a un jugador del equipo rival, el partido de mañana viene envuelto de una tensión que no tiene nada que ver con el deporte, sino con la utilización política de un grupo violento de radicales independentistas que pretende convertir el choque en un acto de exaltación del separatismo.
Los clubes tienen una responsabilidad ineludible para acabar con estos episodios de violencia que no se resuelven desde la pusilanimidad ni la tibieza. El fútbol se ha convertido en válvula de escape de las actitudes más radicales, violentas y antidemocráticas de nuestra sociedad. Durante un tiempo contaron con la complacencia de los clubes, pero justo es reconocer que las cosas están cambiando. Barça y Real Madrid fueron conscientes de que no se podía ser tolerantes con quienes exhibían una recurrente intolerancia. Y actuaron para acabar con facciones radicales como los Boixos Nois o Ultra Sur. Ese es el camino. No hay otro. De modo que el Rayo Vallecano tiene que hacer lo propio con los denominados Bukaneros, la expresión más contraria a lo que representan los valores del deporte y la sana competencia.
El Barça-Real Madrid va a ser utilizado por quienes se sirven del deporte para denigrar el deporte con acciones antidemocráticas que representan un ataque a la convivencia y al marco constitucional. Es por eso que hay que urgir a la moderación, pero también a la firmeza. Porque lo que no se puede permitir en ningún caso es que la violentos logren su objetivo, que no es otro que servir a los intereses del grupo de golpistas que sigue empeñado en subvertir el orden constitucional.