El hombre de paja de Ferraz

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La falacia del hombre de paja es una trampa argumental que consiste en rebatir una ridiculización del argumento del oponente, sin entrar verdaderamente en el tema de fondo. El hombre de paja representa los monigotes de paja y madera contra los que, en la Edad Media, los aprendices practicaban sus mandobles con la espada, sin arriesgarse a luchar frente a un verdadero oponente armado, contra el que podrían salir heridos. A diferencia de una piñata, el hombre de paja no esconde dulces ni caramelos y no sirve como diversión, sino que se trata de un típico entrenamiento militar o, en el caso del PSOE, de una estrategia de distracción. Los socialistas han presentado ante la Fiscalía General del Estado una denuncia por la piñata de Nochevieja en Ferraz, en la que el PSOE se presenta como un colectivo vulnerable que ha sido víctima de un supuesto delito de odio. Típico hombre de paja.

En realidad, nuestro Código Penal no establece ninguna condena contra el odio, porque un sentimiento no pude ser reprimido legalmente. Lo que aparece tipificado como delito es la incitación al odio contra determinados colectivos que, conforme a la jurisprudencia, deben tratarse de minorías especialmente vulnerables por determinados motivos racistas, religiosos, de orientación sexual, etc. Y como parece complicado asimilar con una minoría especialmente vulnerable al Partido Socialista, siendo el colectivo que más años lleva ejerciendo el poder desde la Transición y que lo ejerce de una forma más extendida por toda España, desde los ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos y hasta la Moncloa; han tenido que acudir a lo ocurrido hace casi 100 años para victimizarse. Dice el PSOE en su denuncia que ese partido «fue perseguido durante la dictadura franquista, y durante la Guerra Civil». El hombre de paja de Ferraz.

Otra vez el comodín de Franco, que lo mismo sirve para tapar la corrupción de los ERE de Andalucía como para esconder los pactos con Bildu o distraer de los indultos y la amnistía a los golpistas. Franco es capaz de convertir al PSOE en un colectivo vulnerable a pesar de haber profanado su sepultura en el Valle de los Caídos, y pese a que el socialista Marlaska dirige a su antojo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluidos los 200 antidisturbios que sirvieron de público para la piñata de Ferraz, observando en directo los supuestos delitos de odio que ahora denuncian, sin ordenarles realizar ni la menor intervención que los evitase. Quizá el delegado del Gobierno pensó que le vendrían bien las imágenes del hombre de paja de Ferraz.

Pero ya que el PSOE quiere que echemos la vista atrás y nos fijemos en ese Partido Socialista «perseguido durante la dictadura franquista, y durante la Guerra Civil», vamos a aprovechar para recordar a sus figuras más destacadas. Entre ellas encontramos a Indalecio Prieto que, tres meses antes de liderar el golpe de Estado de 1934 contra la II República, el 4 de julio de 1934, en el Congreso de los Diputados, sacó una pistola, la amartilló y apuntó al diputado de la CEDA Jaime Oriol, amenazando con dispararle. En octubre de ese mismo año el socialista Indalecio Prieto fue el encargado de la preparación militar y del avituallamiento de las armas para el golpe en el que se asesinó a unos 250 miembros de la Guardia Civil y de Asalto, así como a 34 sacerdotes y religiosos. Incendiaron la Universidad, el Teatro Campoamor, la Catedral de Oviedo, así como numerosos edificios religiosos. Fue también un guardaespaldas de Indalecio Prieto, Luis Cuenca Estevas, quien asesinó a Calvo Sotelo, líder de la oposición, disparándole en la cabeza por la espalda en la madrugada del 13 de julio de 1936.

Otro de los insignes miembros del Partido Socialista en aquella época en la que ahora dicen que fueron perseguidos fue Largo Caballero, el Lenin español, quien en los años 30 creó el grupo paramilitar de las Juventudes Socialistas, los chíbiris, y en cuyos mítines se arengaba a favor de la revolución comunista y se amenazaba con ir a la Guerra Civil si las derechas ganaban las elecciones. El PSOE que junto a su sindicato UGT gestionaron durante la Guerra Civil entre 42 y 92 checas, según la fuente, lugares donde, al margen de la ley y sin garantías judiciales, se detenía, interrogaba, violaba, torturaba y asesinaba a católicos y votantes de derechas; ese PSOE se presenta en 2024 como un colectivo vulnerable que fue perseguido durante la guerra.

Como un hombre de paja que distrae del tema fundamental, el PSOE finge ser la víctima del odio que ellos siembran y pretenden que así nos olvidemos de sus crímenes antiguos y recientes, de su eterna corrupción y de lo que ahora nos ocupa, que no es otra cosa que el golpe que le están asestando a nuestra democracia, cediendo a los chantajes de proetarras y golpistas.

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