La Gran Cruz de Fernando VIII, ‘el Grande-Marlaska’

Fernando Grande-Marlaska

Fernando I de León (1016-1065), llamado el Grande; Fernando II de León (1137-1188); Fernando III (1199-1252); Fernando IV de Castilla (1285-1312); Fernando I de Aragón (1380-1416); Fernando II de Aragón, El Católico (1451-1504); Fernando VI (1713-1759); Fernando VII (1784-1833) y Fernando VIII, el Grande-Marlaska, o más conocido como  «el sanchista» (1962). Esta es la relación de los Fernandos que reinaron España, incluyendo al actual ministro del Interior por razones obvias. Y es que el susodicho ha encargado la creación de una nueva condecoración otorgada por su departamento que no tiene parangón.

Se denomina Orden del Mérito a la Seguridad y su concesión será decidida unilateral y discrecionalmente por el ministro a aquellos policías, guardias civiles y personas ajenas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La medalla, explica Interior en su proyecto, podrá concederse «a personas físicas o jurídicas y a entidades sin personalidad jurídica de nacionalidad española o extranjera». Se estipula que el día de su imposición será, como norma general, cada 6 de diciembre, Día de la Constitución. Se espera que la primera edición se produzca en 2025. No tiene precedentes que una distinción de esta naturaleza y que tendrá varias modalidades -la Gran Cruz, Cruz de Oro, Cruz de Plata y Placa- tenga un procedimiento de concesión  que dependa directamente y en exclusiva del titular de un departamento ministerial.  «Serán otorgadas mediante orden de la persona titular del Ministerio del Interior», incide el proyecto consultado por OKDIARIO.

De modo que será el propio Marlaska quien pueda decidir a quién se le otorga este reconocimiento, abriendo la puerta a polémicas como las ya existentes en Policía Nacional y Guardia Civil con la concesión de medallas pensionadas -que llevan aparejadas una cuantía económica- comisarios afines, algunos incluso jubilados. La justificación de la medalla tiene tela: «Los deberes a los que aluden la Constitución y las leyes pueden ser cumplidos de modo obligatorio, o también pueden ser asumidos voluntariamente incluso superando el nivel de exigencia, lo que pone de relieve la necesidad de establecer reconocimientos públicos de las acciones meritorias realizadas por quienes, con independencia de los imperativos legales, intervienen en acciones relacionadas con la seguridad pública». Lo dicho: la Gran Cruz de Fernando VIII, «El Grande-Marlaska».

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