Gasto, déficit y deuda son el problema

Gasto, déficit y deuda son el problema

España afronta la crisis actual sin capacidad de maniobra contracíclica en su política fiscal por el lado del gasto ante una caída de la actividad económica que lo requiriese. Ello se debe a que si en el inicio de la anterior crisis, 2007, la deuda sobre el PIB se encontraba en el 35%, ahora se halla entre el 115% y el 120%. A esta situación no se ha llegado por casualidad, sino porque durante el mandato de Sánchez se ha incrementado el gasto como nunca antes se había hecho. Es cierto que hay un gasto ligado a las medidas adoptadas durante la pandemia, pero ese gasto siempre debió ser transitorio y, sin embargo, Sánchez lo ha convertido en permanente en su práctica totalidad.

De este modo, el incremento de la deuda en el mandato de Sánchez está siendo exponencial: casi 300.000 millones más de deuda desde que gobierna y más de 200 millones al día de incremento de deuda. Eso hace que España tenga, en su conjunto, una deuda de 1,4 billones de euros a abril de 2022 (último dato publicado por el Banco de España). Pues bien, de esa parte, la deuda del Estado en Circulación (que no incluye CCAA ni EELL), se eleva a 1,2 billones de euros.

De esa manera, aunque el Tesoro ha realizado bien su trabajo alargando la vida media de la cartera, hasta los 8,12 años, que minimiza el impacto de potenciales futuras subidas de tipos de interés, todo el endeudamiento nuevo (hasta 2025 se moverá entre los 75.000 millones previstos en su Estrategia de Financiación para 2022 y los cerca de 35.000 millones para 2025) se financiará más caro, como ya está sucediendo en estos momentos.
Eso nos daría un incremento importante en el coste de la deuda a reflejar en el capítulo III, tomando la deuda actual que refleja el Tesoro en su estadística de 30 de abril de 2022 (sólo la del Estado), de 1,24 billones de euros.

De esa forma, el coste medio actual del último año cerrado (2021) es de 1,64% de toda la cartera, que supone un coste de 20.415,36 millones de euros. Pues bien, si el coste medio de la cartera subiese un punto porcentual, los intereses financieros subirían en 12.448,39 millones. Es casi imposible que ello suceda en 2022, pues para que toda la deuda subiese, en media, a ese tipo, el endeudamiento bruto del año -refinanciación de amortizaciones y deuda nueva- tendría que tomarse muchos puntos porcentuales más caros. Ahora, lo que sí que podría pasar es que una gran parte de ese endeudamiento bruto del año, que es de 237.498 millones de euros, viese cómo tiene que financiarse un punto más caro que la media. Eso elevaría el capítulo III en 2.374,98 millones de euros más. Parte del endeudamiento bruto del año lo tiene ya emitido el Tesoro, con lo que esa cifra en 2022 puede no incrementarse tanto, pero también podría suceder que el coste del endeudamiento bruto del ejercicio subiese más de un punto porcentual, con lo que, en este caso, la presión sería al alza.

Ése es el resultado de la política económica equivocada del Gobierno, que apoya una política fiscal tremendamente expansiva por el lado del gasto, comprometiendo la capacidad de la economía española para sostener dicho endeudamiento. No se puede seguir por este camino, porque sólo nos llevaría a una situación muy complicada. De hecho, hemos visto cómo los mercados han elevado la prima de riesgo de España -casi 30 puntos básicos en un único día- cuando el BCE anunció el fin de las compras de bonos, y ha obligado al propio banco emisor a anunciar una herramienta para mitigar ese efecto. Es el problema de que Sánchez se haya apartado de la senda de estabilidad. Por ello, es imprescindible que retornen de inmediato las reglas fiscales y el cumplimiento de los objetivos de estabilidad, para evitar que el Gobierno de Sánchez siga empeorando la situación de endeudamiento de la economía española y pueda salir de esta difícil situación.

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