Don Tancredo milita en Esquerra Republicana

Don Tancredo milita en Esquerra Republicana

Que el ‘procés’ ha muerto y se ha convertido en una mera lucha por el poder entre Esquerra Republicana y la Neoconvergencia neopujolista de Carles Puigdemont es una realidad evidente desde hace meses. Pero que esta pelea a navajazos por controlar los cerca de 30.000 millones de euros de presupuesto de la Generalitat se visualice en una imagen simple, pero definitiva e inapelable, no es tan fácil en la Cataluña nacionalista, en la que el postureo y el intento de no querer pasar como «traidor» es norma fundamental de conducta.

Que Don Tancredo se haya reencarnado en Pere Aragonès, el máximo cargo de ERC no encarcelado, que detenta la vicepresidencia del gobierno autonómico catalán, es, sin duda, la noticia política del año en Cataluña. Que mientras todos los diputados de Junts per Catalunya se levantaban de sus escaños en el pleno del Parlament para aplaudir a Quim Torra, con la pistola humeante de su destitución como diputado aún caliente, Aragonès se convirtiera en estatua de sal, y permaneciera, sentado, inmóvil y sin dar palmas, es definitivo.

Los votos de ERC en la Mesa fueron imprescindibles para que la cámara catalana acatara las resoluciones judiciales que retiraban el acta a Torra. Y Aragonès, y el resto de parlamentarios de la formación de Junqueras, fueron coherentes con su decisión y ni siquiera se apuntaron al disimulo y no participaron en la última ovación del ‘president’ de la Generalitat como diputado.

Aragonès no va pintado de blanco, como Don Tancredo, ya que sigue luciendo el amarillo de los lazos sectarios que intentan vender que España no es una democracia, sino un país autoritario al estilo de Turquía. Pero decidió quedarse quieto para que Roger Torrent, y algún compañero de partido más, no acabara haciendo compañía a Junqueras y Romeva en el Hotel Lledoners. Ni apoyos en la Mesa, ni gestos en el pleno. ERC se ha hartado que su líder siga entre rejas mientras el de Waterloo marca paquete en el Parlamento Europeo tras haber huido de la Justicia como un cobarde en el maletero de un coche.

Don Tancredo es esa figura que ha de permanecer inmóvil en medio de una plaza de toros mientras el morlaco se mueve alrededor. Y ERC seguirá usando contra la justicia española un elevado nivel de pirotecnia verbal, pero a nivel práctico, en lo que importa, en los hechos, ha apostado por no moverse ante el empuje y la bravura de la Justicia, que será lenta, pero que funciona y va sentando en el banquillo a todos los responsables del golpe de Estado separatista.

A ‘Tancredo’ Aragonès el ‘president’ Torra no le tuvo en cuenta para decidir su adelanto electoral en diferido. Pero tampoco el ‘número 2’ de ERC se alteró demasiado. Lo que realmente le interesa a Esquerra, y a su bien nutrida clientela política, es la aprobación de los presupuestos autonómicos. Y Torra no cuestionó las cuentas de la Generalitat. A fin de cuentas, los neoconvergentes también tienen que repartir alpiste entre los suyos y siguen controlando TV3, lo que les da cierta tranquilidad de cara a los próximos comicios autonómicos.

Oriol Junqueras ha decidido que la centralidad política en Cataluña es él. Y deja a Puigdemont y Torra, cada vez más ‘cuperos’ y pro CDRs, el espacio del nacionalismo friki e hiperventilado. El problema que pueden encontrarse los de Esquerra es que, tras varios años de propaganda salvaje a los electores separatistas, con elevadas dosis de ‘TV3ina’ en vena, es más que posible que estos votantes prefieran de nuevo el Circo de Waterloo al Monje ‘Sensato’ de Lledoners y a Don Tancredo Aragonès.

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