Carta abierta a la presidenta de la Comisión Europea

Señora presidenta,
Me he decidido a escribirle, como español de a pie, y con el alto e inmerecido honor de hacerlo también en nombre de treinta asociaciones de la sociedad civil de toda España, en esta ocasión de forma pública, ante la gravísima situación que atravesamos en España. Desde hace casi cinco años usted conoce muy bien lo que periódicamente le transmito mes a mes y en las últimas semanas con aún más frecuencia dadas las circunstancias. España, señora presidenta, está gobernada por quien no merece el cargo por muchísimas razones.
Quisiera antes de nada agradecerle, como español y europeo de a pie, que por primera vez en muchísimos años y desde hace pocas semanas la Comisión Europea comienza a señalar la situación como de una corrupción asfixiante en España y también por haber dado a conocer pocos días antes de la aprobación de la inconstitucional ley de amnistía el pasado 26 de junio, los informes de la Comisión, destacando que dicha ley supone una autoamnistía de quienes cuentan con sus propios votos, para lograrla y después de haberla redactado a la medida en connivencia con el presidente del Gobierno, que a cambio obtuvo esos siete votos corruptos para acceder al cargo. Hay que decir, aparte de ello, y que por cierto, antes de las elecciones del 23 el propio presidente del Gobierno dijo que era ilegal e inconstitucional dicha ley, que además de esta cuestión, el presidente del Gobierno también ha contado con otros votos, que no sé calificar, cuyo partido lleva en sus listas electorales ensangrentadas, asesinos y terroristas, al tiempo que vilipendia el propio presidente a las víctimas del terrorismo y sus familias.
El Parlamento Europeo destacó como cuestión esencial el pasado 22 de mayo en el plenario, que el Gobierno atacó el Estado de Derecho y la separación de poderes, lo cual es determinante, claro y cristalino, para entender la situación.
Por si faltaba algo, también en las últimas semanas desde la Comisión Europea, se señala la inexistencia de una estrategia contra la corrupción, y la prensa internacional señala ya a España con una corrupción extrema, también la prensa señala una situación vergonzosa de prostíbulos de familia y proxenetas que han financiado al presidente del Gobierno y señala así mismo un ataque absoluto y furibundo al Estado de Derecho en España y, por tanto, en Europa, al punto de ser así mismo nombrado el presidente del Gobierno, por The Times, Don Teflón, es decir, como el jefe mafioso de Nueva York.
Destituye a su mano derecha en el partido hace pocos días, por informes de la Guardia Civil de enorme corrupción e ingresa en la cárcel, queriendo página, diciendo que «ha perdido la confianza» en alguien que conoce todos los secretos del Gobierno por haber sido quien pactara y viajara a Bélgica y Suiza para negociar con los golpistas y filoterroristas que sostienen al Gobierno, y siendo, por tanto, ello una gravísima situación para la seguridad del Estado. Imposible de poder sostener esto en un gobierno democrático.
Convendrá conmigo, señora presidenta, que esta situación extraordinaria y gravísima para las normas de cumplimiento y ética política europea, para la dignidad de Europa y para la defensa del Estado de Derecho de Europa y de los artículos del Tratado de la Unión, no puede seguir ni un minuto más así.
Dos hechos de especial gravedad para desintegrar definitivamente la Constitución y el Estado de Derecho, en modo golpe al Estado, se están produciendo. Uno, lo que se ha confirmado hace pocos días aprobando el Tribunal Constitucional una inconstitucional ley de amnistía que como decía al principio la propia Comisión Europea ha calificado nuevamente antes de ayer en las dos sesiones de la vista en la Gran Sala del Tribunal de Justicia de la UE, diciendo que la amnistía tratada de una contraprestación política del gobierno español a sus socios separatistas, beneficiarios directos de la misma, una autoamnistía, queriendo quien ostenta el poder político blindarse para garantizar su inmunidad jurídica y siendo todo ello contrario al principio del Estado de Derecho y añadiéndose por la tarde el rechazo de la Comisión Europea a la amnistía de los delitos del terrorismo.
El hecho de que el Tribunal Constitucional no haya querido ni escuchar, ni valorar, los informes de la Comisión Europea anteriores a su decisión, ni tampoco hacer consulta previa, es en sí mismo inadmisible y evidente la voluntad prevaricadora y delictiva.
Por otro lado, los esfuerzos para aprobar una ley -Begoña Bolaños-, con suma urgencia, para reformar la Justicia, pero solo con la voluntad de secuestrar la independencia judicial no tiene precedentes, pero se hace para borrar de golpe toda la corrupción familiar, del Gobierno, y del partido, y es además, el fin de la democracia. Una gravísima situación para controlar el poder judicial desde el Gobierno, y terminar con el Estado de Derecho.
Europa también rechaza ayer mismo el impedimento a fusión de empresas y reclama insistentemente aplicar la ley electoral europea para las elecciones a su parlamento, mientras el gobierno no lo hace, por no llegar los partidos extremistas al porcentaje de voto exigido, pues sería terminar con esos partidos socios del Gobierno y que quieren romper España.
Señora presidenta, este plan de acción de plena ruptura de la Constitución, de la independencia judicial, del Estado de Derecho y del imperio de la ley en Europa, en modo golpe de Estado de nueva generación y en plena Europa, es lo más grave que está ocurriendo en España y por supuesto en Europa en los últimos cuarenta años y rompe, sin que existe precedente, con los fundamentos esenciales del Estado de Derecho y de nuestra democracia continental.
Señora presidenta, es así mismo gravísimo para el ejemplo que Europa ha de dar que el presidente del Gobierno no reconozca 351 días después al presidente González Urrutia, a la heroica oposición con tantos asesinados y encarcelados ya la líder de la libertad de occidente María Corina Machado, y mientras, ser cómplice absoluto, el presidente del Gobierno, de un usurpador y criminal.
Quiero pedirle en nombre de muchas asociaciones de la sociedad civil de toda España, que pueda expresar públicamente esta enorme preocupación por el ataque directo y fulminante del presidente del Gobierno al Estado de Derecho. La situación es de extraordinaria gravedad, y extraordinaria ha de ser la respuesta y solución, ya que sobrepasa absolutamente los canales previstos para situaciones complejas de Estados miembros, sin duda alguna. Esto es así y más vale no ya te das cuenta a tiempo, que lo sabemos de sobra, sino ser muy consciente de los hechos inapelables que llaman a esa solución extraordinaria.
Señora presidenta, hace pocos días usted quiso públicamente llamar la atención al primer ministro de Hungría para que no sancionara a la comunidad LGTB en su fiesta. Creo muchísimo más importante poder hacer lo mismo, convendrá conmigo, con el primer ministro español para exigirle delante de toda Europa, ante los hechos inaceptables y repetidos de perversa labor para acabar con la democracia, que convoca elecciones libres y seguras y dimita. Supongo, sin ninguna duda, que estará de acuerdo conmigo, al ser trascendental y condición sine qua non para preservar el imperio de la ley y las columnas básicas de la democracia en Europa, sin lo cual, ningún grupo o colectivo que sea, podría ejercer su libertad y sus derechos en ninguna nación europea.
Señora presidenta, ustedes son nuestras instituciones, las de los ciudadanos europeos. Pedimos a nuestras instituciones con todo respeto, pero con plena convicción y firmeza la resolución urgente, inmediata, y extraordinaria, del problema más grave que tiene Europa en este momento y sus efectos letales para todos los países miembros, por mucho que haya muchos problemas en la mesa. Sin el tesoro de la libertad, la igualdad y el Estado de Derecho desaparece la democracia en Europa y con ello nuestra razón de ser. Sin ello, simplemente, desaparece Europa. La dignidad de los europeos exige sin dilatación la firmeza y rotundidad en la defensa de nuestros principios y valores más importantes. Sin ellos desaparecería también nuestra condición de ciudadanos europeos con el compromiso de velar por nuestras libertades y nuestra democracia.
Muchas gracias y muy atentamente.