Illa suspende

Illa
Xavier Rius
  • Xavier Rius
  • Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.

En marzo del año pasado, Pere Aragonès convocó elecciones anticipadas. No pudo aprobar los Presupuestos autonómicos. Los Comunes se los tumbaron.

Debió pensar que, como Pedro Sánchez, a jugada le saldría bien. En enero ya nombró un viceconsejero de Estrategia y Comunicación, Sergi Sabrià. Una figura inédita en el ordenamiento institucional de la Generalitat.

No había pasado nunca. La figura de «viceconsejero» era nueva creación. Además de «Estrategia y Comunicación» nada más y nada menos. Menudo morro. Era una manera de que el futuro jefe de campaña de ERC tuviera sueldo público. Y poner toda la carne en el asador. Todos los medios del Govern -incluida TV3- para salvar la carrera electoral.

La decisión, en todo caso, le salió por la culata. Esquerra perdió 13 diputados de golpe y quedó a mucha distancia de Junts, su rival de siempre. El marcador arrojaba un resultado de escándalo: 35 diputados a 20.

Presentó su dimisión, aunque hay que decir Aragonès, con apenas 40 años, no ha salido con una mano delante y otra detrás. Como todo expresidente, tendrá derecho a una asignación de más del 80% de su sueldo y una pensión de 91.000 euros cuando se jubile.

Me ahorro el despacho, la secretaria, el coche y la escolta oficial. Escogió un lugar bucólico dentro de Barcelona. Un inmueble dentro del recinto del Palacio de Pedralbes, ahora cedido a la Generalitat.

Por la misma regla de tres, Salvador Illa debería convocar también elecciones tras solo un año en el cargo. Tampoco ha podido aprobar sus primeros Presupuestos. Aunque el récord lo ostenta Pedro Sánchez, que lleva ya dos sin inmutarse. Va hacia el tercer ejercicio.

La efeméride -Illa, presidente- cumplió el pasado día 8. Ha sido una celebración por lo bajini. Él, de vuelta ya de su viaje a China, ni siquiera ha hecho balance oficial. Aprovechando que la gente tiene más la cabeza en la playa que en el Palau de la Generalitat.

Tampoco es que haya mucha cosa a celebrar. Los de Junts han descubierto, con espanto, que Illa es más socialista de lo que parece. Albert Batet, el presidente del grupo parlamentario, le ha reprochado más de una vez en las sesiones de control que gobierna con los Comunes. Y, la verdad, es que ha llegado a acuerdos incluso con la CUP en tema de vivienda.

Una de cal y otra de arena porque, por otra parte, intenta desbloquear la ampliación del Aeropuerto del Prat. A base de comerse un poco de la laguna protegida que hay al norte y de la que hay al sur. Solución que ya propuso en su día, para lamento suyo, el entonces vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, de Junts.

Pero aparte de buena voluntad, viajes oficiales y ser más indepe que ERC en algunas cosas hay poca chicha de gobierno. Lo único bueno es que, al menos, ha recuperado un cierto sentido institucional. No la lía como Torra. No cuelga pancarta en la fachada del Palau de la Generalitat. Y si viene el Rey a Cataluña, va. Como es su deber.

Hasta fue a la entrega de los Premios Princesa de Asturias en Oviedo. Para desesperación del Polonia de TV3, que en teoría es un programa de humor. Es lo mínimo que se puede pedir a un presidente de la Generalitat

Pero, entre las cosas malas, el escándalo de la DGAIA, la dirección general que se encargaba de los menas. De momento le han cambiado el nombre. Es una técnica habitual cuando las cosas van mal.

Los socialistas, cuando llegaron al Ayuntamiento de Barcelona (1979) también le cambiaron el nombre al Barrio Chino y lo rebautizaron como El Raval. Y Lufthansa cambió el nombre de Germanwings después de la tragedia de los Alpes.

Pero con eso no basta. Si hay indicios de delito, debería haber presentado ya denuncia en el juzgado o en fiscalía. Son hasta 167 millones de euros malversados, que son muchos millones

Lo que pasa es que afecta básicamente a ex concejeros de Esquerra: Dolors Bassa (2016-2017), Chakir El Homrani (2018-2021), Violant Cervera (2021-2022, esta de Junts) y Carles Campuzano (2022-2024), que tras más de veinte años de diputado de CiU en el Congreso se pasó a Esquerra.

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