El apoyo de la Reina a la lucha contra la esclavitud sexual
La preocupación y el interés de la Reina Letizia con la causa que trata de acabar con la explotación sexual y la trata de mujeres y niñas viene de lejos, de hace ya varios años. El punto de partida fue la firma del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que se firmó en diciembre de 2017, y que abrió las puertas a doña Letizia a prestar su apoyo a un sector de la sociedad muy explotado y vulnerable.
Antes de que termine la semana, la Reina recibe en audiencia en el Palacio de la Zarzuela a una representación de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida, APRAMP, encabezada por su Directora, Rocío Mora. De ella viene recibiendo hace varios años una completísima información sobre la esclavitud que supone para las mujeres y las niñas la explotación sexual y acerca de la lucha que la Asociación lleva a cabo para rescatarlas primero y capacitarlas después para entrar en el mundo laboral.
La labor que se ha autoimpuesto la Reina Letizia es visibilizar el problema de la trata y la explotación sexual, un drama que muchos quieren que siga siendo invisible. En España, la situación es particularmente grave, ya que es el primer país europeo que más demanda a las mujeres para la prostitución y el tercero a nivel mundial. El negocio de la explotación sexual de niñas y mujeres es el segundo más lucrativo a nivel nacional y la lucha contra ese drama que afecta a miles de mujeres es muy difícil debido a la acción de mafias que controlan ese mercado humano.
En la audiencia en la que la Reina recibe a la representación de APRAMP, ella va a escuchar con total interés los datos que le van a proporcionar sus integrantes sobre la explotación sexual de las prostitutas, muchas de ellas traídas de terceros países con engaño y a las que se atrapa con unas condiciones leoninas de las que es muy difícil escapar. El compromiso de doña Letizia es total con las medidas que la Asociación lleva a cabo para liberar a esas mujeres y sacarlas de la calle o de los locales en donde las obligan a ponerse a disposición de los clientes –los puteros- responsables en gran parte de que la trata y la explotación exista.
Prueba irrefutable del apoyo de la cónyuge de Felipe VI a la reinserción laboral de algunas de esas mujeres conseguida por APRAMP es la decisión de hace unas semanas de doña Letizia de vestir, para uno de sus actos oficiales, un traje confeccionado por mujeres rescatadas de la prostitución. Se cosió en un taller en el que las mujeres anteriormente explotadas salen adelante después de ser recuperadas por personas que dedican su tiempo a esta labor solidaria, que trata de que lleven una vida digna una vez que salen de las redes en las que han estado atrapadas.
APRAMP reclama una ley integral contra la trata y explotación sexual que creen será una herramienta absolutamente imprescindible para acabar con un negocio que degrada a las mujeres y las convierte en objetos a conseguir. Una actividad delictiva que es prácticamente invisible y con la que la Reina ha decidido que merece la pena comprometerse y contribuir a su desaparición.