Animales

Descubrimiento inédito: confirman el hallazgo de 4 nuevas especies de rana que viven a 2.000 metros de altitud

Pristimantis satheri, ranas, animales
Pristimantis satheri.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

El mundo animal es tan vasto como desconcertante. Aunque se han catalogado más de 10.000 especies de reptiles y unas 7.500 de ranas, la lista sigue creciendo.

Eso ha vuelto a quedar claro con el hallazgo de cuatro nuevas especies de rana en plena cordillera andina. El estudio, publicado en la revista PeerJ y liderado por Mario H. Yánez-Muñoz desde el Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), se basa en los bosques húmedos de la cuenca del río Mira, en el norte de Ecuador. Un territorio que sigue guardando sorpresas.

Descubren cuatro nuevas especies de rana en los Andes

Estas ranas han sido nombradas como Pristimantis praemortuus, Pristimantis broaddus, Pristimantis robayoi y Pristimantis satheri. Cuatro nombres nuevos para el libro de los anfibios. Viven entre los 1.600 y los 2.300 metros de altitud, en bosques nubosos donde la niebla lo envuelve todo.

No necesitan charcas para reproducirse, ni grandes ríos cerca. Son ranas de desarrollo directo, pequeñas, silenciosas, fáciles de pasar por alto si no se presta atención.

Se mueven sobre todo al anochecer, cuando la humedad sube y el entorno se llena de insectos. Se alimentan de pequeños invertebrados como hormigas, ácaros y larvas. No saltan grandes distancias, prefieren caminar o trepar con cautela entre musgos y hojas mojadas.

El equipo de investigación encontró diferencias claras entre ellas. No tanto por el tamaño (ninguna supera los 2,5 centímetros) sino por los detalles: colores que van del cobre al negro, dibujos marmoleados en el vientre, dedos con pliegues finos o pliegues dorsales bien definidos. Algunos ejemplares tienen marcas en forma de trapezoide bajo la garganta, otros presentan ojos de iris dorado con reflejos cobrizos.

En el estudio se explica que estas ranas forman parte del clado Pristimantis celator, un grupo que ha evolucionado de forma aislada por la geografía escarpada de la zona. Según los investigadores, las distancias genéticas entre estas especies y sus parientes más cercanos superan el 3,5 %, lo cual confirma que no estamos ante variantes locales, sino ante ramas nuevas del árbol evolutivo.

¿Cómo descubrieron que estas ranas eran especies nuevas?

Este hallazgo ha sido el resultado de años de trabajo sobre el terreno. Las expediciones, organizadas entre 2015 y 2023, recorrieron zonas como la Reserva Drácula o el Cerro Golondrinas, donde se recolectaron ejemplares y se compararon con material conservado en museos de Ecuador y Colombia.

El equipo revisó el linaje de Pristimantis verecundus y descubrió que ahí habían especies distintas. Las pruebas genéticas, combinadas con un análisis detallado de su anatomía, permitieron separar lo que hasta ahora se daba por una sola especie.

Los datos recogidos indican que en esta región se han documentado más de 120 especies de anfibios y reptiles. Sólo en la última década se han descrito siete nuevas ranas, y quedan al menos 15 más en lista de espera.

No obstante, conocerlas no implica protegerlas. La deforestación, el avance agrícola y el calentamiento global siguen amenazando a estas especies. Por ello, estas ranas podrían desaparecer antes de que lleguemos a entender su papel ecológico.

Lo último en Curiosidades

Últimas noticias