El Gobierno lo ha confirmado: adiós a tu contador de agua de toda la vida a partir de este día
La fecha límite que tenemos para cambiar el contador del agua
Cómo leer el contador del agua fácilmente paso a paso
Contadores digitales de agua en tu habitación del hotel, lo último para concienciar a los huéspedes


Puede que no lo sepas, pero en menos de dos meses podrías tener que despedirte del contador de agua vinculado a tu vivienda. No es una decisión opcional, sino una obligación legal que viene marcada por una normativa estatal que, aunque se aprobó hace ya tiempo, ahora empieza a hacer efecto real. El Gobierno ha puesto fecha límite y no hay vuelta atrás: si tu contador tiene más de 12 años, habrá que cambiarlo antes del 25 de octubre de 2025.
Se trata de una medida que afecta tanto a viviendas particulares como a comunidades de vecinos, locales comerciales, zonas de riego y hasta contadores de agua caliente o fría sin distinción. La norma no discrimina por tipo de uso ni por titularidad. Si el aparato ha superado la docena de años en funcionamiento, debe ser reemplazado, salvo que se justifique su buen estado mediante una revisión técnica específica. Y lo más importante: quien no lo haga a tiempo, se expone a sanciones o a quedarse fuera del cumplimiento normativo en algo que resulta tan básico como el suministro de agua. Y aunque pueda parecer un cambio impuesto sin previo aviso, lo cierto es que la obligación viene recogida desde 2020 en la Orden Ministerial ICT/155/2020. El plazo de cinco años que dio el Ejecutivo para adaptarse está a punto de expirar. Por eso es ahora cuando muchas comunidades, propietarios e incluso empresas de suministro han empezado a reaccionar.
El Gobierno lo ha confirmado: adiós a tu contador de agua
Aunque a muchos les pueda parecer una decisión impuesta sin más, lo cierto es que el cambio de contadores tiene que ver con el hecho de mejorar la precisión en la lectura del consumo y evitar errores en la factura. Con el paso del tiempo, los contadores pierden fiabilidad. Y cuando hablamos de algo tan esencial como el agua, cualquier desviación, por mínima que sea, puede traducirse en costes inesperados o en un uso menos eficiente del recurso. Por eso, la ley fija su vida útil en 12 años.
En otros países como Alemania, este tipo de controles son aún más estrictos: allí los contadores se cambian cada cinco años. La idea es sencilla: si los aparatos se actualizan a tiempo, se evitan errores, se detectan posibles fugas y se tiene un mayor control del consumo.
¿Y quién paga el cambio del contador?
Aquí viene una de las grandes preguntas. Y lo cierto es todo depende de a nombre de quién esté. Si el contador del agua pertenece a la empresa suministradora, será ella la responsable de sustituirlo y de correr con los gastos. Pero si el titular es el propietario de la vivienda o la comunidad de vecinos, entonces el coste irá a su cargo.
Por eso es clave saber quién figura como titular. En muchas comunidades es la finca quien gestiona los contadores de todo el edificio, lo que simplifica bastante el proceso. Pero en viviendas unifamiliares o pisos con contrato individual, lo normal es que el propio dueño tenga que contactar con la empresa de agua o con un proveedor autorizado. En cualquier caso, lo peor que se puede hacer ahora mismo es esperar a última hora. El plazo se acaba y las gestiones pueden retrasarse si todo el mundo lo deja para la fecha límite del 25 de octubre.
Contadores nuevos: ¿qué cambia exactamente?
La novedad no es sólo el cambio del contador del agua por otro igual. La mayoría de los nuevos modelos incluyen tecnología de telegestión que permiten hacer lecturas en remoto, detectar fugas de forma automática e incluso registrar el consumo hora a hora. Algo así como el equivalente al contador inteligente que ya se ha extendido en el suministro eléctrico.
Gracias a esta tecnología, tanto las compañías como los propios usuarios pueden tener un control mucho más claro de cuánta agua se gasta, cuándo y cómo. Puede parecer un gasto extra, pero también es una herramienta útil para ahorrar a medio plazo. ¿El precio? Depende del modelo y de quién lo instale, pero suele rondar entre los 50 y los 100 euros, sin contar la mano de obra.
¿Y si mi contador funciona, estoy obligado a cambiarlo?
Esta es otra de las preguntas frecuentes entre los usuarios. La respuesta, en principio, es sí: si el contador tiene más de 12 años, debe ser sustituido. No importa si aparentemente sigue funcionando bien. Sin embargo, hay una excepción. La normativa permite ampliar ese periodo de vida útil en tramos de cinco años siempre que se acredite que el dispositivo está en perfecto estado, algo que debe validar un revisor autorizado. Es decir, si se quiere mantener el contador actual, habrá que demostrar de forma oficial que no presenta fallos ni desviaciones.
Pero de todos modos, en la práctica, lo habitual será optar por un cambio. La revisión técnica puede suponer un gasto añadido y, además, no garantiza que se obtenga el visto bueno. Por eso, muchas comunidades de vecinos y propietarios particulares están optando por adelantarse y hacer el cambio directamente, sobre todo si se tiene en cuenta que en poco tiempo todos tendrán que hacerlo de un modo u otro.