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Lo que sienten los perros cuando muere un compañero

Estornudo inverso en perros
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Todos nos hemos preguntado en alguna ocasión qué sienten los perros cuando fallece una persona o un animal con el que convivían. Varios estudios han puesto de manifiesto que los canes son muy sensibles ante la pérdida de un compañero de vida, por lo que esta situación puede provocar numerosos problemas tanto a nivel físico como psicológico.

Una investigación realizada por la Sociedad Estadounidense de Prevención de la Crueldad hacia los Animales detectó un total de cuatro cambios de comportamiento en mascotas que habían perdido y compañero. Estos cambios se atribuyeron principalmente a las alteraciones de la rutina causadas por la falta del animal, y como reacción al dolor humano.

Además, otros estudios han relevado que los perros pueden presentar síntomas de dolor, e incluso atravesar un proceso de duelo.

Síntomas de duelo en los perros

Uno de los principales síntomas que demuestran cómo siente los perros la muerte de un compañero son es la disminución del apetito. Incluso cabe la posibilidad de que se nieguen a comer.

Además, es completamente normal que los perros se muestren cansados y duerman más horas de lo normal. Otro de los síntomas más comunes son los cambios en los patrones vocales.

También se muestran más apegados a sus tutores, y no dudan en demostrar su cariño de forma incesante. Es normal que merodeen por los lugares donde solía estar su compañero.

En algunos casos, los perros pueden adoptar comportamientos agresivos e incluso destructivos, pudiendo llegar a defecar u orinar inapropiadamente dentro del hogar.

Consejos para ayudarles

Los animales no pueden comprender la muerte de la misma manera que lo hacemos los humanos.  Si tenemos dos perros como mascota y uno de ellos muere, debemos sobreponernos al dolor y ayudar al sobreviviente.

Según los especialistas, el duelo de un perro puede dura entre dos y seis meses. Una de las cosas más importantes es pasar el máximo tiempo posible con el perro y hacer cosas con él: ir a la playa o a la montaña, jugar, salir a pasear…

Además, tenemos que darle mimos para que se sienta querido y protegido. Acariciarle con frecuencia mientras hacemos contacto visual puede resultar de gran ayuda.

Algunos perros tristes aúllan o vocalizan excesivamente. Si el nuestro también lo hace, tenemos que ordenarle firmemente que cese los aullidos y premiarle solo si lo hace. Debemos evitar caer en la tentación de hacerle mimos en esos momentos, ya que eso reforzará la conducta que queremos cambiar.

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