Los terroristas islamistas compraron 4 cuchillos y un hacha horas antes de atentar en Cambrils
El auto emitido esta noche por el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 4 de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha desvelado nuevos detalles sobre la investigación de los integrantes de la célula islamista que atentó en Barcelona y Cambrils.
Según el auto, el 1 y el 2 de agosto, los terroristas compraron «una ingente cantidad de acetona (500 litros), así como el material necesario para la confección de artefactos explosivos». El día 16, en el municipio tarraconense de Sant Carles de la Rápita (Tarragona) compraban 15 fundas de almohada y bridas para, muy probablemente, contener los artefactos explosivos en su interior y listos para ser utilizados».
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Finalmente, a las 21:26 del día 17 de agosto, el día de los atentados en Barcelona y Cambrils, se compraron 4 cuchillos y un hacha en un comercio de la población de Tarragona.
Horas después, con estas armas blancas atentaron en la población costera terminando con la vida de una mujer de 67 años de Zaragoza a la que acuchillaron y aunque llegó a ser ingresada en un centro hospitalario no pudo recuperarse de las heridas.
En Cambrils, los Mossos consiguieron abatir a 5 de los terroristas islamistas: Moussa Oukabir, El Houssaine Abouyaaqoub, los hermanos Omar y Mohamed Hychami y Said Aallaa. Cuatro de los yihadistas fueron neutralizados por un solo agente. Algunos de ellos portaban cinturones falsos de explosivos.
El libro verde del imán sobre el DAESH
Entre los restos de la deflagración también se encontró un libro de color verde, en cuyo interior hay una hoja manuscrita en árabe, en la que consta el siguiente texto: «En nombre de Alá, El misericordioso, El compasivo. Breve carta de los Soldados del Estado Islámico en la tierra del Ándalus para los cruzados, los odiosos, los pecadores, los injustos, los corruptores».
En la primera página del citado libro verde consta en escrito, entre otras palabras, el nombre de Abdelbaki Es Satty, imán de Ripoll fallecido en la explosión de Alcanar.
Según el auto, los terroristas yihadistas escondían en el chalé de Alcanar (Tarragona) «gran cantidad de bombonas de butano, productos como acetona, agua oxigenada, bicarbonato, gran cantidad de clavos para ser utilizados como metralla y pulsadores para iniciar la explosión y cometer una acción terrorista de gran envergadura».
«En este sentido», destaca el auto, «resulta significativo que la nube en forma de hongo que se produjo tras la explosión fuera visible a kilómetros a distancia» dejando patente que en la vivienda se estaba fabricando peróxido de acetona, TATP, utilizado por el DAESH en otros atentados como París y Bruselas.