El juez Garzón descartó que el imán de Ripoll fuera yihadista tras pinchar su teléfono durante un mes

Es Satty
Arriba, a la derecha, Mohammed Mrabet Fahsi (jefe de la célula yihadista de Vilanova). Justo debajo, el imán Es Satty, en una imagen de 2005.

El juez Baltasar Garzón descartó en 2008 procesar al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, pese a tener constancia de que había vivido en el piso de la calle Lepanto de Vilanova i la Geltrú junto al jefe de la célula yihadista de la Operación Chacal, Mohamed Mrabet Fhasi, y al terrorista suicida Belgacem Bellil, que asesinó a 28 personas en un atentado en Irak.

El primer instructor de la causa, el juez Fernando Grande-Marlaska, ordenó el 19 de octubre de 2005 intervenir el teléfono móvil de Mohamed Mrabet Fhasi, al existir «sospechas fundadas sobre su vinculación al grupo terrorista Ansar Al Islam», al que se atribuía la ejecución de los atentados de Casablanca.

Recogiendo las conclusiones de un informe de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía, el juez señalaba que Es Sarty «mantiene numerosos contactos con el círculo de relaciones de dicho grupo terrorista, pudiendo actuar como intermediario a la hora de dar apoyo logístico para las redes terroristas».

Y añadía que El Satty (considerado ahora como el cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils) mantenía en aquel momento «contactos con individuos árabes que se dedican a la falsificación de documentación en el ámbito de la delincuencia común, con el objeto de dar salida a la cobertura de elementos terroristas por territorio español y europeo».

También fue imán en Vilanova

Sin embargo un mes después, el 21 de noviembre, la misma unidad de la Policía propuso al juez cesar esta intervención telefónica dado que no había ofrecido «información relevante para la investigación. A sabiendas de la utilización de los teléfonos para concretar citas y reuniones por parte de este individuo, entendemos que posee otro número telefónico, sin que por el momento se tenga conocimiento del mismo».

En consecuencia, Grande-Marlaska ordenó el cese del pinchazo telefónico, que se había prolongado durante poco más de un mes. Pero el nombre del último imán de Ripoll (cuyo cadáver quedó sepultado hace una semana bajo los escombros del chalé de Alcanar en el que fabricaba explosivos) volvió a salir a relucir pronto en la investigación.

Un testigo interrogado por la Policía Nacional en enero de 2006, Omar Boudame, señaló inequívocamente a Abdelbaki Es Satty como uno de los más estrechos colaboradores de Mohamed Mrabet Fhasi, el jefe de la célula yihadista desarticulada en la Operación Chacal.

Omar Boudame explicó a la Policía que El Satty había actuado como imán en la mezquita Al Furkan de Vilanova i la Geltrú (en la que la célula yihadista reclutaba a los terroristas suicidas para enviarlos a Irak y Afganistán), pero luego abandonó el puesto para irse a Marruecos durante un año.

«Hacer la Yihad en Irak y Palestina»

A su regreso a España, añadió el testigo, Es Satty había compartido piso con Belgacem Bellil, quien «militaba en el Frente Islámico de Salvación y tenía ideas islámicas muy radicales». Luego, durante la fiesta del Ramadán, la comunidad de la mezquita de Vilanova supo que Bellil había viajado a Irak para inmolarse en un atentado suicida contra una base italiana.

El testigo situó a Es Satty junto a otros miembros de la célula yihadista en reuniones de la mezquita Al Furkan en las que «comentaban que era necesario hacer la Yihad en Irak, en Afganistán y en Palestina». Siempre según el mismo testigo, Es Satty ya había vivido con anterioridad junto al terrorista suicida en Jaén.

Es Satty
El testigo Omar Boudame situó a Es Satty en las reuiones de la mezquita en las que se llamaba a «hacer la Jihad en Irak, Afganistán y Palestina».

Todos estos datos deberían haber encendido las alarmas de los responsables de la investigación. Sin embargo, finalmente el juez Baltasar Garzón (que había retomado la causa en 2006) descartó procesar a Es Satty, tras recibir un informe del Servicio de Información de la Guardia Civil.

Este informe confirmaba que en el registro del piso de la calle Lepanto de Vilanova y la Geltrú, en el que residía el jefe del comando yihadista, se había hallado documentación personal de Es Satty. Peor a continuación añadía: «Aunque existe relación directa con algunos de los integrantes de la célula desarticulada, no se ha observado que existiera vinculación con la red de reclutamiento de muyahidines».

Absueltos tras alegar «torturas»

Y añadía en el mismo sentido: «No se ha encontrado participación de Abdelbaki Es Satty en las actividades desarrolladas, ni en los diferentes negocios comerciales que desarrollaban, ni en las reuniones mantenidas tanto para el rezo como charlas, ni relevantes indicios de participación en acciones de captación o adoctrinamiento de adeptos para la causa islamista investigada».

En consecuencia, el juez Garzón no incluyó finalmente a Es Satty entre los imputados en la causa de la Operación Chacal. En el juicio celebrado en 2009, una sala de la Audiencia Nacional presidida por el juez Javier Gómez Bermúdez condenó a siete años de cárcel al jefe de la célula yihadista, Mohamed Mrabet Fhasi, y a otros tres imputados.

Sin embargo, el Tribunal Supremo anuló en 2011 la sentencia y absolvió a todos los acusados, ya que el abogado de Mrabet, el actual teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona Jaume Asens, argumentó que su cliente había sido «torturado» por la Guardia Civil y que las escuchas telefónicas del sumario carecían de la debida autorización judicial.

Lo último en Investigación

Últimas noticias