La Fiscalía investiga centenares de «contratos fantasma» en la concesionaria de limpieza de Kichi

El escándalo de la contrata de limpieza de José María González «Kichi» en el ayuntamiento de Cádiz da un nuevo giro importante en la investigación abierta por el Ministerio Público.

Según ha podido saber OKDIARIO, los trabajadores de Sufi-Cointer han denunciado también ante la Fiscalía Provincial de Cádiz la existencia de centenares de «contratos fantasma». Es decir, contratos extra que paga el ayuntamiento a la empresa por unos servicios, que finalmente se cubren con el personal ya contratado y no suponen un gasto extra en contratación.

Los empleados de la concesionaria municipal de recogida de residuos aseguran que la empresa no cumple con los «servicios especiales de limpieza» establecidos en el pliego de condiciones y en este contexto surgen los citados «contratos fantasma».

El escrito señala que Sufi-Cointer sólo reconoce como servicios especiales la Semana Santa y el Carnaval de entre todas las festividades especiales incluidas en el pliego, tales como la Navidad, las fiestas de fin de año o la Cabalgata de Reyes. Esto provoca que muchos servicios de limpieza, que en un principio estaban recogidos en el pliego, son abonados por el consistorio aparte.

Las presuntas irregularidades no terminan aquí, ya que según la denuncia, los contratos de ampliación, que serían unos 400 anuales, para cubrir dichos dispositivos de limpieza especiales, no se ejecutan y los servicios se «cubren» con el personal fijo y con los partes «inflados y falseados».

Los trabajadores de Sufi-Cointer llevan solicitando durante más de 1 año y medio todos esos centenares de supuestos contratos extra, sin embargo, ni la empresa, ni el ayuntamiento se los entrega. La razón que encuentran los denunciantes a este oscurantismo y a esta opacidad es evidente, esta documentación «no existe».

Entre los documentos solicitados se encuentran las copias básicas de los contratos realizados por la empresa, recibos de salarios de los trabajadores contratados para los servicios extraordinarios, la vida laboral de la empresa, así como las transferencias de los pagos realizados a los trabajadores contratados.

Según el escrito, al que ha tenido acceso este diario, «ante la negativa manifiesta del órgano de representación de los trabajadores y de la propia empresa de entregar la documentación pertinente, se podría deducir que la empresa no ha realizado los contratos de trabajadores para la prestación de los servicios extraordinarios con plantilla adicional» y que han sido «facturados» a la corporación municipal.

La denuncia destaca que «hay un interés de ocultación en clara connivencia con el órgano de representación para ocultar la realidad que se presume y que no es otra que dichos servicios se han realizado con los trabajadores fijos de plantilla de fines de semana». Este hecho conlleva «una disminución importantísima de efectivos que prestan sus servicios en dichos días».

Salvando las distancias, esta presunta irregularidad denunciada por los empleados de Sufi-Cointer podría guardar una cierta similitud con los ERE fraudulentos de la Junta de Andalucía.

Si en ese escándalo de corrupción, se desviaba dinero a supuestos empleados de empresas, que jamás habían trabajado o a compañías que en realidad no existían, en el presente caso, se denuncia la existencia de «contratos fantasma», es decir, contratos inexistentes que se cobran al ayuntamiento de Cádiz, pero que se cubren con personal ya contratado.

El polémico concejal de medioambiente

Manuel González Bauza, concejal de medioambiente de Cádiz, designado por José María González «Kichi» se encuentra en el ojo del huracán. El máximo responsable de la limpieza del consistorio gaditano reconocía en una grabación desvelada por OKDIARIO, que se «engordaban» los partes de limpieza.

Bauza también admitía en otra grabación que su hijo trabaja desde hace años en la contrata de limpieza investigada por la Fiscalía, después de que le enchufara en el turno de entre semana saltándose la antigüedad de otros 25 empleados. El edil reconocía que «cuando pides un favor, lo tienes que devolver».