MUERTE EN TRASPINEDO

Esther López no usaba código para bloquear el móvil lo que permitió al autor de su muerte manipularlo

Los investigadores creen que el teléfono de Esther fue encontrado junto a su cadáver limpiado de huellas para poder ocultar el uso continuado que le dio otra persona

La actividad del terminal desde las 03:21 horas del día de la muerte de Esther delata que alguien lo usó libremente y pudo activar el modo avión

Los audios de Esther López antes de desaparecer que desmienten a Óscar: “Yo ya me voy para casa”

Esther López
Imágenes de la inspección ocular realizada por la Guardia Civil junto al cadáver de Esther López.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Cuando Óscar, el principal sospechoso de la muerte de Esther López, se sentó ante la juez del caso hace unos días en Valladolid, ésta le hizo ver que tanto el teléfono móvil de Esther López como el suyo propio lo colocan en la peor posición posible, ya que los dos terminales no sólo contradicen de cabo a rabo su versión de lo que pasó la noche que murió Esther, sino que apunta a que el teléfono de la joven fallecida fue usado de manera intencionada para ocultar su rastro. Ahora sabemos que quien lo hizo lo tuvo muy fácil porque el móvil de Esther López no tenía código de bloqueo.

Como investigado, Óscar, la última persona conocida que estuvo con Esther López antes de que muriera, tiene derecho a no decir la verdad durante un interrogatorio, derecho que ejerció de manera profusa el pasado 6 de abril cuando negó lo imposible de negar una y otra vez. “Eso no es posible y no sé cómo tiene esos datos”. De ahí no se movió Óscar cuando la juez repasaba para él los datos obtenidos por la Guardia Civil tanto de su teléfono como del de Esther.

Si Óscar aseguraba haber dejado a Esther en un cruce a las 02:45 de la madrugada, sola y a temperaturas bajo cero, ¿cómo era posible que el teléfono de la chica estuviera 45 minutos después posicionado dentro o en las inmediaciones de la vivienda del sospechoso? ¿Cómo se entiende que el teléfono de la joven se quedará allí hasta las 06:31 si Óscar asegura haber estado durmiendo solo toda la noche?

Vía libre para manipular el terminal

Si todo lo anterior es difícil de explicar sin asumir haber tenido relación con la muerte violenta de Esther López, los movimientos del terminal de la joven tras su fallecimiento son simplemente fruto del intento de manipular las pruebas del caso por parte del autor de la muerte de Esther. Los investigadores no sólo saben dónde estuvo el teléfono de Esther, sino qué actividad tuvo, como haber sido conectado en modo avión al día siguiente, casi a la vez que el de Óscar y que sus posicionamientos coinciden con los del teléfono del principal sospechoso.

Todo lo anterior son conclusiones policiales a las que ha tenido acceso OKDIARIO y que la juez relató a Óscar durante casi media hora sin obtener ni media explicación del investigado. La hipótesis de los investigadores es que el autor de la muerte de Esther López manipuló su teléfono durante toda la madrugada y parte del día siguiente, pero la gran pregunta es si estando la mujer ya fallecida esa persona pudo acceder a su terminal. Y la respuesta es sí.

Esther no tenía código para acceder a su teléfono, pero es que además es una costumbre que ya venía de lejos. A la chica le robaron el coche tiempo atrás con su bolso y su antiguo teléfono dentro y ya entonces le recomendaron dar de baja la línea porque al no tenerlo bloqueado con código podían acceder a todos sus datos. Quien tuviera en su poder el móvil de Esther tras su muerte pudo acceder a todas sus funciones libremente, consultarlo, borrar datos o incluso ponerlo en modo avión sin ningún impedimento.

Precisamente ese nivel de manipulación es el que daría respuesta al estado del teléfono encontrado el 5 de febrero, 24 días después de su desaparición. El terminal había sido limpiado a conciencia, tanto que no tenía ni huellas de su propietaria, la propia Esther. La limpieza del teléfono era fruto de una labor voluntaria y minuciosa para hacer desaparecer restos y huellas fruto de la manipulación continuada durante las horas posteriores a la muerte de la joven.

Óscar asegura que él no puede responder a todas estas contradicciones palmarias que le expuso la juez tras ser reveladas por los investigadores, pero claro, un investigado que niega hechos científicamente probados, como haber dejado su móvil en Valladolid parta regresar a Traspinedo sin ser localizado horas después de la muerte de Esther, jamás reconocería haber accedido sin dificultad al teléfono de la chica que murió tras haber estado con él a solas aquella noche.

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