El dueño de Emissao reconoce el pago de 4,6 millones en comisiones en Suiza a dirigentes del Canal
El empresario brasileño que vendió la sociedad Emissao al Canal de Isabel II, Sebastiao Cristovam, reconoció al juez instructor del caso Lezo haber pagado una comisión de 5,4 millones de dólares, 4,6 millones de euros al cambio, desde su cuenta bancaria personal de Suiza al cerrar la operación.
Esta compañía se adquirió en 2013 por 21,5 millones de euros a través de la colombiana Inassa, que presidía Edmundo Rodríguez Sobrino, y una sociedad uruguaya. Apenas un año después de la compra su valor era de tan sólo 5,1 millones.
En su declaración ante el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, del pasado 26 de junio, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, Sebastiao Cristovam con la ayuda de una traductora responde todas las preguntas formuladas por la Fiscalía Anticorrupción sobre el reparto de comisiones durante la operación.
La Fiscalía pregunta al empresario si las comisiones pactadas de 5,4 millones de dólares estaban incluidas en el precio fijado de poco más de 29 millones por la compra de Emissao. Cristovam reconoce que la comisión inicial iba a ser de 6 millones, pero que después se redujo a 5,4.
Posteriormente, asegura que él recibió en su cuenta personal en Suiza «el valor total de la empresa y una vez recibido, pagó el valor de las comisiones». Concretamente, realizó transferencias desde su cuenta personal en Suiza a dos sociedades y una cuenta personal que le indicó el exgerente de Inassa, Diego García Arias.
Este exdirectivo colombiano afirmó en sede judicial que percibió 900.000 dólares por la operación y que el reparto de la comisión se efectuó de la siguiente forma: Ignacio González (1,8 millones de dólares); el expresidente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino (900.000 dólares); el exgerente de la filial colombiana Triple A, Ramón Navarro (900.000 dólares) y el ex delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro (900.000 dólares), hasta sumar los 5,4 millones de dólares (4,6 millones de euros).
Durante el interrogatorio, el magistrado pregunta al empresario brasileño que si no se hubieran pactado las comisiones, se habría fijado el mismo precio de 30 millones de dólares o hubiera bajado a 25 millones. Éste asegura que el precio de la sociedad, aunque no se hubieran negociado mordidas hubiera sido igualmente de «30 millones».
El que fuera dueño de Emissao llega a afirmar que en su país Brasil, «es normal» pagar comisiones cuando se compra una empresa. Después Cristovam afirma que en su cuenta bancaria personal de Suiza es donde recibió el 80% del pago por Emissao. El 20% restante «se quedó en Brasil para pagar los impuestos».
Por último, negaba haber firmado un contrato de «consultoría» con el entonces presidente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino; el exgerente de Inassa, Diego García Arias; o el exgerente de la filial colombiana Triple A, Ramón Navarro.
El exgerente de Inassa, Diego García Arias, explicó en su declaración del pasado 9 de mayo en la Audiencia Nacional cómo supuestamente se repartió una comisión total de 5,4 millones de dólares tras la adquisición de la filial brasileña Emissao. Una compra que, según sus testimonio, se realizó “por orden de Ignacio González”.
El propio González ha negado en sus declaraciones las afirmaciones de Diego García Arias sobre el cobro de comisiones por Emissao y que él ordenara la compra de la sociedad brasileña.
Las mordidas localizadas en Panamá
Tal y como avanzó este diario, el nº 2 del expresidente madrileño Ignacio González en los negocios del Canal de Isabel II en Latinoamérica y expresidente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino, ingresó hasta 3,1 millones de euros en la entidad Bancolombia de Panamá a nombre de una empresa tapadera.
Según recoge el sumario del caso Lezo, Bancolombia remitió el pasado mes de marzo numerosa documentación sobre 3 cuentas bancarias abiertas por Edmundo Rodríguez Sobrino en esta entidad bancaria a través de la sociedad Amalfi Trading Corp.
Los investigadores que siguen el rastro del dinero sostienen que Amalfi y una segunda sociedad panameña denominada Rafaello Investment Corp. fueron empleadas como ‘sociedades pantalla’ para recibir, entre otras, las comisiones derivadas de la compra de la filial brasileña del Canal de Isabel II, Emissao.
Además, Panamá localizó también ingresos de 8,5 millones de euros (9.984.196 dólares) en cuentas y depósitos a nombre de las ‘sociedades pantalla’ Amalfi Trading Corp. y Rafaello Investment Corp. en el Banco Itaú del país centroamericano entre 2010 y 2016.