Caso Íñigo Errejón

Una cámara sí captó el momento del incidente con Errejón y el agredido pide al juez mejorar la imagen

Uno de los dispositivos de seguridad enfocaba hacia el lugar donde el vecino asegura haber sido pateado por el diputado

Íñigo Errejón patada
El líder de Más País, Íñigo Errejón. (Foto: Europa Press)
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

La investigación por la presunta agresión protagonizada por Íñigo Errejón a un vecino de Lavapiés (Madrid) el pasado 2 de mayo avanza y ofrece novedades con el paso de los días. Si bien en un inicio la información que reveló en exclusiva OKDIARIO apuntaba a que no existía ningún rastro de la agresión en las grabaciones de vídeo realizadas por las cámaras de seguridad del Ayuntamiento de Madrid, ahora este periódico ha sabido que los dispositivos sí estaban grabando en el momento y en la dirección en la que se produjo la presunta agresión.

Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que en las imágenes que están en poder del juzgado se aprecian momentos que perfectamente podrían ser compatibles con el relato de la presunta víctima de la patada de Errejón. Hay que recordar que hasta el momento lo revelado por este periódico es que una de las cámaras muestra la llegada del líder de Más País al lugar del incidente y cómo se marcha del mismo, pero al parecer son hasta tres dispositivos diferentes los que grabaron algo de interés para el caso aquella noche.

Las imágenes, por cierto, también han jugado un papel determinante para que la titular del juzgado de Instrucción de Madrid haya decidido emitir un auto de incoación de diligencias para investigar la agresión de Íñigo Errejón. Toda vez que ese auto ha sido comunicado, ahora lo que su señoría tiene sobre la mesa es una petición para mejorar, en la medida de lo posible y con las técnicas a su alcance, la calidad de las grabaciones, sobre todo de las que afectan al momento exacto de la presunta patada.

Para comprender la importancia de las imágenes y cómo deben ser analizadas no hay más que seguir el relato del denunciante, los testigos y las llamadas al servicio telefónico de la Policía. Las imágenes van siguiendo ese relato paso a paso e incluso en sus peores planos o secuencias más alejadas pueden apreciarse movimientos y protagonistas que coinciden a la perfección con el relato de los hechos de unos y otros.

Tanto es así que en lo único en lo que la juez de este caso puede verse beneficiada es en el hecho de que todos cuentan los mismo a excepción del instante preciso de la patada. Mientras denunciante y dos testigos dicen que sí existió, Íñigo Errejón lo niega. No sabemos qué dicen los acompañantes de aquella noche del diputado porque ni siquiera los ha identificado, así que por el momento es la palabra de tres personas contra Errejón. Un momento de ese vídeo capta un movimiento que encaja con la denuncia así que si se mejora será la mejor evidencia para separar verdades de mentiras.

Es ahora cuando la juez debe determinar quien lleva a cabo ese peritaje, pero fuentes del sector audiovisual consultadas por OKDIARIO explican que existen maneras muy eficaces de mejorar las condiciones de luminosidad y definición de las grabaciones en discordia para averiguar si lo que se ve en las imágenes, cuyo movimiento concuerda con lo denunciado por el vecino de Lavapiés, puede llegar a apreciarse de manera indubitada.

Sin duda sería el indicio definitivo que apuntalaría lo explicado por el denunciante, dos testigos que identificaron a Errejón, una más que vio la pelea y lo interpretado por los policías que analizaron las imágenes en una primera revisión. Los policías no sólo identificaron a Íñigo Errejón, sino que describieron la variación de comportamientos del diputado en la toma previa a la presunta patada y la posterior. En esta última redactaron que hasta en las cámaras era visible que se marchaba alterado de la escena.

24 horas para reaccionar

Errejón tardó 24 horas en pronunciarse sobre estos hechos. Cuando lo hizo ya había corrido como la pólvora la información en la que OKDIARIO revelaba la presunta agresión y aportaba el dato de que no había grabación del momento de la agresión. La información recabada por este periódico se muestra ahora inexacta: el momento de la agresión fue captado por una cámara, sí, pero al parecer mejorar la calidad del vídeo despejaría cualquier duda de lo que allí sucedió.

Hasta que el juzgado oficie esas pruebas técnicas reclamadas para mejorar la calidad de las imágenes quedan gestiones por realizar en el juzgado. Los testigos y el denunciante de la presunta agresión deberán acudir a ratificar en sede judicial sus versiones ante la Policía. La juez recibirá más pronto que tarde la respuesta del Congreso de los Diputados sobre la condición de aforado de Errejón, con la consecuencia de que el caso caiga en la jurisdicción del Tribunal Supremo.

Mientras todo esto sucede el perjudicado se mantiene en sus trece y lo hace convencido por las terribles secuelas sufridas tras la patada que denuncia haber recibido de Errejón. El hombre, de 67 años, fue operado en noviembre de 2020 de un cáncer de colon y desde entonces se estaba sometiendo a un tratamiento preventivo de quimioterapia para evitar la regeneración del cáncer que se le extirpó. Ese tratamiento se ha interrumpido porque la presunta patada lo lleva de nuevo al quirófano para que le operen la hernia empeorada por la presunta patada. Sea antes o después de la operación este hombre le dirá a la juez que sí, que se ratifica en que Íñigo Errejón le pateó el vientre el 2 de mayo tras negarse a hacerse una foto con él.

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