Venezuela entra en una nueva fase tras el intento de derrocar a Maduro
La crisis política en la que Venezuela se ha ido deslizando desde 2014 y que se recrudeció con la autoproclamación de Juan Guaidó como "presidente encargado" el pasado 23 de enero, entró este 30 de abril en una nueva fase, después de que el presidente de la Asamblea Nacional diera el pistoletazo de salida de la 'Operación Libertad' con vistas a sacar a Nicolás Maduro del poder con el apoyo de una parte del estamento militar en lo que el Gobierno no dudó en calificar de intento de golpe de Estado.
La jornada comenzó con la sorpresiva liberación de Leopoldo López, bajo arresto domiciliario desde julio de 2017 tras su paso por prisión a raíz de su condena a casi catorce años por incitar a la violencia en las revueltas opositoras en Venezuela de 2014.
El líder de Voluntad Popular aparecía junto a Guaidó de madrugada en los alrededores de la base aérea La Carlota, próxima a Caracas, y un grupo de uniformados. Según se supo después, Guaidó había ordenado su excarcelación, que fue facilitada por los agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) encargados de custodiarle.
Un vídeo de ambos en las redes sociales dio inicio a una nueva jornada de agitación en Venezuela. «Me encuentro con las principales unidades militares de nuestra Fuerza Armada dando inicio a la fase final de la Operación Libertad» para acabar con la «usurpación» de Maduro, anunció Guaidó, que posteriormente aseguró que contaba con el respaldo de «un grupo muy importante» de militares «en todo el país».
Una afirmación que desmintieron tanto el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, como numerosos oficiales de los distintos mandos militares del país a posteriori. Lo que sí está confirmado es que el presidente encargado cuenta con el respaldo del jefe del SEBIN, Manuel Cristopher Figuera, quien ya por la tarde publicó un comunicado al respecto.
En el mismo, recogido por el medio Efecto Cocuyo, explica a Maduro que tomó la decisión tras descubrir que «muchas personas de su confianza estaban negociando a sus espaldas». «Pero no negociaban por el bien mayor del país, lo hacían por sus propios y mezquinos intereses», subrayó.
Al llamamiento a la movilización del «presidente encargado», respondió el Gobierno con otro apelando a sus partidarios a concentrarse frente al Palacio de Miraflores, sede de la Presidencia, al tiempo que el ministro portavoz, Jorge Rodríguez, denunciaba que un «reducido grupo de efectivos militares traidores» estaban tratando de llevar a cabo un «golpe de Estado» desde el Distribuidor Altamira, próximo a La Carlota.
Tensión junto a La Carlota
Fue en este punto de la capital donde se vivieron los primeros momentos de tensión, con algunos disparos y lanzamientos de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas gubernamentales contra los concentrados en apoyo a Guaidó, entre quienes estaban numerosos dirigentes opositores y miembros de la Asamblea Nacional.
Ante el cariz que estaban tomando los hechos, Guaidó y López se trasladaron a la Plaza Altamira, desde donde junto a miles de partidarios iniciaron horas más tarde una marcha hacia el oeste del país, con Miraflores aparentemente como destino final. Sin embargo, la intervención de las fuerzas de seguridad frenó su avance, dejando decenas de heridos.
Tras varias horas en paradero desconocido y después de que se conociera que Leopoldo López se encontraba como «huésped» junto a su mujer, Lilian Tintori, y su hija en la Embajada de Chile en Caracas, Guaidó reapareció con un mensaje, llamando a todos los venezolanos a la movilización este 1 de mayo en una «rebelión pacífica» para derrocar al Gobierno. Horas después se conocía que el opositor liberado y su familia se habían desplazado a la Embajada de España en Caracas. Noticias que este miércoles era confirmada por el propio Gobierno español.
En opinión del líder opositor, los acontecimientos del martes han dejado claro que «lo que decía el régimen de que tiene el control de las Fuerzas Armadas es falso». «Sabemos que Maduro no tiene ni el respaldo ni el respeto de las Fuerzas Armadas, ni mucho menos el del pueblo venezolano», ha subrayado.
«Rebelión pacífica contra un tirano»
Además, frente a la acusación por parte del Gobierno de que su gesto constituye un golpe de Estado, Guaidó ha replicado: «En Venezuela no hay posibilidad de un golpe de Estado a menos que me quieran apresar», esgrimiendo así el argumento de que él es el presidente legítimo del país. Lo que está en marcha, ha sostenido, es «una rebelión pacífica en contra de un tirano».
Una visión que no comparte Maduro. El presidente, tras haberse mantenido alejado de los focos durante toda la jornada, compareció a última hora del día para dar por derrotada la «escaramuza golpista». Siguiendo con los mensajes transmitidos desde el chavismo, en particular por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y el presidente de la Asamblea Constituyente, Diosdado Cabello, ha sostenido que las fuerzas armadas están de su parte.
Según Maduro, Guaidó y López han «engañado» junto a un «grupito» de «traidores» a los uniformados de la base aérea de La Carlota. «Engañaron al 80 por ciento» de los militares diciendo que se iban a hacer «operaciones» para movilizarlos hacia La Carlota. Y cuando vieron que estaban los dos líderes opositores «no había quien diera la cara», ha narrado.
Así las cosas, tras reconocer que el martes ha sido «un día duro» y llamar a sus partidarios a salir a las calles este 1 de mayo, Maduro ha informado de que el Ministerio Público ya ha designado tres fiscales especiales para que investiguen lo ocurrido, amenazando de esta forma con posibles acciones judiciales a los implicados. «Tiene que haber justicia para que haya paz», ha esgrimido.
Padrino y otros altos cargos estaban a favor
Por otra parte, ha aprovechado para refutar la versión de los hechos que se ha trasladado desde Washington. Aquí, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, reveló que el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, y el comandante de la Guardia Presidencial, Iván Rafael Hernández, habían accedido a que Maduro abandonara el poder.
«Creemos que es muy importante que figuras clave del régimen que han estado hablando con la oposición durante estos tres últimos meses cumplan su compromiso de lograr una transición pacífica del poder», dijo, asegurando que los tres «coincidían en que Maduro tenía que irse» y estaban dispuestos a hacer las gestiones necesarias este mismo martes para que otros altos cargos y militares les siguieran.
Sin embargo, según el asesor de Trump, los tres se habrían echado atrás en el último momento porque Cuba y Rusia habrían alertado al presidente venezolano de las maniobras en su contra. Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, indicó que Maduro estaba dispuesto a dimitir el martes por la mañana. «Tenía un avión en la pista» para irse a Cuba pero «los rusos le han dicho que debería continuar», explicó a la CNN.
Frente a estas afirmaciones, y tras el respaldo ofrecido por Trump al «pueblo de Venezuela y su libertad», Maduro no ha dudado en tacharle de «loco». «¡Qué desequilibrio mental puede llegar a tener esta gente», ha dicho, refiriéndose también Pompeo y Bolton.
«¡Dios mío, señores de Estados Unidos, hasta dónde van a llegar ustedes», ha sostenido ante las afirmaciones de que estaba dispuesto a irse a Cuba. «Por favor, señor Pompeo, ¡qué falta de seriedad!», ha agregado.
Así las cosas, para este miércoles están previstas marchas tanto chavistas en apoyo a Maduro como opositoras en respaldo a Guaidó, que permanece en paradero desconocido. Por su parte, Leopoldo López se encuentra actualmente en la residencia del embajador de España en Caracas, Jesús Silva, como ha confirmado el Gobierno de Pedro Sánchez, sin que por ahora esté claro en qué condiciones.