Japón

El primer ministro de Japón come pescado de Fukushima para demostrar que no hay peligro de radiación

El dirigente japonés ha querido zanjar la polémica sobre la seguridad de los alimentos procedentes de estas aguas

Japón comienza a verter al océano Pacífico el agua contaminada por el accidente nuclear de Fukushima

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Rodrigo Villar

El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha querido zanjar la polémica sobre el vertido de agua de la central nuclear de Fukushima almorzando pescado de la zona. Con este gesto el mandatario pretende disipar dudas sobre la seguridad de los alimentos procedentes de estas aguas situadas en el océano pacífico. Kishima, que degustó sashimi de lubina y pulpo, aseguró que el pescado es «seguro y delicioso».

El país asiático comenzó el pasado jueves a verter al océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua radiactiva tratada de la central nuclear de Fukushima. Un proceso que tardará décadas en completarse y que se aprobó hace dos años. Una medida que ha sido planificada por el Gobierno nipón, que ha sostenido que la comprensión del plan estaba «progresando» tanto en el país como en el extranjero.

La compañía Tokyo Electric Power Company (TEPCO), propietaria de la central, inició la liberación de aguas a las 13.00 horas (hora local) del jueves 24 de agosto, unas semanas después de que la autoridad nuclear japonesa aprobara de forma definitiva el plan del Gobierno tras el visto bueno del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para el cumplimiento con los estándares internacionales.

Protestas

El plan ha tenido la oposición de los pescadores locales, ambientalistas y el Gobierno chino. En un comunicado del Ministerio de Exteriores, China ha afirmado que se opone y condena la decisión de Tokio, considerando que este vertido de aguas es un asunto importante para la seguridad nuclear del resto de países de la zona, y que esta decisión no sólo implica a las fronteras de Japón. Por eso, Pekín ha anunciado que tomará las medidas necesarias para proteger el medio ambiente marino y la salud alimentaria cerca de la zona donde se produce el vertido.

Tokio no ha tardado en responder a las críticas de China y ha asegurado que difunden protestas «sin base científica», indicando que el vertido es seguro y que no hay un verdadero impacto sobre el medioambiente o las personas. Aunque también hay disparidad dentro del país nipón, ya que varias industrias, como la pesquera, se oponen a la decisión del Gobierno al considerar que sus ventas se van a ver afectadas.

Vertido de las aguas contaminadas

Finalmente, después de que las condiciones climáticas y marítimas fueran favorables, la compañía encendió las bombas de transferencia de agua sin que se hayan reportado anomalías en las operaciones iniciales. La descarga comenzó después de que el primer ministro nipón visitara la planta nuclear para evaluar in situ la situación de los preparativos del polémico vertido al mar de agua tratada de la central.

El agua se mantuvo en tanques después de pasar por un sistema avanzado de procesamiento de líquidos que elimina la mayoría de los radionúclidos excepto el tritio, pero los recipientes de almacenamiento están llegando a su capacidad máxima. Cabe decir que el tritio es menos dañino que otros materiales radiactivos, como el cesio o el estroncio.

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