CÓNCLAVE

Prevost llegó al Cónclave siendo ‘el elegido’: así se gestó la votación para dar el trono al Papa León XIV

Era de los más conocido entre los cardenales por su proximidad a Francisco

Los cardenales ya iban con este candidato al Cónclave

En el cónclave habría recibido el apoyo unánime de los hispanoamericanos

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Paula Ciordia

Sólo cuatro escrutinios fueron necesarios para que en el balcón del Vaticano apareciese el cardenal Dominique Mamberti –protodiácono elegido– para anunciar: «Habemus Papam». La fumata blanca que asomó por la chimenea de la Capilla Sixtina –instalada ex profeso– lanzó el deseado mensaje pasadas las 18:00 horas. Muy temprano.

El motivo por el que el cónclave fue tan rápido se habría debido a que «los cardenales ya iban con ese candidato», según fuentes cercanas a la Curia explican a OKDIARIO.

De hecho, el propio cardenal Giovanni Battista Re expresó el mismo jueves que todo parecía indicar que el próximo Papa se conocería a la tarde. Y el cardenal iraquí Raphael Sako vaticinó que el Cónclave sería «breve, de dos o tres días». «Hay espíritu de responsabilidad», señaló en unas declaraciones que recogió EFE.

¿Qué hizo Prevost para lograr que la mayoría de los electores votara por él, un neo cardenal que lleva creado menos de dos años? A diferencia de otros cardenales, este sí era conocido por mucho de ellos –aunque no fuera de los favoritos en las quinielas papables–, ya que Prevost era desde hace años uno de los hombres de confianza de Francisco y le recomendaba perfiles convenientes como cardenales. La elección, como decimos, se habría madurado en las reuniones pre Cónclave.

Y… ¿cómo se desarrollaron las votaciones en el Cónclave? Nadie fuera de esas cuatro paredes podemos saberlo a ciencia cierta. Los cardenales morirán con este secreto –tal y como ordena la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis–, pero todo indica que Prevost obtuvo un refrendo unánime de los cardenales hispanos.

Robert Prevost nacido en Chicago, de origen francés e italiano por parte de padre, pero su vinculación con Hispanoamérica es incluso más fuerte que su país natal. De raíces españolas por parte de madre –su segundo apellido es Martínez–, ha pasado más de 20 años de su vida como misionero en Perú y fue uno de los responsables en que salieran creados cardenales algunos de los hispanos que le habrían votado.

La homilía que anticipó a León XIV

La biografía del Prevost, misionero ante el mundo, habría hecho de él ‘el elegido’ para liderar la Iglesia Católica en nuestro tiempos, siguiendo el perfil que describió el cardenal Giovanni Battista Re en la homilía de este pasado miércoles para la elección del Papa.

Un mensaje dirigido a los cardenales, pero que predispone así mismo a los fieles a comprender qué perfil es el apropiado para afrontar los retos de nuestro tiempo.

Las tres claves que lanzó Re fueron:

  1. Un hombre capaz de construir una «nueva civilización del amor». En este sentido, Prevost es agustiniano –el primer Papa de esta orden– y, por tanto, un hombre que lleva como principios dos lema de San Agustín y que ha dejado plasmados en su nuevo escudo papal.
  2. La unión de todos los cristianos hacia un camino sinodal y ecuménico. En sus primeras palabras, León XIV ha dejado clara la tendencia: «Todos los cristianos somos hijos de Dios».
  3. El papel de la Iglesia ante «una civilización de un progreso tecnológico que tiende a olvidar a Dios», como dijo Re. Una visión que se atisba como la cardinal para Robert Prevost, quien ha escogido el nombre de León, haciendo referencia a León XIII, quien marcó un antes y un después con su encíclica Rerum novarorum de 1891, el 5 de mayo de 1981, denunciando la eliminación de la trascendencia ante el advenimiento de la técnica.

Además, Robert Prevost puede poner fin, por un lado, al enfrentamiento creado con el mutuo propio Traditionis Custodes de Francisco y, por tanto, reconciliar a los católicos que adoran a Dios con el rito tradicional pre Concilio Vaticano II –su homilía de este viernes como Papa resulta reveladora en este sentido–, y por otro, con la prelatura del Opus Dei, castigada por Francisco, y que Prevost, como obispo de Perú, ha celebrado misas en honor a su fundador, el aragonés San José María Escrivá de Balaguer.

De ahí que, tal y como pidieron muchos en el pre Cónclave, este Papa podría aunar las tres características más destacadas de los tres anteriores: el carisma de Juan Pablo II, la profundidad teológica de Benedicto XVI y el corazón de Francisco, desde su ojos misioneros el mundo lo mira como un fenómeno universal.

León XIV en el balcón

Robert Prevost es políglota: español, italiano, inglés, francés, nociones de alemán. Es matemático, doctor en derecho canónico y ordenado sacerdote en Roma con 27 años.

Su primera aparición como Papa y el escudo que elige lo resume todo en cinco puntos claves:

  1.  Una continuidad con el papa Francisco: al lanzar un mensaje de Pascua, como punto y seguido de su ultima aparición.
  2. Una clara intención en su pontificado: «La paz sea con todos vosotros», tal y como lanzaron en su último comunicado previo al cónclave todos los obispos.
  3. Una cuidada estética papal, respetando el simbolismo tradicional y cosiendo desde el minuto uno la herida profunda en el seno de la Iglesia. Junto a él, la presencia de Monseñor Agostini a su izquierda, hombre que mantiene el rito tradicional perseguido en el pontificado de Francisco y que ha oficiado misa en la peregrinación de Covadonga en España el pasado año.
  4. El primer papa norteamericano que en su primer discurso en italiano, cuando decidió dirigirse en otra lengua a millones de fieles, escogió el español y no el inglés –pese a que este viernes se mostró anglófono. Un mensaje en el balcón del Vaticano muy fuerte para la comunidad hispana del continente, y también para los millones de hispanohablantes que viven en EEUU, que hacen del español el idioma más hablado, pero que el presidente Donald Trump decidió eliminar como lengua vehicular en los mensajes ofíciales del Gobierno.
  5. Desde hace más de un siglo que no se reza, en la primera aparición de un Papa a los fieles a la Virgen María, uniendo en oración a los cristianos, coincidiendo el día de su elección con la festividad de Nuestra Señora de Pompeya, en una plaza San Pedro que rugió. Algo asombroso si se tiene en cuenta que en la madrugada de este jueves se ha sentido un ligero movimiento de tierra en Roma.

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