DEBATE PRESIDENCIAL

Los moderadores de ABC se vuelcan con Kamala y convierten el debate en un ‘tres a uno’ contra Trump

Los moderadores de ABC se vuelcan con Kamala y convierten el debate en un ‘tres a uno’ contra Trump
David Miur y Donald Trump.
Luis Balcarce

El debate de este miércoles debería servirle a Donald Trump para saber que no compite en su carrera presidencial sólo con Kamala Harris sino con un envilecido matrix en el que todo lo que diga es manipulado y utilizado en su contra por falsos verificadores que reman en favor de la candidata demócrata. Sólo a los ingenuos republicanos se les pudo haber ocurrido aceptar un debate tan desigual, un tres contra uno en el que los moderadores de ABC News, altavoz de propaganda demócrata, se implicaron a fondo en hundir a Trump ante la exultante mirada de Kamala.

Su táctica fue verificar cada cosa que decía Trump, incluso recurriendo a la mentira como hizo la moderadora Linsay Davis cuando en el bloque sobre el aborto puso en boca de Trump algo que no había dicho: que había estados en los que a los niños se los mataba después de nacer. Trump sólo había recordado las palabras del ex gobernador de Virginia, Ralph Northam, apoyando que las mujeres puedan abortar en el tercer trimestre de embarazo e incluso después de recién nacidos. Hace unos días, Davis había vinculado a Trump con el Ku Klux Klan.

El problema para Davis es que Trump tenía razón. El aborto posparto existe en Estados Unidos y el tándem Harris-Walz lo apoya. «Al menos ocho bebés nacieron vivos después de abortos fallidos y fueron dejados morir bajo la supervisión de Walz. Dos de estos bebés con dificultades recibieron ‘cuidados reconfortantes’ en lugar de atención médica, supuestamente en violación de la ley estatal. ¿Y cómo respondió Walz? Derogando la misma ley que expone y prohibe este horror y reemplazándolo con el aborto a pedido», tuiteó Roger Severino, analista de Heritage Foundation. Pero daba igual: Davis estaba allí no para moderar sino para lanzar bulos disfrazados de fact-checking con el único propósito de inclinar la balanza en favor de Kamala, que se lo agradeció con una sonrisa. Ni siquiera la CNN se atrevió a tanto.

A partir de ese momento, Davis se esfumó y dejó su lugar al otro moderador del debate, David Muir, conocido fan de Kamala Harris. Muir no perdió oportunidad de lanzar softball questions a Kamala mientras atacaba a Trump por negarse durante años a aceptar los resultados de las elecciones de 2020. «Pero usted ahora dice que las perdió por un pelo», le soltó a bocajarro. Trump tuvo que recordarle que lo había dicho en modo irónico. En otro momento, sin venir a cuento, Miur acusó a Trump de mentir sobre los hechos ocurridos recientemente en Springfield (Ohio) en el que la llegada de 20.000 haitianos desató un caos en la ciudad, y donde se registraron denuncias de que los inmigrantes estaban robando  mascotas para comérselas. Miur dijo que a ABC News «no le constaba» que esos robos hubieran sucedido. Por contra, ese celo por la verificación brilló por su ausencia en el caso de Kamala, a la que no se atrevió a corregirle una sola coma.

Trump sabía dónde se metía. Kamala es íntima amiga de Dana Walden, una alta ejecutiva de Disney, propietaria de  ABC News, anfitriona del debate presidencial. Walden conoció a Kamala Harris en 1994 y junto a su marido Matt han donado dinero a las campañas políticas de Harris desde al menos 2003, cuando se postuló para fiscal de distrito en San Francisco. «En muchos sentidos, Dana y Matt son responsables de mi matrimonio», bromeó Harris en una recaudación de fondos en abril de 2022 en la casa de los Walden en Brentwood. Se refería a que los Walden le organizaron a Kamala una cita a ciegas con el que sería luego su marido, Douglas Emhoff. Hoy le organizan debates a medida con activistas disfrazados de moderadores.

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