Macron, más debilitado tras caer su cuarto gobierno en un año y con la patata caliente de los Presupuestos
Sin un presupuesto aprobado, Francia podría enfrentarse a sanciones de la UE


La caída del Gobierno de François Bayrou debilita aún más la autoridad del presidente, Emmanuel Macron, en Francia, cuyo mandato termina en 2027. Su incapacidad para estabilizar el país queda de manifiesto tras caer el cuarto gabinete en un año.
Los primeros ministros Élisabeth Borne, Gabriel Attal, Michel Barnier y François Bayrou fueron nombrados durante el último año de un mandato presidencial de Macron que comenzó en 2017.
- Élisabeth Borne. Dimitió en enero de 2024, tras casi dos años en el cargo.
- Gabriel Attal. Sustituyó a Borne, pero solo duró seis meses, hasta julio de 2024, siendo el primer ministro más joven y de mandato más corto de la V República.
- Michel Barnier. Nombrado en septiembre de 2024, fue destituido en diciembre de 2024 tras una moción de censura, la primera exitosa desde 1962, debido a disputas presupuestarias.
- François Bayrou. Nombrado en diciembre de 2024, enfrenta una moción de confianza el 8 de septiembre de 2025, con alta probabilidad de caer, ya que no cuenta con apoyos suficientes en la Asamblea Nacional.
Esta debilidad puede fortalecer al partido del comunista Mélenchon, o a la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen -fue relegada pro el cordón sanitario de la izquierda en la segunda vuelta de las legislativas de 2024- de cara a las próximas elecciones presidenciales. Macron podría optar por una estrategia de cohabitación con un primer ministro de otro partido, pero esto limitaría su influencia sobre la política nacional.
Tras decisión de la Asamblea Nacional de Francia, Macron ha asegurado que toma nota «de la caída de François Bayrou» y ha anunciado que nombrará a un nuevo primer ministro «en los próximos días».
Con lo cual, se diluye la posibilidad de que disuelva la Asamblea Nacional y convoque elecciones anticipadas, como hizo en 2024. Sería arriesgado, ya que las encuestas sugieren que la RN de Marine Le Pen podría ganar terreno, mientras que el bloque macronista podría seguir perdiendo escaños. Además, la constitución francesa prohíbe nuevas elecciones antes de julio de 2025.
Además, a Macron le queda la patata caliente de los presupuestos de 206 y un plan de recortes que necesita Francia para cumplir el plan de estabilidad y reducir el déficit. Precisamente el plan de recortes ha sido la puntilla de Bayrou.
La caída del Gobierno de Francia pone en riesgo la aprobación del presupuesto de 2026, que incluía el plan de recortes de Bayrou de 44.000 millones de euros para cumplir con los objetivos de déficit de la Unión Europea (reducir el déficit público del 6% al 3% del PIB).
Sin un presupuesto aprobado, Francia podría enfrentarse a sanciones de la UE, sufriría una mayor presión de los mercados financieros y un aumento en los costes de endeudamiento. La incertidumbre ya ha generado nerviosismo en los mercados, y una crisis prolongada podría debilitar aún más la confianza de los inversores en la economía francesa, la segunda mayor de la eurozona.
Las medidas de austeridad que propuso Bayrou, como recortes en servicios públicos y la eliminación de festivos, generaron un fuerte rechazo social. Caído el Gobierno, los sindicatos y movimientos sociales podrían intensificar las protestas si ni hay un cambio en la economía. Francia ya ha visto manifestaciones masivas en los últimos años, y un nuevo colapso gubernamental podría avivar el descontento, especialmente entre los sectores más afectados por la inflación y la desigualdad.