Eric Frattini (escritor): «Francisco ha dejado una Iglesia dividida que tendrá que unir el nuevo Papa»
"Francisco no dejó atado el cónclave, creó a la mayoría de cardenales, pero muchos piensan que el nuevo Papa no debe desviarse tanto de la doctrina"
"Francisco no ayudó a unificar la Curia y crear un buen equipo; sólo creó una buena defensa en torno a él"
Frattini prevé un cónclave corto y analiza a los papables sin atreverse a pronósticos sobre Tagle, Parolin, Zuppi, Pierre o Pizzaballa

«Francisco ha dejado una Iglesia dividida que tendrá que unir el nuevo Papa». Así lo cree Eric Frattini, periodista y escritor, que, justo hoy, en el día de comienzo del cónclave, publica su última obra en torno al Vaticano: Cónclave. La Iglesia después de Francisco (Espasa). La obra es un análisis del papado de Francisco y una proyección a futuro de lo que puede venir tras él.
Eric Frattini aclara que empezó a escribir el libro hace tiempo al ver los problemas de salud de Francisco y que el 21 de abril pasado, al morir Francisco, lo epilogó. Eric Frattini conoce bien desde hace años los intríngulis del Vaticano y de la Curia y matiza: «Yo hablo de política vaticana terrenal». Reconoce que las conspiranoias e intrigas sobre lo que ocurre en torno al Vaticano y a la muerte de un Papa «dan para una novela». Frattini fue asesor de Edward Berger en la película Cónclave, protagonizada por Ralph Fiennes.
Eric Frattini afirma: «Francisco ha dejado una Iglesia polarizada, como la propia sociedad de hoy; deja una herida abierta que tendrá que cerrar el nuevo Papa». Según Frattini, en los 12 años de pontificado de Francisco, «ha habido una guerra interna brutal y encarnizada». Describe dos grupos en pugna en estos años: «El sector introvertido contrario al Papa representado por Burke, Sarah y Müller; y los extrovertidos, partidarios de Francisco, del llamado Consejo de los Seis que nombró él y que se dedicó sólo a devolver los golpes de los introvertidos».
Cónclave abierto
Pese a que 108 de los 133 cardenales electores que hoy se encierran en la Capilla Sixtina fueron creados por Francisco, Frattini rechaza que el nuevo Papa vaya a ser necesariamente como él: «Francisco no dejó atado el cónclave. Creó a la mayoría de cardenales electores, pero algunos de ellos, que han sido muy próximos a Francisco, piensan que el nuevo Papa no debe desviarse tanto de la doctrina».
El cardenal Müller y otros, como el cardenal Cobo, muy próximo a Francisco, han rechazado estos días las etiquetas «políticas» que la prensa les pone. Müller ha declarado ante la elección del nuevo Papa: «La cuestión no es entre conservadores y liberales, sino entre ortodoxia o herejía». Algunos, como el cardenal Sarah, sugirieron que Francisco estaba más cerca de la herejía que de la ortodoxia en algunos aspectos doctrinales.
La Curia
Pese a su imagen pública bonachona, Eric Frattini describe a un Francisco que «no ha tenido piedad con sus enemigos en la Curia» y relata la lista de cardenales desterrados por Bergoglio a los lugares más perdidos del planeta. El nuevo Papa, según Frattini, tendrá que conocer muy bien a la Curia: «Francisco no conocía la Curia y la Curia se le subió a la chepa». Destaca el contraste de Benedicto XVI y Juan Pablo II: «Ellos se hicieron respetar con mano de hierro». Y describe a un Papa encapsulado: «Francisco no ha ayudado a unificar la Curia ni a crear un buen equipo. Francisco sólo creó una buena defensa en torno a él».
Aunque la izquierda manipula su figura y lo vende como un Papa reformista frente a Benedicto XVI o Juan Pablo II, Eric Frattini reconoce la continuidad de la Iglesia en los distintos Papas y cree que Francisco no ha cambiado las cosas: «Ha sido un Papa de titulares y gestos, pero, más allá, no hizo reformas sobre los LGTBi o los divorciados». Y destaca el «gesto» de incorporar a las mujeres en funciones de gobernanza administrativa del Vaticano.
«Francisco ha sido un Papa de buenos titulares y gestos, pero sin reformas»
Eric Frattini reconoce que Benedicto XVI fue más rompedor que Francisco en términos internos: «Benedicto rompió el muro interno de la Curia en el tema de los abusos y las finanzas». Y cree que Francisco, pese a su imagen para la izquierda, no ha ido más allá. Es la misma izquierda, reconoce el escritor que se olvida, selectivamente, de que Francisco, por ejemplo, calificó el aborto como un «asesinato» y llamó «sicarios» a los médicos que los practicaban.
Francisco y el Grupo de Puebla
Eric Frattini se muestra muy crítico con Francisco: «No ha conseguido llenar las iglesias y los seminarios, que debería haber sido su misión fundamental».
Frattini, además, rechaza el tono político de su papado, bien aprovechado por la izquierda, y afirma rotundamente: «Francisco ha sido muy cercano al Grupo de Puebla». Eric Frattini lamenta sus «discursos tibios» con Venezuela, Nicaragua o Cuba frente a las críticas «merecidas» a otros: «Sorprende el nivel bajo de Francisco y del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, con Maduro, pero extremo con Trump, Putin o Netanyahu».
«Francisco ha sido muy cercano al Grupo de Puebla, tibio con Maduro, Nicaragua o Cuba pero extremo con Trump, Putin o Netanyahu»
Frattini recuerda que Parolin, que suena como papable, «tuvo una relación muy estrecha con Chávez porque fue el Nuncio en Venezuela antes justo de que Francisco lo nombrara secretario de Estado». Pregunto a Frattini si esa opción preferente por la izquierda de Francisco puede tener que ver con cierta mala conciencia respecto a su dudoso papel en defensa de sus compañeros jesuitas en la dictadura militar argentina. Responde: «Muchos jesuitas se echaron las manos a la cabeza al ver a Bergoglio elegido Papa».
Cónclave corto y papables
¿Un cónclave largo o corto? Es otra de las preguntas recurrentes estos días. Eric Frattini apuesta por uno corto vista la rapidez -argumenta- con que el cardenal Re y el cardenal Farrell lo han convocado una vez acabados el domingo pasado los Novendiales por Francisco. Pero, más allá de eso, Frattini no hace apuestas de nombres. Se limita a apuntar pros y contras de los que suenan estos días en los medios sin olvidar que «los cardenales se encomiendan al Espíritu Santo para que les ayude a que su voto sea el mejor para la Iglesia».
Aparte del cardenal Parolin, suena el cardenal Tagle, filipino, muy querido por Francisco. El Papa creía que Asia y África salvarán a la Iglesia. A Tagle lo hemos visto, muy en plan Francisco, en las redes cantando Imagine de John Lennon, vestido de particular. Frattini recuerda que Francisco tuvo que apartarlo de la dirección de Cáritas porque su gestión fue un caos: «Si no supo dirigir Cáritas, ¿puede dirigir el Vaticano?».
Eric Frattini desgrana los puntos fuertes y débiles de otros nombres que suenan estos días: el español Cristóbal López, cardenal arzobispo de Rabat; los cardenales Zuppi y Pierre (francés y Nuncio en Estados Unidos, dos características llamativas) que, desvela Frattini, son los artífices de la impresionante foto de Trump y Zelenski sentados en el Vaticano tras el funeral del Papa; o el cardenal Pizzaballa, patriarca de Jerusalén, «que habla hebreo, ha moderado a Netanyahu y tuvo mucho que ver con el alto el fuego en Gaza».
El poder de la Iglesia
Es el poder de la Iglesia Católica y de la diplomacia vaticana que Eric Frattini no cree que haya perdido peso con Francisco respecto a gigantes como Juan Pablo II: «Ya viste que al funeral de Francisco fueron amigos y enemigos». «Salvo Sánchez», matiza.
Eric Frattini deja claro: «En un cónclave hay política». Frattini habla de las conversaciones que han tenido estos días los cardenales «en las congregaciones dentro del Vaticano y en las murmuraciones y reuniones en casas particulares, restaurantes y otros lugares de Roma discretamente», donde, afirma, los cardenales que lideran cada grupo de electores van tejiendo alianzas y prometiendo cargos.
Esto es lo que hacen, según Frattini, antes de encerrarse. Hoy, antes del «Extra omnes!», los cardenales jurarán, bajo pena de excomunión, entre otras cosas, no prometer o pedir prebendas o cargos para decidir su voto; entonarán el Litaniae Sactorum o Letanía de los Santos y se encomendarán al Espíritu Santo, que algo habrá tenido que ver en estos 2.000 años para que la Iglesia siga siendo lo que es pese a los errores y debilidades humanas de quienes la han dirigido.
Para Eric Frattini, ni Nostradamus ni Papa Negro previo al fin del mundo, que muchos creen que ha sido Francisco porque así se llama al Superior General de los Jesuitas. Porque Frattini reconoce: «La Iglesia es la organización más antigua del mundo y continuará hasta el resto de los días».