EL PMDB decidirá el martes si retiran su apoyo a Dilma Rousseff
El Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) decidirá este martes si retira el apoyo al Gobierno de Dilma Rousseff, lo que precipitaría la caída de la presidenta del país o, si por el contrario, lo mantienen a pesar de las sospechas de corrupción que acorralan el gobierno de la brasileña.
El PMDB, el mayor socio del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), celebrará este martes su congreso general con un único tema sobre la mesa: mantener o retirar el apoyo, lo cual decantará el futuro inmediato del Ejecutivo.
Fuentes del PMDB consultadas por la prensa brasileña calculan que entre el 70 y el 80 por ciento de los 119 miembros de la directiva del partido político están a favor de romper la alianza con el PT de Rousseff.
«El martes abandonaremos el Gobierno. El voto por la independencia ganará», dijo Valdir Raupp, senador del PMDB.
«Los últimos acontecimientos hacen muy difícil seguir apoyando al Gobierno del PT», explicó Jorge Picciani, líder del PMDB en Río de Janeiro.
«El sentimiento en las filas del partido y en todo el país es que debemos irnos», explicó.
De ser así, los siete ministros que el PMDB tiene en el Ejecutivo tendrán que dimitir o abandonar el partido. La opción más viable, según Raupp, es que presenten su retirada de forma gradual para no dinamitar el Gobierno.
La salida del PMDB podría provocar un efecto dominó entre los socios menores del Gobierno. El Partido Progresista (PP) y el Partido Republicano (PR), ya se han pronunciado en este sentido.
«No queremos ser los últimos en abandonar el barco», dijo la senadora del PP, Ana Amelia.
Esta situación obligaría a Rousseff a encontrar nuevos aliados para mantenerse en el Palacio de Planalto, algo que, de acuerdo con los medios de comunicación brasileños, ya comenzó a hacer ofreciendo los ministerios que quedarán vacantes.
Aunque Rousseff consiga atajar la situación será solo a corto plazo porque se espera que en abril la cámara baja vote sobre el proceso de ‘impeachment’ contra la líder izquierdista por maquillar las cuentas públicas de 2014.
Para que el juicio político se celebre, la propuesta debe recibir el apoyo de al menos 342 de los 513 diputados que conforman la sede legislativa, mientras que Rousseff tendrá que sumar al menos 171 escaños para frenarlo.
Sin la base aliada del Gobierno en el Congreso, formada principalmente por el PMDB y el PP, lo más probable es que el ‘impeachment’ sea aprobado en la cámara baja, tras lo cual pasará al Senado, donde, si bien Rousseff, tiene más apoyos, el resultado también es improbable.
De ser ratificado por las dos cámaras, Rousseff quedará suspendida y el vicepresidente, Michel Temer, del PMDB, se hará cargo del Gobierno de forma interina. La prensa brasileña apunta que Temer ya ha empezado a reclutar los miembros de su futuro gabinete.
La crisis política en Brasil se agravó a mediados de este marzo, cuando Rousseff nombró a su antecesor inmediato, Luiz Inácio Lula da Silva, como jefe de la Casa Civil, con lo que se convierte en aforado al ser miembro del Gobierno.
La designación de Lula fue recurrida en numerosas instancias y se espera que el Supremo se pronuncie esta semana de forma definitiva.