Bolsonaro y Lula miden sus fuerzas en una primera vuelta de alta tensión en Brasil

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Fotomontaje de Lula y Bolsonaro (Vídeos: Globo.com)
María Ruiz
  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

Los brasileños han comenzado a votar este domingo para decidir entre dos populismos: mantener el poder al de la derecha dura que representa Jair Bolsonaro, o devolvérselo al de la ultraizquierda de Luiz Inácio Lula da Silva; ambos son dos archirrivales que encarnan visiones opuestas de Brasil.

Lula, condenado y encarcelado dos años por corrupción por la operación Lava Jato puede imponerse en la primera vuelta que se celebra este domingo, según algunos analistas, pero Bolsonaro insiste en que las encuestas mienten y avisa de que puede haber fraude. La última encuesta del Instituto Datafolha atribuye un 36% de las intenciones de votos válidos a Bolsonaro frente a un 50% para el ex presidente Lula, porcentaje mínimo para evitar una segunda vuelta el 30 de octubre.

Lula ha votado en Sao Bernardo do Campo, región de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años setenta.  El ex presidente condenado por corrupción dijo que desea que Brasil «vuelva a la normalidad». «Este país precisa recuperar el derecho de ser feliz». «No queremos más odio», agregó en alusión a la polarización de los brasileños que se ha acentuado bajo el gobierno de Bolsonaro.

Poco después, Bolsonaro ha votado también, en el barrio Vila Militar, en Río de Janeiro, vestido con una camiseta amarilla de la selección brasileña. «Unas elecciones limpias deben ser respetadas», ha dicho el ex capitán del Ejército, y ha deseado que «venza el mejor». Preguntado por si iba a aceptar los resultados, Bolsonaro no ha respondido.

Jornada electoral

Los brasileños están formando largas colas frente a los colegios electorales de todo el país, que han cerrado a la 22:00 de la noche, hora española. Bolsonaro, de 67 años, ha gobernado el mayor país de América Latina a golpe de crisis, especialmente con una fustigada gestión de la pandemia que dejó 686.000 muertos y un desafío constante a las instituciones democráticas. Mantiene un sólido apoyo entre el electorado evangélico, el agronegocio y los sectores más conservadores.

Lula vuelve al ruedo político sin poder sacudirse a ojos de parte de la sociedad la mancha de la corrupción. Fue condenado y luego absuelto por motivos procesales por el escándalo Lava Jato sobre una red de sobornos en la petrolera estatal Petrobras. La Operación Lava Jato, la mayor investigación contra la corrupción en la historia de Brasil y que destapó un gigantesco escándalo de desvíos en la estatal Petrobras durante los Gobiernos de la izquierda revolucionaria brasileña encabezada por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva y Dilma Rousseff entre 2003 y 2016. El PT montó un esquema de corrupción similar al de los Kirchner en Argentina alrededor de Petrobras. Las empresas constructoras constituyeron un exclusivo cartel y pagaban millonarios sobornos para adjudicarse contratos amañados de Petrobras que eran repartidos entre los dirigentes de la empresa y los políticos que utilizaban su influencia para mantenerlos en los cargos.

Dice contar con el apoyo de las clases populares, las mujeres y jóvenes y trata de seducir al mercado y sectores moderados. Su candidato a vicepresidente es el tecnócrata Geraldo Alckmin.

Reconocer el resultado

Si Lula gana en primera vuelta, «Bolsonaro cuestionará» los resultados, prevé el analista Adriano Laureno, de la consultora Prospectiva, informa AFP. Desde hace meses, el popularderechista arremete contra la fiabilidad del voto electrónico vigente en Brasil desde 1996. Su actitud ha llevado a muchos observadores a no descartar algún conato de violencia por parte de sus seguidores, como ocurrió con la toma del Capitolio estadounidense en enero de 2021, tras la derrota de Donald Trump.

Pero los analistas estiman que «ni la prensa, ni la élite económica en Brasil son favorables a un quiebre institucional». Además, se espera un reconocimiento «rápido» y «generalizado» de los resultados por parte de la comunidad internacional, agrega.

Bolsonaro ha recibido por su parte el apoyo del republicano Trump, que llamó a votar en un vídeo por «uno de los mejores presidentes del mundo». Unos 500.000 agentes velarán por la seguridad de la jornada electoral, mientras que el porte de armas por parte de ciudadanos, que Bolsonaro promovió activamente durante su mandato, fue suspendido durante tres días hasta el lunes.

Unos 156 millones de electores también están llamados a votar el domingo la Cámara Baja del Congreso, un tercio del Senado y los gobernadores y asambleas legislativas de los 27 estados.

 

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