Cristina Fernández presume de su corrupción: «Si volviera a nacer 20 veces, 20 veces haría lo mismo»
La vicepresidenta argentina y antigua presidenta entre 2007 y 2015, Cristina Fernández de Kirchner, ha reaccionado a la petición de penas realizada por la Fiscalía, que incluyen 12 años de cárcel para ella, con una encendida defensa de su trayectoria, presumiendo de su, señala el fiscal, corrupción: «Si naciera veinte veces, veinte veces haría lo mismo», ha sentenciado la mandataria. Fernández sostiene que ella es una «víctima de un juicio al peronismo», y que ella lideró «el mejor Gobierno que tuvo la Argentina en toda su historia, el de Néstor Kirchner y mis dos mandatos». Fernández sucedió en el cargo a su marido al frente de la Casa Rosada.
La presunta corrupta Fernández se sienta en el banquillo como supuesta líder en una trama ilegal para defraudar al Estado mediante la concesión de obras públicas en Santa Cruz. El Ministerio Público estima en 5.231 millones de pesos (más de 39 millones de euros) la cantidad defrauda por una red que salpica también al difunto marido de la vicepresidenta, Néstor Kirchner, y a exfuncionarios como el exministro Julio de Vido.
Según la vicepresidenta, en un comunicado desde su despacho en el Congreso, el entorno del expresidente Mauricio Macri quiere juzgar «los 12 años del mejor gobierno que tuvo la Argentina en las últimas décadas», en alusión a los mandatos tanto de su marido como de ella misma, que dieron paso a cuatro años de macrismo.
Es, en su opinión, «un juicio al peronismo, a los gobiernos nacionales y populares» que han subido salarios o emprendido mejoras en materia de obra pública. «Si naciera 20 veces, 20 veces haría lo mismo», ha enfatizado.
Sentencia en diciembre
Fernández solicitó sin éxito hablar de nuevo ante el tribunal, que previsiblemente dictará sentencia en diciembre. Aunque fuese condenada, la vicepresidenta tendría en su mano un proceso de recursos para retrasar su hipotético ingreso en prisión o la inhabilitación que le reclama la Fiscalía para que no ocupe ningún cargo público de por vida.
La vicepresidenta se siente víctima de una «feroz campaña política y mediática» pero, en aras del «derecho de defensa», ha puesto en cuestión también el propio desarrollo del proceso, que «empezó con una ficción» y siguió con unas acusaciones presuntamente infundadas. «Nada de lo que dijeron los fiscales fue probado», ha criticado.
«Cuando dije que tenían la sentencia escrita, me quedé corta», ha esgrimido, durante una alocución en la que dijo que la causa contra ella «está armada» desde 2019, último año en el que Macri estuvo en el poder antes de ceder el testigo de nuevo al peronismo, informa la agencia de noticias Télam.
La vicepresidenta, que tiene varias causas abiertas, tiene en este frente el apoyo explícito de su Gobierno y del jefe de Estado, Alberto Fernández, que el lunes, poco después de que se conociese la petición de pena de la Fiscalía, afirmó que era «un día muy ingrato» para él.