Arranca la transición en Argelia con protestas contra el nuevo presidente interino
Tras la renuncia de Buteflika a la presidencia el pasado 2 de abril, las dos cámaras legislativas del país, Parlamento y Senado, se han reunido este miércoles con dos motivos: para certificar la decisión del ya expresidente argelino, en el poder durante 20 años, y para iniciar el periodo de transición que culminará el próximo 4 de julio con la celebración de unas elecciones generales . Para ello, ambas instancias han designado al que fuera presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, como jefe de Estado interino durante 45 días, lo que es renovable una única vez por el mismo periodo de tiempo. En una de sus primeras declaraciones recogida por la agencia estatal de noticias, APS; el nuevo presidente interino de Argelia se ha comprometido a organizar y celebrar unos comicios “honestos y transparentes”.
En la línea de la consecución de este objetivo, ha anunciado la creación de “una institución nacional electoral, soberana en sus decisiones, que será la que tendrá la misión de crear las condiciones necesarias” que contribuyan, a su vez, a la buena ejecución del proceso electoral. Asimismo, este órgano soberano estará acompañado en sus funciones por el Gobierno y la Administración Pública. Cabe recordar que el nuevo Ejecutivo fue conformado a primeros de marzo con la designación de Nouredin Bedoui
como primer ministro y Ramtan Lamamra como viceprimer ministro de Argelia. En una rueda de prensa posterior a su nombramiento, Bedoui explicó que la transición no deberá exceder de un año y que el equipo de Gobierno que la tutele deberá ser tecnócrata y representativo. Además, anunció que una de las primeras acciones que se plantearán desde el Ejecutivo será la reforma de la Constitución.
Por otra parte, Bensalah ha pedido a todas las partes implicadas en la crisis política y social – con las manifestaciones que se han producido por todo el territorio cada viernes desde el pasado 22 de febrero – que solventen sus diferencias y participen en lo que ha calificado como “una acción histórica colectiva” para “sentar las bases de la futura Argelia”. Sin embargo, no está consiguiendo calmar los ánimos del pueblo argelino, tensionados aún más desde que ayer martes 9 de abril, una congregación de estudiantes que clamaban contra el nombramiento de Bensalah fuera dispersada por la Policía a través del empleo de gases lacrimógenos. Además, otro evento que ha contribuido a caldear el ambiente ha sido la expulsión del jefe de la delegación en Argelia de la agencia de noticias AFP.
Los manifestantes acusan al presidente interino de “continuismo” con el mandato de Buteflika, al igual que al primer ministro y al jefe del Ejército, el general Ahmed Gaïd Salah y, por ello, protestarán de nuevo este viernes para exigir la caída de todo el régimen, que definen como corrompido por una estructura de poder oligárquica.
En cualquier caso, la apertura de la transición argelina deja dos escenarios probables; en primer lugar, la vía constitucional, propuesta por Bensalah y Bedoui, que contempla la celebración de elecciones presidenciales en un periodo máximo de 90 días. En segundo lugar, la vía más revolucionara, defendida en las protestas, que pretende acabar con la totalidad de la clase política existente a través de la priorización de la reforma constitucional frente a los comicios.
Otro factor a tener en cuenta será el papel que desempeñe el Ejército, pues si bien Gaïd Salah abogó por declarar la incapacitación de Buteflika para ejercer la presidencia por medio del artículo 102 de la Constitución – que finalmente se ha aplicado para iniciar la transición -, sus lazos con el ya expresidente de Argelia siempre han sido reseñables.
Ahora, con Buteflika fuera de juego, habrá que ver qué posición toma el Ejército, si el lado constitucional o el lado revolucionario sustentado en las calles. Por el momento, las Fuerzas Armadas se han comprometido a garantizar la transparencia en el proceso de
transición, según ha apuntado AFP.
Temas:
- Argelia