Será la atracción de casa: así debemos cómo cuidar una begonia rex

Hay ciertas especies de plantas de interior que destacan más por su follaje que por sus flores. Uno de los mejores ejemplos de ello es la especie begonia rex. Independientemente de cuál de sus variedades se trata, esta planta sobresale por sus abundantes hojas, capaces de darle un aspecto único a tus espacios. Claro que, si quieres que se luzcan, deberías saber cómo cuidar una begonia rex.

Para quienes no la conozcan, la begonia rex o begonia de hoja pintada es una planta perenne perteneciente a la familia Begoniaceae y originaria de Asia. En los últimos tiempos, está muy de moda entre los profesionales del interiorismo.

Así debemos cómo cuidar una begonia rex

Iluminación

Es una planta que se lleva bien con la luz, por lo que, aunque la coloques dentro de la casa debe recibir rayos solares todos los días. Como es habitual, se recomienda evitar que la luz del mediodía las afecte directamente ya que podría deteriorar las hojas. Por eso aconsejamos dejarla cerca de las puertas y ventanas, donde el sol las ilumine únicamente cuando salga o esté escondiéndose.

Suelo

Respecto a la tierra y su localización, lo ideal es una mezcla de suelo drenado pero capaz de retener la humedad sin encharcarse. Hablamos de una especie sensible a la humedad y que sufre los malos drenajes, por lo que tienes que ocuparte de añadir alguna materia orgánica para su supervivencia. El compost y el estiércol bien descompuesto suelen servir para que se desarrollen bien. Siempre que la plantes en macetas, asegúrate de que tengan agujeros inferiores para impedir que el agua se acumule en ella.

Riego

Si puedes esperar a que se seque la capa superior de la tierra de la begonia rex antes de volver a regarla, entonces perfecto. Lograrás de esa forma tan fácil que sufra por el encharcamiento. Esto es clave para conseguir que luzca en su esplendor.

Por lo general, con regar una vez por semana en verano y una vez cada dos semanas en invierno no tendrás problemas.

Temperatura

Les es más amigable la temperatura cálida que fría, por lo que se sienten cómodas tanto en primavera como en verano. Una vez comenzado el invierno, hay que proteger sus hojas de las heladas y las corrientes de aire para que no le provoquen mucho estrés.

Humedad

Por su origen, la humedad alta les favorece y facilita su reproducción. Pon un humidificador cerca para contribuir a su crecimiento.