Alimentación

Cómo cultivar cebollas fácilmente

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Las cebollas son todo un clásico en la cocina, un ingrediente para muchos imprescindible que le da un sabor inconfundible a los platos. Hoy te damos las pautas para que puedas cultivar cebollas y así sacarle el máximo partido posible a este alimento que tanto tiene que ofrecer.

¿Cómo son las cebollas?

Con nombre científico Allium cepa, indudablemente todo el mundo la conoce como cebolla. Pertenece a la familia de las Liliáceas, tiene su origen en Asia Occidental y es una de las hortalizas que más se cultivan en todo el mundo.

La planta de la cebolla tiene un bulbo con varias capas que son gruesas y carnosas en el interior, las cuales ejercen la función de protectoras de las sustancias nutritivas necesarias para que los brotes se alimenten. Los bulbos pueden tener diferentes aspectos y un color que puede ir del blanco al rojo pasando por el amarillo o el morado.

La cebolla tiene muchísimas variedades, y en España se distinguen cuatro tipos principales (tempranas, media estación, tardías y de otros), y en cada tipo se cuentan diversas variedades diferentes.

Claves para cultivar cebollas

  • Temperatura: la cebolla es una planta que requiere climas templados aunque puede tolerar temperaturas muy bajas en las primeras fases del cultivo. Lo ideal es que esté siempre a una temperatura entre 15-23ºC.
  • Suelo: es recomendable tener suelos profundos, sueltos, de consistencia media, ricos en materia orgánica y no calcáreos. Los bulbos no se desarrollan bien en terrenos poco profundos, pedregosos, mal labrados o arenosos pobres, por lo que hay que evitarlos. El Ph ideal es el que es ligeramente ácido.
  • Siembra en semillero: se puede hacer de forma directa o en semillero para más adelante trasplantarla, que es el método que más se suele seguir. La fecha más adecuada para la siembra es el invierno, o la primera semana de marzo si es en el Hemisferio Norte. En zonas frías conviene proteger la siembra con campanas para que no se estropee.
  • Siembra directa: si se hace directamente, normalmente se cubre la semilla con una capa de mantillo de unos 3-4 cm de espesor. Lo habitual en estos casos es sembrar al comienzo de la primavera en hileras con 25 cm de distancia entre ellas y enterrando la semilla a 1,5 cm. La germinación se produce alrededor de los 21 días.
  • Plantas los bulbos: debes plantaros cada 10-15 cm en hileras con una separación de 25-30 cm. Trasplanta a mediados de primavera y recorta la mitad de las hojas antes de plantar.
  • Riego: el primero debe realizarse inmediatamente tras la plantación,y los posteriores cada 15-20 días, que se mantenga la planta húmeda pero sin encharcarse. Debes dejar de regar 15-30 días antes de la recolección, ya que el exceso de humedad al final del cultivo afecta negativamente a su conservación.
  • Abono: el abono mineral se hace con la última labor preparatoria de cara a la siembra o plantación, y se envuelve en una capa de tierra de unos 20 cm.
  • Malas hierbas: debe hacerse una limpieza de malas hierbas con frecuencia para eliminarlas y así tener una cosecha de mayor calidad. La primera limpieza se realiza cuando la planta alcance los 10 cm de altura, y las demás cuando creas que es necesario. A partir de ese momento, cada vez que veas una mala hierba, quítala.
  • Plagas y enfermedades: entre las enfermedades y plagas que suelen atacar los cultivos de cebollas son el escarabajo de la cebolla, mosca de la cebolla, trips, nematodos, polilla de la cebolla, mildiu, hongos, roya, abigarrado de la cebolla, tizón y alternaria.
  • Recolección: la duración del cultivo de cebollas es de entre 80 y 150 días. Se debe recolectar cuando los bulbos hayan crecido lo suficiente, y debes esperar a que la parte superior se seque, lo cual puede pasar si rastrillas el suelo y las dejas a un lado para que se sequen al sol. La recolecta suele ser en verano, cuando las hojas empiezan a amarillear.
  • Conservación: una vez que se recolectan se les quita las raíces y se entretejen las hojas, formando ristras que se deben colgar en un lugar seco y bien ventilado. También se pueden conservar en montones, formando capas que no superen los 80 cm de espesor y aisladas en el suelo en un entramado de madera que permanezca siempre seco.

 

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