Historia de España

La historia de las ferias y mercados en la España antigua

Las ferias y mercados han sido parte fundamental de la vida económica y social de España desde tiempos antiguos.

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Mercado medieval
Ferias y mercados.
Francisco María
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El origen histórico del comercio se remonta al Antiguo Egipto y al Imperio Romano, cuando los comerciantes negociaban con los productores locales en mercados y bazares. Las ferias, en cambio, no aparecieron sino hasta la Edad Media como el único lugar en el que se podía adquirir artículos provenientes de países lejanos. En España, las primeras ferias surgen en los siglos XII y XIII en ciudades como, Castilla, Extremadura y Andalucía.

En el norte de la Península Ibérica las ferias de la época fueron impulsadas, especialmente, por el conjunto de rutas de peregrinación cristiana, mejor conocido como el Camino de Santiago.

La Edad Media y la consolidación de las feriasMercado medieval

Durante la Edad Media, las ferias y mercados adquirieron una gran relevancia en la vida económica de España. Las ciudades se convirtieron en puntos de encuentro para los comerciantes, que llegaban de diferentes regiones para vender sus productos. Las ferias se celebraban en fechas determinadas y atraían a un gran número de personas, generando un ambiente festivo y comercial.

En esta época, estos eventos se convirtieron en lugares donde se podían adquirir todo tipo de productos, desde alimentos hasta artículos de lujo. Además, se establecieron normas y regulaciones para garantizar la seguridad y la calidad de los productos que se vendían. Las ferias eran también un lugar de intercambio cultural, donde se podían conocer nuevas costumbres y tradiciones.

La Edad Moderna y la expansión de los mercados

Durante la Edad Moderna, con el descubrimiento de América y la expansión de los mercados, las ferias adquirieron una dimensión internacional. Se establecieron rutas comerciales que conectaban España con las colonias americanas, lo que permitió la llegada de productos exóticos y de gran valor. Las ferias se convirtieron en lugares de gran importancia para el comercio internacional.

La España contemporánea y la evolución de las ferias

En la España contemporánea, las ferias y mercados han evolucionado para adaptarse a los nuevos tiempos. Se han establecido ferias temáticas, como las ferias de turismo o de tecnología, que atraen a un público especializado. Además, se han incorporado nuevas tecnologías, como el comercio electrónico, que ha permitido la expansión de los mercados a nivel global.

Las ferias castellanas más importantes en la España antigua

Durante el siglo XV, las ferias castellanas de Medina de Campo, Villalón y la de Medina de Rioseco eran muy populares. La feria de Medina del Campo fue creada por Fernando de Antequera en 1404, con el fin de reunir mercaderes procedentes de diferentes regiones como, Barcelona, Génova, Flandes, Irlanda, Sevilla o Florencia. Esta feria tenía lugar en los meses de mayo y octubre durante unos 50 días y solían transferir de mano a mano, cédulas de papel, reconocimientos de pago, giros y letras de cambio.

Esta feria destacaba entre otras, sobre todo, por su naturaleza estacional y por ser el centro de comunicación de las rutas de Burgos, Toledo o Portugal. Tras su cierre a comienzos del siglo XVIII, debido a recurrentes suspensiones de pagos, dos nuevas villas al norte se disputaron el dominio comercial de la zona: la villa Medina de Rioseco y la villa Villalón. Mercado medieval

Las ferias en Galicia, Oviedo y País Vasco

En Galicia, las ferias eran muy similares a las de otras villas, pues contaba con una gran vía de peregrinación hasta la tumba del Apóstol Santiago, en Compostela. Particularmente, destaca la famosa feria franca otorgada por los Reyes Católicos que en 1487 se celebró en Santiago de Compostela por 20 días. A partir del siglo XVIII comenzaron a incrementar los mercados semanales y las ferias mensuales.

En Oviedo, el desarrollo de las ferias estaba ligada a la forma en la que se desenvolvía el comercio regional, el cual tenía a la ciudad ovetense como centro importante. La fundación de nuevas villas en la zona cantábrica influenció significativamente el fenómeno mercantil y ferial. En ellas comienzan a instaurar mercados más o menos estables, aunado a los mercados de las antiguas poblaciones.

La villa más destacada en el País Vasco durante el siglo XV es Vitoria. Ahí se desarrollaría dos ferias francas desde 1399. A partir de 1457, el monarca Enrique IV otorgó una feria franca que se celebraba desde el lunes siguiente al Corpus a lo largo de los 815 días siguientes. En otras localidades vascas, las ferias no se desarrollaron sino hasta mucho tiempo después, a excepción de la feria de Valmaseda.

Mercados y ferias en la Corona de Aragón

En la Corona de Aragón, el fenómeno de mercados y ferias inició propiamente en el año 1187, cuando Alfonso II creó la primera feria en Jaca, la cual se celebraba anualmente, en mayo, durante 15 días. Más tarde, Jaime II concedió otra feria anual de 15 días por la reina doña María, regente de Alfonso V, dividiéndola en dos: una de 8 días en junio y otra de 7 en septiembre.

En Huesca y Barbastro también existió un mercado semanal desde el siglo XII. En Zaragoza, en cambio, la primera referencia de un mercado fue en 1242. En 1250, Jaime I otorgó a la ciudad una feria de 15 días por San Juan Bautista, celebrada cada año.

A partir del siglo XIII, se documentaron más concretamente las concesiones de ferias y mercados en diversos lugares. De hecho, Jaime I concedió varios mercados a villas y lugares del reino. No obstante, a lo largo del siglo XV apenas se concedieron concesiones, pues las necesidades mercantiles y económicas de la región ya estaban cubiertas con las existentes.

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