La fundación de Madrid: historia y evolución de la capital española
La historia de Madrid es un reflejo de la evolución de España a lo largo de los siglos. ¿Cómo fue la fundación de Madrid?
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La historia de la fundación de Madrid, la actual capital de España, se remonta a varios siglos atrás, en la época musulmana. Durante la conquista musulmana, el enclave mesetario cercano a la sierra de Guadarrama fue identificado por los árabes con el nombre de “Magerit” que significa “tierra rica en agua”. Madrid formó parte del Califato de Córdoba hasta 1083, cuando Alfonso VI de Castilla conquistó la población.
Debido a su ubicación, la ciudad adquirió una relevancia estratégica y se convirtió en un punto de encuentro entre diversas culturas. Tras convertirse en la capital de los señoríos de los Mendoza, Madrid creció exponencialmente. Después, a partir del siglo XVI el rey Felipe II trasladó de forma permanente la corte real de Toledo a Madrid, convirtiéndose entonces en la capital.
Origen y primeros asentamientos de la villa
La primera evidencia histórica de los asentamientos de la ciudad se sitúa en el año 865, cuando el emir Muhammed I mandó construir una fortaleza en la orilla del Manzanares. La fortaleza se ubicaba en donde hoy se encuentra el Palacio Real y tenía como propósito la vigilancia de los pasos de la Sierra de Guadarrama. La fortaleza de Mayrit (Magerit) como le llamaron los árabes, fue entonces el centro de la fundación de Madrid.
Tras la derrota de los musulmanes, la fortaleza de la ciudad fue ocupada temporalmente por Ramiro II y más tarde fue tomada por Alfonso VI. Las medidas repobladoras de los monarcas de la época favorecieron el crecimiento de la Villa. Entre 1339 y 1340, Alfonso XI reunió Cortes en Madrid, al igual que el rey Enrique III durante su reinado.
La verdadera fundación de Madrid como ciudad
La relevancia de Madrid como ciudad no se produjo sino hasta 1561, año en el que el rey Felipe II tomó la decisión de establecer la corte en Madrid. A partir de entonces, la historia de Madrid dio un giro increíble al convertirse en la capital de un gran imperio.
Una de las razones por las que Felipe II eligió Madrid fue sin dudas su centralidad geográfica y la escasa presencia de poder noble y eclesiástico. Esto le permitiría crear una corte a su propia medida. Además, su esposa, Isabel de Valois, tenía una predilección especial por esta ciudad.
Madrid se convirtió entonces en la capital y ello dio inicio a un proceso de transformación. El Real Alcázar fue adoptada como la residencia real permanente y a sus alrededores se fueron construyendo casas grandes y palacetes de nobles, además de las respectivas instituciones burocráticas. Tiempo después, Felipe II cambió su residencia al palacio-monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
El nacimiento de una gran capital
La instalación de la Corte y de los organismos centrales político-administrativos en la ciudad, hizo de Madrid la ciudad de mayor desarrollo artística y literaria del país, atrayendo a numerosos pensadores y escritores españoles y europeos. El evidente crecimiento urbanístico vino acompañado por un crecimiento en el número de habitantes, pasando de 30.000 habitantes a unos 100.000 a finales del siglo. En las últimas décadas del siglo XIX alcanzó el millón de habitantes.
Durante los siglos XVI y XVIII, Madrid fue objeto de grandes cambios. La dinastía de los Austrias se encargó de llenar la capital de construcciones importantes como, la Plaza Mayor, la cárcel de la Corte y el Ayuntamiento, además de varias iglesias.
En este mismo periodo ocurrieron eventos históricos como, la Guerra de Sucesión a la corona española (1701-1714) en la que la capital tuvo un importante papel. Desde que los Borbones llegaron a Madrid, la capital española se mantuvo fiel a la dinastía y como resultado, los monarcas realizaron una serie de reformas urbanísticas que hicieron de ella la capital de un estado centralizado.
El Madrid de los Borbones adquirió una apariencia mucho más acorde al resto de las Cortes europeas, con fuentes, jardines, arcos monumentales y el nuevo Palacio Real que cambió la fisionomía de la ciudad. Pero, además de ello, la ciudad capital evidenció un cambio en su contenido social, desarrollando capas liberales y artesanas.
Los esfuerzos de los Borbones por impulsar el desarrollo económico, cultural y social de Madrid se vieron obstaculizados por las guerras napoleónicas y sus consecuencias. Madrid no recuperó su ritmo, sino hasta la tercera década del siglo XIX.
La Modernización de Madrid
A lo largo del siglo XIX, Madrid continuó su proceso de expansión y modernización. La llegada del ferrocarril en 1851 y las mejoras en la infraestructura urbana transformaron la ciudad. Se llevaron a cabo importantes obras públicas, como la construcción del Paseo del Prado y la Plaza de Cibeles, lo que reflejaba la creciente importancia de Madrid en el contexto europeo.
El siglo XX trajo consigo nuevos desafíos, como la Guerra Civil Española (1936-1939) y la posterior dictadura de Franco. A pesar de estos conflictos, Madrid siguió desarrollándose y modernizándose, convirtiéndose en un importante centro político, económico y cultural.
Madrid en la Actualidad
Hoy en día, Madrid es una ciudad vibrante y cosmopolita, hogar de más de tres millones de habitantes. La capital española es conocida por su rica oferta cultural, sus museos de renombre mundial como el Museo del Prado y el Museo Reina Sofía, así como por su vida nocturna y sus tradiciones.
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