El ‘vicepresidente’ Iglesias se sentará con ministros a los que tiene denunciados por malversación
Podemos llevó a Ábalos y Borrell ante la Fiscalía Anticorrupción por supuestos delitos de prevaricación, malversación y cohecho
Todo por el poder. Pablo Iglesias quiere entrar en el Consejo de Ministros y para eso olvida que tiene en los tribunales a varios ministros y altos cargos del Gobierno de Pedro Sánchez. Con tal de conseguir el sillón de vicepresidente, no le importa compartir Ejecutivo con personas que considera prevaricadoras y malversadoras.
El pasado 31 de julio Podemos, junto a Izquierda Unida, registró en la Fiscalía Anticorrupción una denuncia por la Operación Chamartín (ahora Madrid Nuevo Norte). Entre los 28 responsables señalados están José Luis Ábalos (ministro de Fomento y secretario general del PSOE), Josep Borrell (ministro de Asuntos Exteriores) o Isabel Pardo de Vera (presidenta de Adif). Además, Pablo Iglesias también presionó a Borrell para que dimitiera por la multa de 30.000 euros que recibió de la CNMV por la venta de acciones de Abengoa.
En la denuncia se considera que hay presuntos delitos de prevaricación administrativa, cohecho y malversación de caudales públicos. Todo ello por un supuesto «menoscabo» para las arcas públicas de unos 2.700 millones de euros en los cambios en la macro operación urbanística del norte de Madrid. En particular, fueron la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Isabel Serra; su adjunta, Sal Sánchez, de IU, y el responsable de Economía de IU, Carlos Sánchez Mato los que llevaron a los tribunales esta cuestión.
Otros cargos del PSOE denunciados por Podemos son José Blanco y Magdalena Álvarez, a los que se suman otros del PP (Ana Botella, Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Concepción Dancausa, Salvador Victoria, Rafael Arias Salgado, Francisco Álvarez Cascos, Ana Pastor y Íñigo de la Serna). Fue muy sonado que se excluyó en la denuncia a Manuela Carmena, la alcaldesa que propició el acuerdo definitivo de Madrid Nuevo Norte.
Precisamente, en esa línea, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, dijo al conocer la denuncia que la Operación Chamartín fue «liderada un Gobierno de Podemos con una alcaldesa que es Manuela Carmena».
Por su parte, el denunciado Ábalos tachó de «indignante» que se le incluya en la denuncia porque «no ha participado en el proyecto». «Mi intervención han sido solo declaraciones políticas en favor de un proyecto que defendía la alcaldesa anterior», detalló. Aseguró tener «mucha tranquilidad» y lamentó un «gesto de hipocresía tremendo» del que se ha enterado «por la prensa».
Carmena le pidió su apoyo para poder sacar adelante el proyecto y que él se lo dio «políticamente» porque «confía y confiaba en ella». «Es una denuncia de Podemos contra la gestión de Podemos», aseguró visiblemente enfadado. Se preguntó si esta denuncia puede ser «un ajuste de cuentas o un acto de propaganda».
Ahora, Podemos mantiene la denuncia, que continúa su tramitación en Anticorrupción, y al mismo tiempo quiere compartir Consejo de Ministros con, a su parecer, presuntos corruptos. De hecho, los ministerios de Fomento y Exteriores (carteras de Estado) no han estado nunca sobre la mesa para que caigan en el lado de Podemos. Aunque se da por hecho la continuidad de Ábalos, Borrell previsiblemente dará al salto a Europa para ser alto representante de la UE.