El debate de TVE

Un Sánchez desencajado y fuera de sí pierde el debate en ‘su’ TVE

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha vendido su obra de gobierno leyendo de un folio todo lo que dice haber hecho durante estos nueve meses en La Moncloa. Se ha marchado de RTVE antes que el resto sin salir a valorar el debate.

Un Sánchez desencajado y fuera de sí pierde el debate en ‘su’ TVE
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE
Joan Guirado

Con el vestido azul de las grandes ocasiones, acompañado de su equipo más cercano y alejado del papel de hombre duro del cara a cara con Mariano Rajoy en 2015 cuando le llamó «indecente», el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ha tenido un papel discreto durante la celebración del debate en Televisión Española.

El único momento en el que el líder del PSOE se ha mostrado un poco más agresivo ha sido cuando, mirando a los ojos a Pablo Casado como si se tratase de un cara a cara, le ha exigido que pidiera a sus candidatos que dejaran de frivolizar con la cuestión del aborto. «El vientre de una mujer no es un taxi», le ha espetado.

El secretario general del PSOE ha intentado mantener un perfil bajo para no perder votos hasta que sus rivales le han obligado a bajar al barro hasta el punto de preguntar a Casado «¿De qué color tiene manchadas las manos?», en referencia a las veces que el PP ha votado junto a Bildu en el País Vasco.

Todos los candidatos, de menor o mayor forma, han cargado contra Sánchez en su primera intervención. La gestión de los debates electorales y la utilización de RTVE por parte de los socialistas, han provocado que el jefe del Ejecutivo tuviera que escuchar cómo le pedían el cese de la administradora única del ente público Rosa María Mateo. Se lo ha exigido el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con quien Sánchez se ha enganchado más veces durante el programa.

El secretario general del PSOE se ha declarado «muy español», hasta en tres ocasiones, para hablar de la cuestión territorial y ha pedido «un detector de verdades para ver si las derechas dicen alguna verdad» ya que «siempre cuentan su propia historia» de las cosas.

Un detector que Pablo Iglesias ha pedido usar con el candidato socialista por atribuirse méritos gubernamentales que, según el líder de Podemos, han sido posibles gracias a su formación.

Sánchez ha asegurado que desde su llegada al Gobierno se ha «puesto rumbo a una España de justicia social, regeneración y desterrar la corrupción» añadiendo que «hemos intentado conciliar crecimiento económico con justicia social» a pesar de «la oposición de las dos derechas aquí presentes».

Con uno de sus hits de campaña preguntando si «queremos que España continue avanzando o retroceda el 28-A» ha defendido la política de su Gobierno con la utilización de los Reales Decretos Ley «por la justicia social» mientras acusa al PP de haberlos utilizado también durante el mandato de Mariano Rajoy para «amnistiar a corruptos».

El Falcón presidencial también ha sobrevolado el Estudio 1 del complejo de Prado del Rey, cuando Pablo Casado le ha dicho a Sánchez que no todo el mundo podía coger un avión privado y cuando Rivera le ha pedido que aterrice y «baje del Falcón».

Si hay un perdedor del debate, este ha sido Pedro Sánchez, que a diferencia de Casado, Rivera e Iglesias, ha abandonado rápidamente las instalaciones de Prado del Rey sin salir ante los medios a valorar el debate como han hecho el resto, declaración que ha dejado en manos del director de campaña José Luis Ábalos.

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