PSOE

Sánchez amenazó a Calvo con quitarle un cargo en el Congreso si no iba al Consejo de Estado

Moncloa piensa restituir a Valerio si estiman su recurso, lo que provocará el cese de Calvo

Calvo Consejo de Estado
Pedro Sánchez y Carmen Calvo en una imagen de archivo en el Congreso de los Diputados.
Joan Guirado

El nombramiento de Carmen Calvo como nueva presidenta del Consejo de Estado ha sido forzado. Tanto por parte de Pedro Sánchez, «al no tener ningún otro candidato», como por parte de una Calvo “que se resistió” a abandonar su escaño en el Congreso. Fuentes socialistas consultadas por este periódico relatan que «no se le dio otra opción». Emisarios del jefe del Ejecutivo, explican, «le amenazaron que de no aceptar» su nuevo destino profesional, de carácter simbólico, «sería cesada como presidenta de la comisión de Igualdad» del Congreso. Lo que le hubiese provocado una pérdida de salario y de poder.

La urgencia de Sánchez por solucionar el problema al declararse nulo el nombramiento de Magdalena Valerio, como sentenció el Tribunal Supremo, llevó al presidente a mover ficha rápido y designar a Calvo. «En cierta manera se la quita de encima», admiten las fuentes consultadas. Pues en paralelo a su nombramiento, que se produce este martes, el Gobierno recurrirá el cese de Valerio y piensan en restituirla si les dan la razón. Obligando luego a la ex vicepresidenta a apartarse. Este lunes, cuando registró su baja como diputada, avanzada por este periódico, apenas llamó a un par de compañeros para informarles. Todo fue rápido.

Carmen Calvo, explican en Moncloa, llevaba muchos meses siendo «una mosca cojonera» dentro del grupo parlamentario. Según algunos de sus compañeros, desde que abandonó el Gobierno, se había convertido en una «voz discordante» interna en muchas cuestiones defendidas por parte del presidente. Principalmente, en temas de igualdad y en relación con Cataluña, así como con cuestiones como la amnistía, de la que en su momento ejerció de mayor opositora. Una persona que conoce bien la relación entre Sánchez y Calvo detalla a OKDIARIO que «le sigue teniendo mucho odio, no le ha perdonado su cese».

La que fuera la mujer fuerte del primer Gobierno de Sánchez, con el primer acuerdo de coalición con Podemos, perdió la batalla frente a Irene Montero al quitarle el presidente las competencias en Igualdad para entregarlas a los morados. «Ahí empezó la enemistad» entre el presidente y su ex vicepresidenta, cuentan. Su salida de la dirección federal y el cese, hace pocas semanas, de su esbirra Andrea Fernández, «la han anulado por completo».

Tras ser apartada del Gobierno por sorpresa, en la crisis de julio del 2021, son muchos los cargos que Sánchez le prometió y que nunca se cumplieron. Desde la presidencia del PSOE, que siguió en manos de Cristina Narbona, hasta ser la candidata a la alcaldía de Córdoba. También se le ofreció en otras ocasiones la presidencia del Consejo de Estado que ahora ostentará, pero lo rechazó para seguir teniendo poder institucional y orgánico.

«Al haber sido vicepresidenta, nadie se hubiera atrevido a no dejarle seguir siendo candidata» a diputada, manifiestan, cargo al que se aferró para seguir teniendo influencia. Aunque esta opción se barajó en Moncloa y su encaje, finalmente por Granada, fue difícil de gestionar y digerir.

Este lunes, tras conocerse su designación, Carmen Calvo confirmó que le habían ofrecido el cargo en otras ocasiones y que lo había rechazado. Y que ahora aceptaba al creer que «había llegado el momento». La ex diputada defendió su nombramiento alegando que «forma parte de los usos y costumbres de la política» en España y «en cualquier democracia». La exvicepresidenta comparó su elección con que el ex presidente John F. Kennedy «nombró a su hermano» fiscal general de los Estados Unidos.

«Las constituciones lo tienen todo bastante bien pensado», subrayó Calvo, apuntando que en España y en otros países de nuestro entorno se han ido acumulando «los contrapesos para organizar el poder». «Tú tienes unas siglas y unas ideas que la gente sabe cuáles son, lo que ocurre es que luego tu trabajo lo tienes que desempeñar con una cierta nobleza», recalcó.

En este sentido Calvo defendió que en estos cargos de Estado haya «perfiles de experiencia» que tengan «conocimientos técnicos» para las cuestiones que se consulten en el Consejo de Estado. Al respecto, recordó que ella ha pasado por diferentes cargos autonómicos y nacionales que le avalan para este cargo.

Tanto la oposición del PP como los propios socios del PSOE en el Gobierno han criticado su nombramiento. En el caso de los populares, asegura la portavoz del partido en Granada, por considerar un «fraude» a los electores de esta provincia por la que fue candidata en las últimas generales. Creen que la exvicepresidenta Calvo ha utilizado Granada como trampolín para escalar hasta el Consejo de Estado. Ione Belarra, por su parte, ha acusado a Sánchez de designar a «una transfóbica».

Falta de candidatos

La falta de preparación de Magdalena Valerio, según los magistrados, para presidir el Consejo de Estado, cayó como un jarro de agua fría en el Palacio de La Moncloa. En primer lugar, por el revés que suponía a una decisión de mucho calado político y de profunda amistad y agradecimiento del expresidente con la exministra. En segundo, y que ha acabado con la designación de Calvo como presidenta del Consejo de Estado, por «la falta de candidatos» que eso suponía. «Con ministros que antes sólo han sido cajeros, como Irene Montero, se hace difícil encontrar un perfil que reúna los requisitos» señalan.

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