Crisis del coronavirus

Los rebrotes superan a Torra: 10.000 casos en dos semanas y sólo un 10% de rastreadores disponibles

Quim Torra
Quim Torra, presidente de la Generalitat.
Pelayo Barro

El coronavirus no da tregua en Cataluña y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se muestra incapaz de frenar los brotes. Cada día que pasa, las estadísticas epidemiológicas muestran peores datos y previsiones para la región. El nivel actual de contagios, con una incidencia acumulada de 137 casos por cada 100.000 habitantes, es similar al que tenía Cataluña a finales del mes de abril, con la pandemia aún en expansión.

Cataluña ha retrocedido tres meses al pasado. Los datos de contagios actuales indican que es el territorio de España con más casos activos, registrando 10.361 casos en los últimos 14 días. Únicamente Aragón y Navarra muestran datos peores en proporción a su población.

El Gobierno de Quim Torra, que a principios de julio tomó la decisión de confinar la comarca del Segrià (Lérida) y dejar aisladas a cerca de 200.000 personas, no ha conseguido frenar los brotes. Barcelona es otro foco de preocupación, a pesar de que la Generalitat insiste en que el riesgo se ha estabilizado.

Para encontrar niveles similares de incidencia acumulada por el virus hay que retroceder hasta finales del mes de abril y principios del mes de mayo. En aquel momento, con una incidencia acumulada de alrededor de 140 casos por cada 100.000 habitantes, el Gobierno consideraba que Cataluña no estaba lista para dar el primer paso en la desescalada. De hecho, junto a Madrid, aún tuvo que esperar dos semanas más de lo previsto para alcanzar la fase 1 y empezar a abrir comercios y locales de hostelería.

Sin rastreadores

A Torra, quien defendía que la causa de los malos datos del coronavirus durante el estado de alarma eran consecuencia de la inacción de España a la hora de tomar las primeras decisiones, se le ha complicado la lucha contra el coronavirus.

De hecho, las críticas de alcaldes se han generalizado. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, le echó en cara la insuficiente red de rastreadores contratada por la Generalitat, clave en la búsqueda de contactos estrechos con casos positivos y única manera de frenar los brotes. No están funcionando como debería y tienen apenas un 10% de los medios humanos que necesitan: hacen falta 2.000 personas y sólo hay activas 200.

En pleno rebrote, Colau se quejó de que en toda Cataluña había entonces sólo 120 rastreadores -más tarde se reforzarían con varias decenas más-, repartidos en tres turnos de 40, de mañana, tarde y fin de semana, cifra que consideró como «totalmente insuficiente».

Rebelión de alcaldes

Según advertía la alcaldesa, en la ciudad de Barcelona si hubiera 150 casos nuevos se necesitarían 50 rastreadores. Y según algunos expertos, como han asegurado la epidemióloga del Hospital Vall d’Hebron Magda Campins o el científico Àlex Arenas, Cataluña precisaría unos 2.000 rastreadores en total para poder hacer la trazabilidad de los contagios. Torra no ha cumplido en este sentido.

El reconocido epidemiólogo Antoni Trilla también advirtió que  en Lérida «ha fallado la estrategia básica» para frenar los contagios y que «hay que mejorar todo: la capacidad de hacer pruebas en la parte técnica y en la humana; mejorar que estos resultados positivos o negativos se transmitan bien y de forma rápida y hacer el seguimiento de contactos y mejorar la parte de seguimientos, identificación y aislamientos».

Por su parte, los alcaldes de los ocho municipios del Baix Segre, en los que se endurecieron las medidas de confinamiento, solicitaron al Govern información sobre los contagios en cada municipio poder participar en las decisiones del Procicat. Reclamaban, además, disponer de patrullas de Mossos d’Esquadra y ayuda económica.

En una rueda de prensa conjunta, los alcaldes de Alcarràs, Torres de Segre, Massalcoreig, Aitona, La Granja d’Escarp, Soses y Seròs, afearon al Govern por su falta de información y consideraron que el confinamiento perimetral fue «repentino y precipitado».

La culpa, «de Madrid»

En pleno rebrote catalán, el presidente de la Generalitat siguió echando balones fuera. Torra quiso evitar asumir ninguna responsabilidad sobre la pandemia del coronavirus y aseguró desde el Parlament que «la culpa es de Madrid, es evidente. Por eso queremos ser independientes».

El mismo día que se decretó el uso de las mascarillas, obligatorias en toda Cataluña, con la comarca del Segriá se encuentra confinada –unas 200.000 personas se encuentran aún hoy afectadas por la medida–, Torra trató de eludir cualquier tipo de responsabilidad culpando «a Madrid».

Quim Torra culpa al Estado de «dificultar la gestión catalana» de la crisis y apuntó a la necesidad de repriorizar el Presupuesto de la Generalitat para sacar adelante las «políticas necesarias para hacer frente a las consecuencias de la crisis sanitaria».

Torra achacó la dificultad de llevar a cabo esta redistribución de recursos al «déficit fiscal y a los déficits históricos que arrastra» Cataluña.

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