Pinchazos a la ‘Koldosfera’: los cabecillas temían que Hacienda les preguntara por Sánchez y Delcy

Las intervenciones telefónicas a la trama Koldo reflejan la preocupación de los implicados por el avance de las investigaciones. Así se recoge en uno de los informes elaborados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, donde se deja constancia de la inquietud de los empresarios Juan Carlos Cueto -presunto cerebro del caso- e Íñigo Rotaeche, titular de Soluciones de Gestión, por la inspección de Hacienda a la sociedad, el año pasado.

Rotaeche es quien figura como propietario de la sociedad limitada Soluciones de Gestión en el momento de la adjudicación de los contratos de suministro de mascarillas y persona de confianza de Juan Carlos Cueto, miembro del Grupo Cueto, que, según la Fiscalía, es el que controla la empresa. En una de las conversaciones entre ambos, Cueto reflexiona sobre la comparecencia de Víctor de Aldama, el presunto comisionista de la trama y cercano a Koldo García, ante la Agencia Tributaria, un asunto que le genera gran temor. En dicha conversación, «Cueto hace la siguiente reflexión sobre los asuntos que el inspector preguntará en la comparecencia de Aldama: ‘Le preguntarán por todos, por mí, por Angola, por Ábalos, por el presidente del Gobierno, por la ministra de Defensa, por Delcy, por las maletas… por todo’», se recoge en el oficio.

Aldama fue citado ante Hacienda el 18 de octubre de 2023. Y esta citación, recoge el oficio, «propició llamadas telefónicas y encuentros entre los investigados». Los investigadores destacan que «la preocupación que se cierne sobre Cueto sobrepasa las consecuencias fiscales de esta inspección y está relacionada con alguna cuestión que no querría que fuese mentada al actuario de Hacienda».

Principalmente, el temor de Cueto y de Rotaeche era que Hacienda considerase a Aldama como un «comisionista» en los contratos suscritos con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y los gobiernos socialistas de Baleares y Canarias durante la pandemia, por los que Soluciones de Gestión recibió 52 millones de euros. Ambos se plantean si este asunto «podría derivar en un proceso penal» y «se convencen de que esto no podría ser así, debido a que no existen comisiones ilegales, por lo que posiblemente tendrían que pagar una multa, que según sus cálculos, serían capaces de afrontar».

En cualquier caso, Cueto -sin fiarse de la declaración de Aldama- trató de minimizar las consecuencias, y buscó instruir a éste para su comparecencia ante Hacienda. En una conversación telefónica con una de las trabajadoras de Aldama, ambos coincidieron en la «inconveniencia» de que éste compareciese «sin asesoramiento legal».

«Largar y rajar»

Según Cueto, Aldama «debería asistir a tal citación asistido de un abogado y habiéndose preparado el asunto previamente», ya que debido a su «temperamento» podría «perder los estribos fácilmente y con ello abandonar la línea que pretenden mantener en torno a la inspección». El empresario llega a afirmar que las personas que comparezcan deben de hacerlo con asistencia letrada, ya que «como vaya alguien allí y empiece a largar y rajar, tiene un problema…».

El 4 de octubre, Cueto informa a Rotaeche de que Hacienda ha citado a Aldama y le traslada que «esa comparecencia la tiene que preparar inmediatamente, porque cuando pregunten por los contratos no sabrá ni su contenido».

Según recoge la UCO, «en esta llamada Cueto hace referencia a que hablará con su abogado para pasarle una chuleta para que Aldama prepare su comparecencia» ante Hacienda.

«Finalmente, Cueto hace la siguiente reflexión sobre los asuntos que el inspector preguntará en la comparecencia de Aldama: ‘Le preguntarán por todos, por mí, por Angola, por Ábalos, por el presidente del Gobierno, por la ministra de Defensa, por Delcy, por las maletas… por todo’».

La Guardia Civil apunta que «esta reflexión de Cueto es reflejada en este oficio por ser temas que, según él, podrían involucrar a Aldama: le vincularían al propio Cueto y a sus negocios en Angola, al que fuera el titular del Ministerio de Transportes –José Luis Ábalos–, al presidente del Gobierno, a la ministra de Defensa, al caso Delcy y a unas maletas».

En esta llamada, recoge el oficio, «ambos interlocutores afirmaron que Aldama conocía al ministro [Ábalos] y estaba todo el día en el Ministerio», haciendo alusión a que el supuesto comisionista habría tenido un «pase especial». Lo mismo que sostiene el juez Ismael Moreno en el auto de este miércoles, en el que impone medidas cautelares a Cueto.