El Papa Francisco jalea a la comunista Yolanda Díaz: «Siga adelante, no afloje»

El argentino Bergoglio se refiere cariñosamente a la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar como la "peleadora"

La complicidad entre el Papa y Díaz choca con las medidas anticlericales defendidas por la gallega y sus partidos

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Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

La audiencia que el Papa Francisco brindó a la comunista Yolanda Díaz este viernes dejó dos significativas perlas verbales por parte del argentino Bergoglio. Tras saludar cariñosamente a la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar como «peleadora», se despidió de ella animando a la dirigente comunista a mantenerse firme en su combatividad ideológica: «Siga adelante, no afloje». «No», contestó de inmediato Yolanda Díaz, con amplia sonrisa y apretando las manos del Pontífice.

La complicidad del Papa con Yolanda Díaz choca con el combativo laicismo que exuda Yolanda Díaz en su ya larga trayectoria política, en la que ha sido parte de iniciativas dirigidas a arrinconar a la Iglesia, suprimir las clases de Religión en los centros educativos o incluso expropiar templos.

La del viernes fue la segunda recepción que brindó el Papa Francisco a la política gallega en menos de dos años. El entusiasmo con el que Yolanda Díaz se fotografía con el jesuita Bergoglio contrasta también con las posiciones políticas de la gallega frente a la Iglesia católica.

De ahí que esas palabras que se intercambiaron el viernes en el Vaticano resuenen especialmente. «Y usted, ¿sigue tan peleadora como siempre?», preguntó amablemente el Pontífice al recibir a Yolanda Díaz. «Sigo igual», contestó complaciente la líder de Sumar, curtida desde su juventud en el comunismo rotundo, afiliada al PCE, cargo público con Izquierda Unida y luego con Podemos al calor de Pablo Iglesias, con quien consiguió saltar a la política nacional y al Gobierno.

Contra las clases de Religión

«Que Dios la bendiga. Siga adelante, no afloje», conminó el Papa este viernes al despedirse de la vicepresidenta del Gobierno mientras trenzaba afectuosamente sus manos con las de Yolanda Díaz, quien abandera el laicismo y aboga por eliminar las clases de Religión de los centros educativos. «Ninguna religión ni simbología religiosa formarán parte del currículo ni del horario lectivo obligatorios», reza el programa electoral con el que Sumar, bajo el liderazgo de Yolanda Díaz, concurrió a las generales de julio del año pasado. Es decir, el programa con el que se mantiene en el Gobierno como vicepresidenta.

El mismo programa subraya que «las enseñanzas confesionales no deben integrarse ni en el currículo ni en el horario escolar». Y también que «la calificación obtenida en esta materia [Religión], de haberse cursado, no contará en ningún caso en el cálculo de la nota media de Bachillerato para acceder a la Universidad o para obtener ayudas al estudio o becas».

Romper con la Santa Sede

Antes de buscarse un nuevo modus vivendi político con la fundación de Sumar el año pasado, Yolanda Díaz disfrutó de escaño en el Congreso y puesto gubernamental en el seno de Unidas Podemos. En 2022, con Yolanda Díaz como uno de los más destacados rostros de esta coalición, presentaron una batería de propuestas parlamentarias en la que, entre otras medidas, se pidió acabar con los acuerdos entre España y la Santa Sede o eliminar la casilla del IRPF dedicado a la Iglesia Católica.

Desde la fundación de Podemos, esta marca también exhibió entre sus objetivos la expropiación de bienes de la Iglesia Católica, lo que incluía edificios catalogados como patrimonio histórico. Podemos asumió así posiciones defendidas con anterioridad por otras marcas de la extrema izquierda. Entre otras consecuencias, esos postulados conducirían a la apropiación estatal de templos emblemáticos y de alto significado para la fe católica.

Nada de eso ha trascendido en los amigables encuentros mantenidos hasta la fecha entre Yolanda Díaz y el Papa Francisco. Lejos de atisbarse fricción entre ambos, las audiencias que han mantenido en el Vaticano han traslucido complicidad. Las frases que el pasado viernes le dedicó el Pontífice argentino a la vicepresidenta española, cara a cara, más bien apuntan a lo contrario. «Siga adelante, no afloje», escuchó una aparentemente entusiasmada Yolanda Díaz, cuyos postulados políticos frente a la religión contrastan igualmente con su interés por fotografiarse con el Papa y con las actitudes que exhibe ante las cámaras en esas audiencias vaticanas.

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