Olona presiona a la cúpula de Vox para no quedarse en Andalucía

Macarena Olona presiona a la cúpula de Vox para no quedarse en Andalucía
Macarena Olona y Santiago Abascal (EP).
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pese a que en público Macarena Olona asegura que su intención es quedarse en Andalucía para «liderar la oposición» a Juanma Moreno, el interés de la cabeza de lista de Vox en las elecciones del pasado 19 de junio se sitúa en Madrid. Olona ha mantenido distintas conversaciones con la dirección de su partido a fin de recuperar alguna responsabilidad a nivel nacional que le permita regresar a la capital, esgrimiendo sobre todo razones personales. Hoy por hoy, la cúpula de Vox se cierra a ese movimiento, que supondría un golpe simbólico de enorme trascendencia tras unos resultados inesperados en los comicios andaluces. La formación apenas logró 14 diputados, dos más de los que tenía, y vio frustradas sus aspiraciones de entrar en el Gobierno dada la aplastante mayoría de Moreno. Algo que en campaña parecía casi impensable.

El resultado fue claramente insuficiente dadas las enormes expectativas que los de Santiago Abascal habían depositado en quien era su secretaria general en el Congreso y una de las caras más reconocidas del partido, además de impulsora de las exitosas batallas judiciales contra Pedro Sánchez.

De hecho, su elección ya provocó hondos debates internos que no se disiparon hasta que, a finales de abril, el propio Abascal la confirmó como candidata. «A Macarena Olona se le está poniendo cara de presidenta», afirmó despejando la incógnita.

Fue, sin duda, una operación arriesgada para un partido que precisa de visibilidad nacional y que contaba con Olona como uno de sus fuertes insustituibles en el Congreso, en opinión de los más partidarios de elegir a un candidato sin tanta proyección, como ocurrió con Juan García-Gallardo en Castilla y León, ahora vicepresidente.

Resuelto el nombramiento, la formación se volcó para empujar sus expectativas, desdeñando las opciones de Moreno. «Será un extraordinario vicepresidente», llegó a decir la candidata, impregnando toda la campaña con el macarenazo. Incluso el CIS le llegó a dar 21 diputados. La realidad es que la mayoría absoluta del presidente andaluz ha relegado a Vox a un papel casi irrelevante, y que el Congreso ha perdido a una gran baza en un momento trascendental para hacer oposición a Sánchez.

«Soldado»

En los días siguientes a los comicios, la propia Olona se empeñó en disipar los rumores sobre un posible regreso a la política nacional. «Vox cumple y yo cumplo», afirmó sobre su futuro personal, asegurando que sería un «privilegio» estar al frente de su fuerza política en el Parlamento andaluz. «Vengo para quedarme», insistió. No obstante, dejó caer también que regresaría si Abascal contaba con ella en las próximas generales. «Soy hija de Dios y no puedo asegurar sus designios», despejó, definiéndose como un «soldado» en su partido.

Por ahora, al menos, parece que su futuro inmediato está en Andalucía, pues la dirección es reacia a aceptar su retorno. Desde la formación también aseguran -a preguntas de este periódico- que no se han planteado por ahora la posibilidad de que Olona sea nombrada senadora por designación autonómica, una opción que aseguraría su regreso a Madrid y sobre la que se ha venido rumoreando desde los comicios. Ese puesto lo ocupa en la actualidad Jacobo González-Robatto, coordinador de la campaña andaluza.

El resultado en Andalucía sí ha hecho replantear la estrategia del partido de cara a los próximos, y trascendentales, retos electorales. El debate es si la formación saca realmente provecho a colocar al frente de la papeleta a sus caras más visibles o si, en realidad, la marca es lo bastante potente por sí misma como para que no importe quién lidera las listas.

Ese debate se extiende ahora al Ayuntamiento de Madrid, para el que ha sonado el nombre de Rocío Monasterio, líder en la Comunidad de Madrid. De producirse ese movimiento, sustituiría a Javier Ortega Smith, a quien algunos han situado como candidato por Castilla-La Mancha o, incluso, para el Ayuntamiento de Toledo. En cualquier caso son, a día de hoy, simples elucubraciones.

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