Moncloa lleva un registro de averías de los Falcon de Sánchez para justificar su futura renovación
Una avería, una despresurización... Presidencia lleva el registro completo de incidentes
La flota de cinco aeronaves Falcon que el Ejército del Aire opera al servicio del Gobierno de Pedro Sánchez lleva en servicio más de 35 años. Una cifra que no obliga a una renovación, pero en Moncloa llevan años ya preparándola. No será un desembolso menor: un informe del Estado Mayor de la Defensa, desvelado por OKDIARIO, elevaba el coste a unos 800 millones de euros. Para justificarlo, Moncloa está elaborando un registro detallado de las averías y fallos de estas aeronaves que han afectado a la operatividad de los viajes del presidente y sus ministros. Como la avería de esta semana en Bruselas o la despresurización que experimentó uno de los Falcon con Sánchez y su familia a bordo en marzo, cuando iban rumbo a sus vacaciones en Doñana, y que le obligó a aterrizar de emergencia en Torrejón de Ardoz.
El susto de la despresurización fue mayúsculo para Sánchez y su familia. Así lo admiten a OKDIARIO fuentes próximas a Presidencia. En apenas 7 minutos, la aeronave descendió de 9.464 metros a unos 3.200 metros. Y esa situación desvelada en exclusiva entonces por OKDIARIO, y que terminó convirtiéndose en una anécdota más, parece haber acelerado aún más las intenciones de Presidencia de renovar la flota -o al menos parte- de aeronaves VIP del 45 Grupo de las Fuerzas Armadas. Los Falcon.
Según ha sabido OKDIARIO, Moncloa lleva ya algunos años elaborando un detallado registro de incidentes, averías e incomodidades varias relacionadas con viajes en esta flota de aeronaves. Una labor que también realizan en el propio Ejército del Aire, pero por una pura labor de mantenimiento. De momento, dicen, ninguno de los aviones ha dado signos de acercarse al final de su vida útil, ya que su calendario de revisiones y mantenimientos se cumple con el mayor escrúpulo. Algo normal, teniendo en cuenta que en esos aviones viaja la Casa Real y el Gobierno.
Sin embargo, el registro de Moncloa, dicen estas fuentes, tiene otros objetivos: en el equipo del presidente se valora que esa información serviría como justificación plena de que las aeronaves deben ser renovadas, evitando así -o minimizando- el impacto político que tendría una desembolso de ese nivel. Y ni siquiera habría que pasar por Defensa, que ya ha negado rotundamente que se vayan a comprar nuevos Falcon. O al menos, que lo vaya a hacer el Ministerio que dirige Margarita Robles.
Decide Moncloa
En noviembre del pasado 2023, el Gobierno introdujo una serie de cambios en el Real Decreto 890/2023, por el que se aprueba la estructura de la Presidencia del Gobierno. En el nuevo texto, Presidencia se reservaba el derecho a que fuese el Departamento de Seguridad Nacional, que sigue órdenes del presidente, quien decidirá qué medios utiliza Sánchez para su transporte alegando motivos de seguridad. Una modificación a priori menor, pero que funcionarios dedicados a la gestión de estos vuelos califican de significativa: abre la puerta a que sea Moncloa, y no Defensa, quien decida si la flota Falcon es segura y apropiada para trasladar al presidente y sus ministros y, en caso negativo, encargar una renovación.
«Esta función conlleva determinar los medios de transporte oficiales más adecuados para garantizar la seguridad integral del Presidente del Gobierno en todos sus desplazamientos», incidía el nuevo texto de la norma.
Tirado en Bruselas
Pedro Sánchez despegó del aeropuerto bruselense de Zaventem a bordo de un Falcon del Ejército del Aire a las 09:58 horas. Diecisiete minutos después, la aeronave en la que viajaba regresó al aeródromo belga por causas que se desconocen. OKDIARIO pudo comprobar in situ cómo todo el pasaje y el equipaje bajaba del avión y la aeronave quedaba aparcada en la terminal VIP.
La delegación encabezada por Sánchez, encerrada en una sala para autoridades de la misma terminal, esperó poco más de una hora hasta que se tomó la decisión de enviar otro Falcon en vacío desde Madrid para recogerles en Bruselas.
El equipo presidencial tenía a su disposición, a la misma hora, un vuelo regular de la compañía Iberia en el que OKDIARIO comprobó en vivo cómo había disponibles alrededor de un 80% de las plazas. En el Falcon pueden viajar un máximo de diez personas, por lo que hubieran podido recolocar a todo el pasaje de la aeronave oficial en el vuelo comercial, evitando así el coste económico y medioambiental de mandar otro avión vacío a Bélgica en plena lucha por parte de Sánchez contra los vuelos privados.
En cuanto al coste extra que supuso para las arcas del Estado, sólo en combustible la ida Madrid-Bruselas del avión extra alcanzó los 12.000 euros por algo más de dos horas de vuelo, a razón de unos 6.000 euros cada hora. A ello hay que sumarle dietas y otros gastos operativos asociados a la actividad de las aeronaves militares para VIPs del 45 Grupo de las Fuerzas Armadas.