Lobato resiste el «linchamiento» del PSOE, planta cara a Sánchez y anuncia que no dimite
"Se intenta que parezca que el malo es precisamente quien decide no hacer las cosas mal", asegura
Lobato se negó a mostrar en la Asamblea un correo con los datos del novio de Ayuso que le envió La Moncloa
Juan Lobato planta cara al «linchamiento y mentiras de algunos dirigentes del PSOE» y se niega a dimitir. Las últimas 24 horas han abierto la guerra entre Lobato, el Gobierno y Ferraz, después de que el socialista madrileño afirmase que La Moncloa le envió un correo electrónico con información confidencial del novio de Isabel Díaz Ayuso, para que lo mostrase en la Asamblea de Madrid. Lobato se negó a hacerlo y llevó ante notario esos mensajes. Ahora, el partido le hace la cama porque consideran que, al protocolizar ese documento, ha dado la imagen de «vender a los suyos».
«Estoy preocupado con la reacción y el linchamiento que ha habido por parte de algunos dirigentes de mi partido. Si lo que se me dijo esa mañana cuando se me mandó la documentación era verdad, no veo el problema de acreditar el origen lícito de esa documentación. Parece como si se dudara de lo que se me dijo. No contemplo que fuera falso que el origen de la documentación eran los medios de comunicación, y si no es así, sería bastante grave. Si el origen del documento hubiera sido distinto, habría sido un intento de que yo hubiera hecho público un documento con origen irregular con las consecuencias legales que hubiera tenido para mí y para mi partido», ha sentenciado.
«Al final, es siempre la misma historia», ha añadido Lobato. El secretario general del PSOE de la Comunidad de Madrid ha subrayado que «se intenta por parte de unos pocos que parezca que el malo es precisamente quien decide no hacer las cosas mal».
El líder de los socialistas en la Asamblea también ha criticado al PP de Ayuso porque considera que atacan a su formación «de una forma furibunda constantemente». «El PSOE no es una secta ni es una agencia de colocación de amigos a los que proteger, como nos dicen desde la derecha», ha manifestado. Y ha concluido su intervención asegurando que el suyo «es un partido democrático, con 145 años de historia, de honestidad, de sacrificio, de integridad, de militantes y de referentes políticos ejemplares; y lo va a seguir siendo».
El socialista madrileño registró ante notario una conversación con Pilar Sánchez Acera, que ocupa el cargo de secretaria de política institucional del PSOE de Madrid y es, además, jefa de gabinete del ministro de Transformación Digital, Óscar López -uno de los nombres que suena para disputar a Lobato el liderazgo del PSOE en la capital-. En dicha conversación, se admite que desde Moncloa se divulgó a los medios un correo del abogado del novio de Ayuso, en el que se reconocía que Alberto González Amador había incurrido en dos delitos relacionados con la Hacienda Pública.
Así, Presidencia del Gobierno estaría directamente involucrada en la filtración de información confidencial sobre González Amador, en un caso que actualmente investiga el Tribunal Supremo y por el que está imputado el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. El plan consistía en que Lobato hiciera público en la Asamblea de Madrid un correo electrónico confidencial del abogado de la pareja de Ayuso, documento que había salido de la Fiscalía apenas un día antes.
Pilar Sánchez Acera, jefa de Gabinete de Óscar López -director del Gabinete de Pedro Sánchez-, fue la encargada de gestionar la operación desde La Moncloa. En un giro inesperado, Lobato se negó a participar en la operación. Para protegerse legalmente, el líder socialista madrileño ha protocolizado ante notario las capturas de pantalla de sus conversaciones por WhatsApp con Sánchez Acera del 14 de marzo de 2024. Cuando Lobato rechazó difundir el documento secreto, Sánchez Acera indicó que se lo trasladaría a Angélica Rubio, directora de elplural.com y actual miembro del Consejo de Administración de RTVE.
Lobato ha defendido que acudió al notario para acreditar que la información de la que disponía, y que utilizó contra Ayuso en el debate parlamentario de la Asamblea de Madrid, provenía de los medios de comunicación y no de una filtración de la Fiscalía, en medio de una investigación judicial por revelación de secretos que afecta al propio fiscal general.
Presiones desde Ferraz
Desde Ferraz señalan que se trata de «un error» que le va a costar el cargo de forma inmediata, antes del 41 Congreso Federal que empieza este viernes. Además, aseveran que el paso de acudir a la notaría «no lo entiende nadie» y está socavando su imagen entre las bases del partido, hasta el punto de que ven muy probable que en las próximas horas pierda el apoyo de más de la mitad de la Ejecutiva autonómica. Apuntan, además, que las últimas horas han sido críticas para Lobato y se están produciendo movimientos internos y llamadas entre cargos para forzar su salida. En este punto, las distintas fuentes consultadas admiten que la dirección del partido a nivel nacional también está jugando sus cartas para tumbarle.
Por su parte, en el PSOE de Madrid consideran que ha dado la imagen de «vender a los suyos», toda vez que Sánchez Acera forma parte de la dirección del partido en Madrid como secretaria de Institucional y habla con ella de forma habitual para preparar las sesiones de control al Ejecutivo de Ayuso, según ha indicado él mismo.
En este sentido, afirman que es el error más grave que ha cometido, ha metido la pata «hasta un punto que ya no se puede sacar» y dan por hecho que en las próximas horas habrá una dimisión en masa en la Ejecutiva autonómica que obligue a Lobato a apartarse. Tras conocerse esta información, los más críticos piensan que debe dimitir de inmediato porque no es posible que encabece la delegación de Madrid en el 41 Congreso Federal que comienza el viernes 29 de noviembre en Sevilla. En este sentido, indican que ha perdido la confianza de la mayoría del partido y no puede representar a los militantes en estas condiciones. Señalan, además, que tampoco tendrá la fuerza para poder situar a cargos de Madrid en la cúpula del partido a nivel federal. «Nadie le va a querer escuchar», sentencian.
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