Independentismo en Cataluña

Una juez absuelve al mosso de «¡La república no existe, idiota!» porque «es un hecho fáctico»

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Unos pocos segundos de vídeo llevan más de dos años en los tribunales por el empecinamiento del Gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña de instrumentalizarlo todo a favor del independentismo, incluida la Policía de todos los catalanes, los Mossos. En 2018 un mosso fue grabado mientras le decía a un manifestante en Barcelona que la república catalana no existía. Lo sancionaron. Ahora una juez anula la sanción y lo argumenta con todo tipo de detalles. OKDIARIO tiene la sentencia íntegra.

Todo empezó el 21 de diciembre de 2018. Aquel día el Gobierno de Pedro Sánchez decidió celebrar el Consejo de Ministros en Barcelona, en lo que parecía un gesto para normalizar que el Gobierno de España puede reunirse en cualquier parte del Estado español sin incidentes. Nada más lejos de la realidad, y mucho menos en una Cataluña en la que su parte separatista aún se lamía las heridas tras la desastrosa declaración unilateral de independencia que tuvo 7 segundos de vida.

En aquel ambiente un agente de los Mossos d’Esquadra, perteneciente a la Brigada Móvil, fue grabado en Barcelona en el peor momento posible y se convirtió en objetivo del separatismo más radical, dentro y fuera del gobierno catalán.

La celebración del Consejo de Ministros fue de todo menos ‘normal’. Un dispositivo de seguridad impedía el paso a centenares de metros del hotel donde desayunaron varios miembros del Gobierno y los efectivos policiales se contaban por miles de agentes que vigilaban cualquier movimiento sospechoso desde el suelo y desde el aire.

Los pequeños trayectos de los ministros y del presidente fueron acompañados de insultos y proclamas independentistas en todo momento. El primer consejo de Ministros celebrado en Barcelona desde 1978 estuvo precedido de múltiples protestas, fue acogido por una organizada repulsa desde los CDR y se despidió con una multitudinaria manifestación. El saldo fue de 60 heridos y 13 detenidos en una sola jornada.

En ese ambiente estuvo trabajando en Barcelona el mosso protagonista de esta historia, el que fue grabado en un vídeo que se hizo viral y que aún circula en redes sociales. El agente estaba destinado en un operativo que iba a trabajar desde las cinco de la madrugada hasta las cinco de la tarde. Doce horas de tensión, gritos e insultos vividos en primera línea.

«Defiéndeme a mí»

A las tres de la tarde el policía perdió la paciencia mientras trataba de contener a un grupo de personas que se amontonaba en los alrededores de la Lonja del Mar, lugar de la reunión del Gobierno. El mosso se dirigió a un manifestante ataviado con el uniforme oficial de agente rural: «Cojones, hostia puta, atrás hombre. ¿No eres funcionario como yo?», le dijo el mosso al hombre uniformado buscando la complicidad profesional. «Si», le contestó el agente rural, lo que provocó que el mosso añadiera: «Pues defiéndeme a mí y no a estos hijos de puta».

El tipo vestido de agente rural cogió el guante, pero a su manera, y le dijo al policía que, aunque fueran ‘compañeros’ él lo que defendía era la república. El mosso, tras 10 horas de servicio continuado, estalló: «¿Qué república ni qué cojones? ¡La república no existe!».

El vídeo tardó minutos en recorrer las redes sociales de todo el país. Eso le costó al mosso que la División de Asuntos Internos lo investigara por una falta leve de incorrección hacia los superiores, los subordinados o los ciudadanos, lo que al agente le suponía una suspensión de empleo y sueldo de 15 días.

Sin embargo, el agente se rebeló y a través de los servicios jurídicos del Sindicato de Policías de Cataluña, recurrió el fallo y ahora el juzgado de lo Contencioso Administrativo 6 de Barcelona le ha levantado la sanción, y básicamente lo ha hecho usando el sentido común.

Para empezar, su señoría ha tenido en cuenta el agotamiento al que el agente en cuestión estaba sometido aquel día en concreto. Además, la falta tiene dos partes perfectamente diferenciadas: los insultos y la negación por parte del mosso de la república catalana.

Sobre lo primero la juez dice que ella no interpreta que haya sujeto directo al que ofenda el agente cuando habla de «estos hijos de puta» en referencia a una turba que trata de superar su resistencia y desobedecer sus órdenes.

Además su señoría enfatiza que la conversación grabada se produce entre dos funcionarios uniformados, no con un ciudadano común. Si no, se pregunta la juez, ¿a qué viene que un tipo se manifieste uniformado si no es para diferenciarse del resto de ciudadanos?

Pero donde la juez pone verdadero sentido común es en la valoración de la frase «la república no existe». Su señoría afirma que esa frase «no puede ser merecedora tampoco de reproche al tratarse de un elemento fáctico». Vamos, que lo de que «la república no existe, idiota», no es condenable porque, pese a quien pese, sólo es la verdad.

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