Interior admite que no vigila la excarcelación de etarras por parte del Gobierno Vasco
El Ministerio del Interior admite que desconoce los criterios que aplica el Gobierno vasco para la excarcelación de los presos etarras, una vez que las prisiones en la región han dejado de estar bajo su competencia.
El País Vasco asumió la competencia de Prisiones el pasado 1 de octubre. Desde el Ejecutivo, formado por PNV y PSOE, se anunció entonces que aplicarían «criterios científicos» para poder otorgar el tercer grado a los etarras, que son tratados sin distinción alguna con respecto al resto de internos. El objetivo del Gobierno vasco es lograr la «resocialización» de estos presos y que el 40% de los reclusos cumpla condena en semilibertad.
El pasado enero, la consejera de Justicia vasca, Beatriz Artolazabal, consideró que para promover «la convivencia» era necesario que los presos etarras accediesen a los mismos beneficios que el resto. A los condenados de ETA no se les exige arrepentimiento, ni tampoco colaboración con la Justicia. El Gobierno vasco considera que tratar a los etarras sin distinciones es fundamental para la «convivencia» y reitera que son las juntas de tratamiento de cada prisión las que proponen la progresión de grado y que se hará con criterios «objetivos, científicos» y de «humanización». Entre esos criterios, el «arraigo» tiene un peso especial para facilitar el tercer grado.
El plan prevé, asimismo, que los reclusos realicen talleres y otras actividades en las áreas más diversas, como logística, jardinería o artesanía. Esos cursos les facilitan el acceso a beneficios penitenciarios.
Ahora, en respuesta a OKDIARIO, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, admite que «desconoce» cuáles son esos «criterios científicos» que facilitarán el tercer grado a los 84 presos de ETA encarcelados en las tres prisiones vascas.
Desde que asumió la competencia, el pasado octubre, el departamento de Prisiones del Gobierno vasco ya ha concedido el tercer grado a 8 presos, que sólo pisarán la cárcel para dormir. Entre ellos se encuentra José María Arregi Erostarbe, Fiti, con un sanguinario historial de 15 asesinatos e histórico dirigente de la banda terrorista. Este etarra fue el inductor del atentado contra la Casa Cuartel de Zaragoza, que en 1987 dejó 11 muertos, entre ellos, varios niños.
«Se trata de miembros de ETA orgullosos de su pasado criminal y que cuentan con todo el apoyo logístico y propagandístico de la izquierda abertzale», lamentaron las víctimas tras conocer la decisión.