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Informes del CNI alertan del «creciente riesgo» de enfrentamiento civil en Cataluña

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Carlos Cuesta

Informes del CNI alertan del «creciente riesgo» de enfrentamiento civil en Cataluña va en aumento. Se trata de las primeras advertencias trasladadas por informadores de los servicios de inteligencia en los que se avisa de que las calles catalanas soportan demasiada tensión. Tanta, que se puede tornar en “enfrentamiento civil abierto” en Cataluña.

Hasta ahora sólo eran unos grupos los que salían a la calle: los radicales separatistas. Comandados por las CUP y los colectivos más radicales del resto de partidos anti constitucionales, los Comités de Defensa de la República (CDR) habían implantado su particular dictadura en las calles.

Pero en estos momentos hay un segundo colectivo que ha decidido aparecer en las calles y frenar el avance de los CDR: los Grupos de Defensa y Resistencia (GDR). Se trata de grupos organizados, cada vez más activos, y que ya han protagonizado amagos de enfrentamiento con los CDR.

Una de estas escenas se ha podido ver recientemente en Barcelona, en la Plaza de Francesc Maciá. Hace una semana que dos concentraciones simultáneas coincidieron en esta misma ubicación. Una, la de los separatistas CDR. Otra, la de los autodenominados «Cuerpos de Brigada de Limpieza”, convocada por los Grupos de Defensa y Resistencia (GDR). Por parte de los independentistas se llegaron a juntar 500 personas. Por parte de los GDR, cerca de 300. La situación de tensión hizo que se tuviera que formar un cordón policial de los Mossos.

Y la traducción de este hecho, unido a otros tantos similares, no ha tardado en llegar a los informadores del CNI. Porque a una acción violenta, la de los CDR, le ha empezado a salir una respuesta no controlada.

La situación de tensión fue obvia en la Plaza. Y la sensación de que ninguno de los dos grupos estaba dispuesto a dar un paso atrás, también. Y ello, pese a la diferencia numérica.

Entre las notas remitidas se han enviado los gritos que jaleaban los GDR. Consignas como “fuera guarros de nuestros barrios”, “Puigdemont a prisión”, “sí, sí, sí, Tabarnia está aquí», o “ni un lazo más ni un paso atrás”.

Algunos de los informadores que han trasladado estas alertas han advertido de que la situación es muy grave y no habían visto hasta ahora un comportamiento organizado que hiciera frente al habitual dominio de las calles mantenido por los grupos de la CUP y sus ramificaciones juveniles, como Arran.

Los informes alertan igualmente de que los radicales separatistas están forzando el clima de provocación para generar un enfrentamiento civil violento y que, por lo tanto, los encontronazos con los GDR pueden ser utilizados con este fin.

Nueva Terra Lliure

Su análisis les lleva a pensar que no se trata de que pueda aparecer una nueva Terra Lliure. Ellos consideran que se trata de otro fenómeno diferente. De que la CUP y sus aparatos de agitación de la calle se encuentran en máximo apogeo y de que pretenden provocar un ambiente que acobarde a todos los que no piensen y vivan en clave separatista hasta el punto de provocar, o le silencio del divergente, o su salida de Cataluña con el consiguiente impacto electoral.

En resumen: que los GDR se han constituido en auténtica kale borroka, con los mismos fines que su grupo paralelo en el País Vasco. El clima de connivencia en Barcelona de la alcaldesa Ada Colau también preocupa. Y su creciente apoyo económico a colectivos antisistema exactamente igual.

Ante este clima, la organización y respuesta de los GDR será creciente. Y, por lo tanto, alertan, puede acabar en un claro y abierto enfrentamiento social.

Algunas de los advertencias adicionales que se han trasladado apuntan a otro tipo de hechos. Y ya no callejeros. En Sant Joan de Vilatorada unos de los últimos plenos alcanzó un nivel de tensión claramente excesivo. Tanto que hizo temer por el hecho de que pudiese acabar en alguna enganchada violenta.

Los informadores alertan de que el clima está en un punto de inflexión. Porque los GDR van en aumento y los CDR siempre han buscado estas situaciones para provocar un enfrentamiento civil abierto. Porque el objetivo de los separatistas siempre ha sido presentar ante la opinión pública internacional un mártir. Y para ello, la espiral de choque en las calles les beneficia.

La elección de un Govern totalmente separatista, como el que acaba de presentar Quim Torra, evidentemente no beneficia. Para empezar porque los GDR conseguirán más fondos a través de sus ramificaciones. Y la sensación de vuelta al punto de partida que tendrán muchos constitucionalistas provocará, igualmente, un aumento de la presencia, actividad y respaldo de los GDR.

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